Recogida masiva de alimentos y ropa en Ayamonte para los damnificados de Valencia y Albacete
Los ayamontinos colaboran en la iniciativa solidaria para contribuir a paliar las necesidades de las víctimas de la Dana
Los bomberos de Huelva parten este domingo hacia Valencia para ayudar en la zona afectada por la Dana
Como siempre ha ocurrido, cuando hay algún desastre meteorológico, Ayamonte se ha puesto en movimiento para recoger alimentos, ropas, utensilios de limpieza, agua, y todo aquello que pueda hacer falta para mitigar en lo posible la destrucción masiva, como ha pasado en la provincia de Valencia y Albacete, con la riada que se han llevado por delante cientos de vidas y numerosos desaparecidos.
Desde un principio y a la voz de su primera autoridad, Alberto Fernández González, el pueblo se echó a la calle con alimentos, sobre todo, que en tres o cuatro tráiler, iba a ser transportado a la costa valenciana, para, repito, paliar en lo posible la terrible catástrofe, que ha inundado la parte este de nuestra nación.
Uno de los primeros grupos que se pusieron al frente fue en la policía municipal. Dentro de su acuartelamiento se albergaron muchos de estos miles de kilos de alimentos y ropa para posteriormente ser llevada.
Otro de estos grupos se formó en los locales de la Academia el Pupitre donde se le unió la Hermandad el Rocío, a través de sus dos hermanos mayores, Antonio Gómez Ortega y María Fragoso Carro, que durante tres días seguidos, han estado pendientes y colaborando en la recogida de alimentos, que muchísimas familias ayamontinas llevaban hasta el lugar de recogida.
El sábado por la tarde un tráiler se llevó parte de la mercancía, ya que no cabía toda la que se había recogido, y que con lo que se recogió este domingo se podía llenar otro tráiler.
Además, en Punta del Moral y Canela hicieron acopio de ciento de kilos de alimentos, como asimismo en toda la parte alta de la ciudad como la Villa y viviendas camino del Parador.
Por todo ello hay que felicitar a los miles de lugareños que han sabido estar en los momentos cruciales del ser humano cuando pierden familiares, viviendas, coches, etc. en una riada sin precedente. Es ahí donde se nota el amor del ser humano, el amor de Dios.
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