Las restricciones al conejo marcan la actividad cinegética de la provincia
caza
El censo de Huelva lo componen más de 40.000 cazadores
Se contabilizan unos 800 cotos, que se concentran en Valverde, Almonte, Cartaya, Gibraleón, Trigueros y Calañas
Más de 40.000 cazadores se repartirán este año por los cerca de 800 cotos de caza con los que cuenta la provincia, poniendo en las mirillas de sus rifles y escopetas especies como la perdiz roja, el conejo, la liebre, el jabalí o el ciervo.
La caza del conejo vuelve a contar con ciertas restricciones dada su escasez en zonas como el Condado. De su presencia dependen la subsistencia de especies en peligro de extinción como el lince ibérico, que tienen a esta presa como plato principal de su dieta. Por esa razón, desde el 1 al 26 de noviembre su caza está restringida a un cupo máximo de tres ejemplares por cazador y día.
Manuel Gutiérrez, delegado provincial de la Federación Andaluza de Caza en Huelva, se muestra disconforme con dichas restricciones y vincula la escasez del conejo a un problema endémico a nivel sanitario en forma de "mixomatosis y NHV, así como el exceso de depredadores".
En este sentido, pone como ejemplo áreas como Doñana donde desde hace año está prohibida su caza y se han llevado a cabo repoblaciones "masivas" y sistemáticas de "miles de ejemplares". Aun así, su número continúa languideciendo.
Por esa misma razón considera que "es muy fácil achacar a la caza todos los problemas, al ser una actividad muy visible y que ahora está de moda criminalizar". En cualquier caso, detalla que donde se permite la caza, aunque sea de manera escasa por falta de piezas, se consigue tejer "un vínculo muy atractivo para los cazadores que se identifican con el terreno y lo llegan a apreciar".
En las comarcas del Andévalo y la Sierra la caza mayor se centra en el jabalí y el ciervo, dos de las especies más abundantes en la comarca. Por el contrario, en caza menor los protagonistas siguen siendo la perdiz, el conejo y la liebre.
El delegado de la Federación Andaluza de Caza valora positivamente los periodos de vedas propuestos por la administración andaluza con la salvedad de los zorzales y la perdiz con reclamo. En el primero de ellos "estamos reivindicando la apertura a principio de diciembre y el cierre a final de febrero". En concreto ,"sobre estas especies se está realizando un estudio entre la Consejería de Medio Ambiente, la Federación Andaluza de Caza y la Universidad de Córdoba para fijar los periodos hábiles de caza más adecuados". En cuanto a la perdiz con reclamo, los cazadores solicitaban que se adelantase al 8 de enero, en vez de al 18 como ha fijado la Junta.
En cualquier caso, la continuidad es la nota predominante con respecto a otros ejercicios dado que únicamente "se ha retrasado una semana la apertura y el cierre de los zorzales, debido a los primeros resultados del estudio citado anteriormente".
Por otra parte, la falta de lluvias durante el arranque del otoño, pero sobre todos las altas temperaturas que han dominado los meses de septiembre y octubre, han terminado por pasar factura a la caza, obligado a suspender un gran número de monterías. Así lo corrobora el responsable de la delegación onubense, quien insiste que ello ha acarreado unas "condiciones pésimas" del terreno. El uso de perros es fundamental en la caza mayor, de ahí que sea imposible utilizar animales con temperaturas superiores a los 30 grados. En la caza menor también influye negativamente, si bien las monterías "la vamos amoldando a las condiciones meteorológicas que se dan en esos momentos".
En la provincia de Huelva los cotos más importantes se ubican en Valverde, Almonte, Cartaya, Gibraleón, Trigueros y Calañas, donde la actividad cinegética se cuenta por centenares de socios.
Esta actividad mueve cada año en el territorio andaluz más de 3.500 millones de euros, lo que representa un tercio del valor económico, y genera en el medio rural más de 50.000 jornales. Más allá de las cifras puramente económicas, la caza contribuye al equilibrio natural y la sostenibilidad de bosques y dehesas, manteniendo el número de especies en grandes zonas forestales, lo que tiene una importancia capital en una provincia como Huelva, con enormes extensiones de bosques y 800 cotos de caza.
Según detallan los aficionados practicar esta actividad milenaria es caro. Para empezar es necesario tener en vigor una licencia autonómica que no te da derecho a ser utilizada en otras regiones de España. A ello se suman el permiso de armas (20 euros al año); el de caza (80 euros año); la contratación de un seguro de responsabilidad civil que ronda los (40 euros al año); y los 150 euros del examen psicotécnico. Todos estos gastos han ocasionado que el número de licencias haya descendido en los últimos años.
A ello se suman los precios de los cotos de caza que son muy variables y van "desde los 180 euros anuales a los 1.500 de algunos cotos privados de muy buena categoría". Si además se caza con perro cabe añadir los costes de mantenimiento del animal, incluido el del veterinario.
El Ayuntamiento iliplense recupera la gestión del coto
El club deportivo Muralla de Niebla ha denunciado que la alcaldesa, Laura Pichardo, ha decidido "rescindir de manera unilateral" la extinción del contrato de gestión cinegética entre el Ayuntamiento y el citado club. Para justificar el movimiento la edil alude que se ha cumplido el "tiempo pactado" (algo que niegan desde el club) tras ocho temporadas en las que la asociación ha gestionado el coto municipal de caza Baldíos de Niebla. La medida se ejecuta, según el Ayuntamiento, después de que se tramitara "un expediente para la interpretación del contrato", al entender que había expirado "tras las ochos temporadas" por las que fue suscrito. Desde el PA su portavoz municipal, Félix Castillo, ha declarado en las redes sociales que con esta decisión se consuma "la persecución política del Ayuntamiento al club".
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