-¿Qué balance hace de la situación actual del sector?¿está ya recuperado de los estragos de la pandemia?

-En eso estamos. Sin duda ha sido una difícil y no siempre grata labor para los profesionales sanitarios en general pero como indicábamos hace ahora un año en éstas páginas, quizás nuestra profesión estaba mejor preparada que otras para asumir el reto de lo que suponía trabajar con medidas de protección tan extremas, que incluso llamaban la atención a algunos, pero que nosotros, llevamos ya años aplicando a nuestro día a día, en el permanente contexto de esterilidad, asepsia y protección tanto propia, como la de los pacientes.

-¿Cómo es la salud bucodental de los onubenses?

-Recientemente publicaba este mismo diario unos números que, publicados por la Junta de Andalucía, y en el contexto del Plan de Atención Dental Infantil, llaman poderosamente la atención, sobre la escasa salud bucodental de la población, o al menos, que se reflejaba el escaso éxito que tiene esta iniciativa sufragada por el erario público en nuestra Comunidad. Si extrapolamos estos datos a la población en general, posiblemente, para dar respuesta a esta pregunta, nos asustaríamos del precario estado de la salud bucodental de los onubenses, pero en manos de todos está mejorar las estadísticas.

-El 55% de los españoles reconoce tener algún problema de salud oral. ¿Cómo se deben atajar este tipo de problemáticas?

-Todos hemos de concienciarnos y concienciar que nuestra salud en general comienza por la boca. Nuestra profesión, hace décadas, era a la que se recurría con el problema. Nadie iba al dentista por rutina, como una obligación periódica. Afortunadamente, este estereotipo de profesión a la que recurrir con el problema concreto, ya desde hace años ha ido superándose, pero aun queda mucho camino por recorrer. Empieza en la concienciación de los padres hacia sus hijos, y ha de continuar en una fidelidad al profesional dentista de confianza que sepa trasmitirte la necesidad de una revisión periódica al menos una vez cada seis meses o año. Sin duda esa rutina engrandecerá la salud bucodental de muchos, y por supuesto, la confianza en nuestra profesión.

-La salud bucodental es vital para tener una buena salud general. ¿verdad? 

-Sin duda alguna. La boca es fuente de infecciones, y quizá el principal camino a la propagación de enfermedades, si no se atiende adecuadamente. Antes indicábamos que a nivel preventivo, nuestra profesión ha estado mejor preparada para afrontar retos antes impensables, pero que así ha sido por nuestra concienciación de la que la boca, puede considerarse como el primer foco de entrada para su propagación de diversas patologías infecciosas.

Indudablemente, en nuestras manos está el atajar esa entrada con nuestra profesionalidad y buen quehacer. Son muchas las debilidades del organismo las que pueden depender de una buena salud bucodental, y su detección y curación en nuestro contexto de la boca y tejidos anejos, puede ser fundamental para la salud en general. Por otro lado, cada vez más se asocia la salud de la persona a la salud de la boca en facetas como el deporte de élite o simplemente el ejercicio físico una vida sana, sin quitar importancia a la estética, y sobre todo ahora que retornamos a esa vida normal, antes del uso de las mascarillas para la vida cotidiana.

-Solo 1 de cada 10 niños hace uso del Programa de Atención Bucodental gratuito ¿A qué se debe?

-Ya antes lo indicaba. Quizás siga habiendo falta de concienciación de los progenitores y que solo seamos conscientes del problema cuando este llega, olvidando la prevención y concienciación de la salud bucodental como un elemento más de la salud en general.

-¿Cómo se debe concienciar a los más jóvenes de la importancia del cuidado dental?

-Pues buscando la fidelidad con tu dentista, y que ir a la Clínica Dental no sea como antes, es decir, presentando el dolor insoportable y con la conciencia de tener un problema que hay que paliar con una actuación traumática para su solución. Que nuestro espacio de la consulta, sea un escenario que reporte tranquilidad y no solo para solucionar un problema puntual, sino un lugar en el que cambiar impresiones con tu dentista, el cual te va a planificar un futuro en el que se evite tener enfermedades, te otorgue una solución estética a tu sonrisa, en definitiva, ofreciéndote un margen de confianza que en el contexto de una patología, haga lo menos traumática tu visita al profesional.

-¿En que proyectos está inmerso el Colegio de Dentistas en este momento y cómo ve el futuro del sector?

-Considero que los Colegios Profesionales sanitarios en general, y los de Dentistas en particular han de vivir permanentemente en ese reto que sin duda es ofrecer a sus colegiados, una serie de servicios que contribuyan a mejorar su quehacer cotidiano y que al mismo tiempo, suponga que la población se sienta protegida por el colectivo profesional frente a ataques que lamentablemente siguen siendo las verdaderas lacras en nuestra profesión. La casuística nos dice que a nivel judicial, nuestra profesión, desde hace décadas o quizás siglos, sea la que acumula más casos de intrusismo, y eso es algo que nos debe hacer permanentemente reflexionar.

Hoy en día, entrado el siglo XXI, seguimos viendo que se reproducen situaciones muy parecidas a las que se contemplan en textos casi históricos sobre el intrusismo en la profesión, y la publicidad en materia sanitaria, sin legislación de control efectiva, posiblemente haya venido a contribuir en que se perpetúen problemas para los pacientes, que posiblemente analizados desde fuera, hagan que parezcan anacrónicos. Esta misma semana, ha iniciado el debate parlamentario a nivel nacional sobre la ansiada para los dentistas y otros profesionales sanitarios Publicidad Sanitaria, y esta batalla que ahora inicia o se retoma, se hace en beneficio de los destinatarios de la atención, esto es los pacientes. 

Y creo sinceramente que en esta faceta es de elogiar la persistencia que nuestra profesión ha venido manteniendo para lograr que se regule la publicidad sanitaria, pues hay un cierto sector de la opinión pública que cree que se hace en beneficio propio o egoísta de la profesión y más bien todo lo contrario, esta lucha permanente se hace en beneficio de la sociedad, esto es, de los pacientes.