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El río Tinto, entre la ciencia y el turismo

  • Un grupo de doctorandos alemanes busca en los sedimentos del río rojo respuestas a la interrelación entre microorganismos y minerales

Equipo de jóvenes científicos.

Equipo de jóvenes científicos. / Hipólito (Huelva)

El río Tinto discurre por su entorno minero desde hace años entre la ciencia y el turismo. Durante estos días, ambos caminos vuelven a confluir en un mismo punto de la geografía onubense con la visita de un grupo de jóvenes científicos, doctorandos alemanes, que buscan en los sedimentos del río rojo respuestas a la interrelación entre microorganismos y minerales, y los últimos preparativos de la Fundación Rio Tinto para presentar a mediado de noviembre su nuevo proyecto turístico: ‘Río Tinto, Marte en la Tierra’.

Un equipo multidisciplinar formado por jóvenes doctorandos de la Universidad de Tubinga de Alemania, tutelados por el catedrático alemán de Geomicrobiología, Andreas Kappler, en colaboración con el microbiólogo español del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), Ricardo Amils, se encuentran desarrollando diferentes investigaciones científicas en el entorno del río Tinto, muy cerca de su nacimiento en Peña del Hierro, Nerva.

Los futuros doctores alemanes, entre los que se encuentran también un ruso, preparan parte de sus tesis doctorales investigando el subsuelo del entorno del río rojo. Se trata de un proyecto de colaboración en el que ambas entidades vienen trabajando desde hace tiempo. Hace unos cuatro años conocieron el entorno y les pareció muy interesante para desarrollar futuras investigaciones relacionadas con sus trabajos de investigación. Son geomicrobiólogos y están empezando un proyecto que acaban de conseguir.

El objeto principal de la investigación es la microbiología que habita en los sedimentos que se producen a orillas del Tinto. De ahí que los trabajos se lleven a cabo en una de las pequeñas presas que se encuentran a lo largo del curso del río. “Nosotros ya hemos explorado en esos pequeños laguitos, pero a ellos les interesa más saber lo que hay bajo los sedimentos con la intención de entender la relación que hay entre los microorganismos y los minerales que se encuentran en los sedimentos”, aclara Amils.

La geomicrobiología básica pretende entender la relación entre la biología y la geología. “Ahora bien, cada equipo le da el enfoque que mejor le parece. Nosotros trabajamos en el subsuelo de la faja pirítica para entender el origen del río Tinto. A ellos les interesa más entender la asociación de metales con minerales de hierro, por ser este último conocido como un secuestrador de metales”, puntualiza el microbiólogo español.

Amils está firmemente convencido de que aún queda mucho por descubrir en el entorno del río Tinto: “Todavía el río y su entorno da para mucho. De momento solo hemos rascado la superficie. Probablemente, lo más interesante sea que en las últimas décadas el río haya pasado a ser un modelo para estudio de la Ciencia. Ésta es la razón por la cual continúan viniendo científicos de distintas universidades del mundo en busca de respuestas a preguntas insondables”.

Estos jóvenes doctorandos siguen ahora los pasos de otros científicos de diferentes nacionalidades que, sobre todo, durante las tres últimas décadas, han desarrollado numerosos proyectos de investigación en torno al río Tinto y el subsuelo minero sobre el que discurre camino del Atlántico.

“Hace veinte años llegaron los de la NASA a estudiar la analogía del entorno del río con el planeta Marte, ya habíamos desarrollado nosotros otros proyectos para perforar el subsuelo en busca de vida extremófila. Y la sorpresa fue mayúscula cuando dimos a conocer que debajo de nuestros pies había vida. Y esta vida, por su metabolismo, es la que, probablemente, sea la responsable de que el río Tinto tenga el color que tiene. Ahora, continuamos en pleno proceso de divulgación para conocimiento de la comunidad científica”, explica Amils.

Las explicaciones del microbiólogo español, profesor emérito de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador del Centro de Astrobiología (CAB), centro mixto entre el CSIC y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), dejan entrever el interés que el río Tinto sigue suscitando para cualquier científico del mundo. “¡La cantidad de microorganismos que ha de haber en el subsuelo de esta tierra para enviar todos esos metales, sobre todo el hierro, al Océano Atlántico!. Este fenómeno es digno de ser estudiado por la ciencia”, subraya el profesor.

Amils y Kappler se conocen desde hace muchos años y mantienen una relación de colaboración muy fructífera. El español ha dedicado durante los últimos 35 años una parte importante de su investigación a la caracterización geomicrobiológica del ambiente ácido extremo del río Tinto, su origen y la diversidad procariótica y eucariótica de la columna de agua, las biopelículas y los sedimentos.

En los últimos años ha dirigido el proyecto ‘Advance ERC’ dedicado a la caracterización geomicrobiológica del subsuelo profundo de la Faja Pirítica con el fin de demostrar que las condiciones extremas existentes en la cuenca del Tinto son la consecuencia de la actividad de un biorreactor subterráneo. La caracterización geomicrobiológica de la cuenca del río Tinto realizada por su grupo ha permitido que dicho ecosistema se considere uno de los mejores análogos geoquímicos y mineralógicos terrestre del planeta Marte.

Por su parte, Andreas Kappler viene ejerciendo la Cátedra de Geomicrobiología en la Universidad de Tubinga desde 2008. Además, forma parte del comité editorial de Geobiology y es miembro de la Junta Editorial Ciencia Ambiental: Procesos e Impactos. También es revisor de numerosas publicaciones científicas entre las que destacan: Nature, Nature Reviews Microbiology, Science, Nature Geoscience, PNAS, Geochimica Cosmochimica Acta, Applied and Environmental Microbiology, mBIO, Environmental Science & Technology, Astrobiology, JGR-Biogeosciences, Applied Soil Ecology, Geobiology, y Geomicrobiological Journal.

Objeto de estudio

Desde comienzos del nuevo milenio, el subsuelo de Peña de Hierro, junto al nacimiento del río Tinto en Nerva, viene siendo objeto de diferentes proyectos de investigación por parte de científicos del Centro de Astrobiología (CAB) y la Agencia Espacial Norteamericana (NASA), coordinados por los científicos Juan Pérez Mercader y Ricardo Amils, como laboratorio natural de estudio para futuras expediciones al planeta Marte. En 2001, ya se hablaba del proyecto P-Tinto, como pieza clave para la carrera espacial de la NASA al planeta rojo.

Diez años después del inicio de aquellas primeras investigaciones, a finales de marzo de 2010, el microbiólogo Amils y el astrofísico Mercader se ponían al frente del proyecto Iberian Pyritic Belt Subsurface Life Detection, IPBSL, encargado de analizar la vida extremófila existente en las profundidades de la zona, cuyas características podría asemejarse a la vida que podría albergar el planeta Marte.

La geomicrobiología del subsuelo terrestre es un tema importante por dos motivos fundamentales. Desde un punto de vista global, su objetivo es determinar si la vida puede prosperar en ausencia de radiación solar, y desde un punto de vista astrobiológico, es un modelo interesante para estudiar la vida primitiva en la Tierra, así como la que podría ocurrir en otros cuerpos planetarios, como Marte.

Río Tinto se halla en el corazón de la Faja Pirítica Ibérica, uno de los mayores depósitos de minerales sulfurosos del mundo. Hoy en día se sabe que las características extremas del río Tinto no se deben al drenaje ácido resultante de la actividad minera, sino a los microorganismos quimiolitotróficos que viven en las altas concentraciones de sulfuros metálicos de la zona. Se trata de un ambiente extremo inusual debido a su gran extensión, a un pH ácido constante (2,3 de media), a una elevada concentración de metales pesados y a un alto nivel de diversidad microbiana, principalmente eucariota.

Los resultados obtenidos gracias al proyecto IPBSL determinaron que la zona de Peña de Hierro es un reactor subterráneo continuo de microorganismos quimiolitotóficos responsable de las condiciones extremas que se encuentran en el río Tinto, con la presencia de ácido sulfúrico e ión férrico que le dan su singular coloración rojiza.

Pero de todas las acciones científicas llevadas a cabo en la Cuenca Minera durante los últimos 25 años, ninguna ha centrado la atención de tantas miradas, expertas y curiosas, como la desarrollada en la zona de Zarandas por el equipo del proyecto espacial Moonwalk, integrado por miembros de diferentes nacionalidades, que el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) llevó a cabo en abril de 2016. La expectación fue total. Hubo jornadas de puertas abiertas al público y diferentes actividades de divulgación en la zona de ensayos.

Los tres grandes protagonistas materiales del proyecto fueron: el hábitat Shee, el traje espacial Gandolfi2 y el robot Yemo. Se trataba de un proyecto del Séptimo Programa Marco (FP7) de la Unión Europea, iniciado en 2013, con el objetivo de comparar diferentes modalidades de equipos astronauta-robot y astronauta-astronauta en el desempeño de múltiples tareas, usando como escenarios operativos dos ambientes análogos de Marte y la Luna, Río Tinto y el fondo marino de la costa de Marsella, respectivamente.

Nueva marca

En enero de 2019, la Fundación Río Tinto presentaba en Fitur la marca e imagen de su nuevo proyecto ‘Marte en la Tierra’, un atractivo más para el Parque Minero de Riotinto. De esta forman trataban de dar respuesta al interés que despierta la Cuenca Minera onubense por las analogías que los estudios científicos han encontrado entre algunas características geológicas y biológicas del planeta rojo con el territorio y el ecosistema del río Tinto.

Para Amils, “El río Tinto se ha ganado el estatus de uno de los mejores análogos geoquímicos y mineralógicos terrestres de Marte. Si Río Tinto es el río del hierro, Marte es el planeta del hierro, donde el descubrimiento de minerales como la jarosita, la goethita y los hematites, han hermanado de manera más profunda, si cabe, Riotinto con Marte.La geomicrobiología del Tinto permite pensar en que un ecosistema basado en el ciclo del hierro habría podido tener éxito en el planeta rojo, especialmente en la época húmeda del mismo. Ríotinto como análogo terrestre de Marte nos permite explorar esta posibilidad y probar las metodologías y tecnologías que se están desarrollando para futuras misiones exploratorias de Marte”.

La repercusión de los proyectos realizados por los organismos especializados y los resultados obtenidos generaron interés entre todo tipo de público desplazado hasta la Cuenca Minera para conocer los lugares donde se desarrollaron los experimentos y las pruebas de equipamiento para futuros viajes a Marte. Del mismo modo, importantes medios de comunicación, tanto especializados como generalistas, pusieron sus ojos en Riotinto, que en los últimos años se ha convertido en escenario habitual de documentales o reportajes en televisiones y publicaciones de todo el mundo.

Para dar respuesta a esta demanda la Fundación Río Tinto ultima un importante proyecto subvencionado por la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía a través del programa PITAF. La intención es la de acercar a todos los públicos la información científica y divulgativa disponible y, al mismo tiempo incorporar un atractivo más para los visitantes que cada año se acercan al Parque Minero de Riotinto, cuyas mejores cifras de visitantes ronda las 100.000 personas, consolidando este enclave como el principal destino de turismo industrial de España.

El primer paso fue la presentación de la marca ‘Riotinto, Marte en la Tierra’, que en 2018 culminó los trámites de registro asociados a su imagen gráfica y a las diferentes aplicaciones contempladas. Ahora, el Parque Minero va a incorporar diferentes recorridos por los principales puntos asociados a las investigaciones, así como por los rincones de mayor singularidad paisajística, además de acondicionar una sala a pie de campo para explicar las similitudes entre Riotinto y Marte con un fuerte contenido divulgativo.

El director general de la Fundación Río Tinto, José Luis Bonilla, se muestra muy ilusionado con el nuevo proyecto turístico que tiene previsto abrirse al público a mediado de noviembre con la intención de completar la oferta que presenta el Parque Minero de Riotinto.

“La finalidad de este nuevo proyecto es que los visitantes tomen contacto con algo demandado durante hace años: Pisar Marte. Los visitantes siempre preguntaban por lo de Marte porque querían ir al sitio donde se había probado la instrumentación espacial. Hasta ahora no ha sido posible acondicionar la zona para un llevar a cabo un recorrido turístico por los lugares donde han trabajado y probado el robot y los trajes espaciales. Gracias a este nuevo proyecto será posible muy pronto. Por fin, los visitantes del Parque Minero podrán visitar y pisar Marte sin salir de la Tierra. Será algo impactante. Estamos convencidos de que esto se convertirá en otro importante reclamo para las visitas de la Cuenca Minera”, asegura.

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