La seca se expande en las Pajareras de Doñana sin un plan de actuación

Ecologistas reclama que se cumpla el compromiso de elaborar un estudio sobre la afección a los alcornoques El CSIC analiza desde 2009 la influencia de los detritus en los árboles

Alcornoque de La Pajarera con nidos de aves en Doñana.
Carlos López Martín Condado

medio ambiente, 15 de enero 2013 - 05:01

La dimisión de Felipe González como presidente del Consejo de Participación de Doñana, órgano que define las políticas de conservación y desarrollo económico que afectan al Parque Nacional y al Espacio protegido, deja en el aire el apoyo que la figura más relevante podía prestar a determinadas medidas que reclamaban las entidades conservacionistas. Es el caso de la liderada por Ecologistas en Acción, que reclamaba un plan de actuación para frenar la expansión de la seca en encinas y alcornoques, una de las mayores amenazas que se cierne sobre las dehesas andaluzas y el monte mediterráneo.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) empezó a analizar en 2009 el mal estado de los alcornoques de La Pajarera y su posible relación con los excrementos de las aves que hacían sus nidos sobre ellos. Los investigadores hallaron que los suelos bajo los ejemplares de alcornoque con mayor presencia de aves, muchos de ellos centenarios, tienen una mayor concentración de nitratos y fosfatos, procedentes de los detritus de las aves. En el curso de esa investigación observaron el deterioro y muerte súbita de árboles centenarios que no eran ocupados por pájaros, detectando en ellos uno de los hongos que causan la seca.

El Consejo de Participación ya celebró un pleno monográfico en el que la Estación Biológica de Doñana alertó de la situación que afecta a la colonia de alcornoques centenarios de Las Pajareras, "auténticas catedrales vivientes", en palabras del representante de Ecologistas, Juan Romero. Éste ha urgido a adoptar medidas y a lograr "un compromiso decidido por parte de la plana política para hacer estudios que pongan coto" a la situación. Por el momento, el plan anual de trabajos del Espacio Natural para 2012 incluía la continuación de los estudios para determinar el efecto de la influencia aviar en la severidad de las principales enfermedades asociadas al decaimiento de los árboles, pero no uno específico de la seca.

La organización verde reclamaba al presidente un plan de actuación en Doñana pivotado en cuatro ejes: la identificación de todos los alcornoques afectados; estudiar y aplicar los tratamientos curativos y remedios que ya se están desarrollando en fincas de Zalamea la Real, y que, según la EBD, están dando buenos resultados; que las medidas se hagan extensivas a otras comarcas que se encuentren afectadas por el hongo, priorizando aquéllas de árboles singulares; y, por último, solicitar a la Unión Europea un reconocimiento explícito y financiero para la dehesa y el monte mediterráneo como garantía de conservación, de vida y de trabajo.

Romero recuerda que la seca viene provocada por "un hongo patógeno denominado Phytophthora Cinnamomi, que produce una muerte súbita de los árboles por la destrucción masiva de las raíces, la gangrena del tronco y la fosilización de las ramas. Es decir, ataca a todo el sistema vascular, paralizándolo y asfixiando el árbol". A este cóctel mortal contribuye el hecho de que pocas horas después del ataque microbiano éste se sintetiza. El líder ecologista no se pronuncia tajantemente sobre si la entrada del hongo tuvo como Caballo de Troya las plantaciones masivas de eucaliptos, si bien explica que "el hongo es originario de Australia y de Nueva Guinea Papua, extendiéndose posteriormente por todo el mundo".

Ecologistas trasladó al ex presidente la necesidad de adoptar medidas que pongan freno a la expansión de un patógeno que "está afectando gravemente a todo el suroeste", mientras que los expertos cifran en "un millón y medio el número de árboles destruidos por la seca, fenómeno que actúa como un incendio silencioso, lento, pero muy voraz".

Romero cifra en 500 el número de focos registrados en Andalucía, cuyo epicentro se sitúa en la zona del Andévalo. Con todo, se pone en jaque "la supervivencia de nuestras dehesas y más concretamente encinas y alcornoques que son mucho más que simples árboles. Son paisajes, cultura y una forma de vida".

Pero la preocupación no se circunscribe al ámbito de Doñana. No en vano, la plaga ha afectado a 216.000 de las 240.000 hectáreas de la provincia. El Foro para la Defensa y Conservación de la Dehesa, basa sus demandas en tres ejes: que España y la UE "reconozcan la dehesa como ecosistema exclusivo que precisa un marco legislativo que la proteja y promueva su desarrollo en sus diversas facetas"; la puesta en marcha de programas de investigación que permitan acabar con su afección; y, por último, el incremento de la rentabilidad de los sistemas económicos del ecosistema.

5 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último