Reabre la biblioteca municipal de Galaroza para impulsar la lectura

Cultura

La recuperación de este recurso cultural abre una nueva etapa histórica en las bibliotecas cachoneras

La fotografía de ‘La Niña del Piporro’ en la Galaroza de 1932

Reapertura de la Biblioteca Blas Infante.
Reapertura de la Biblioteca Blas Infante. / H.I.
Antonio F. Tristancho

18 de mayo 2025 - 05:01

Galaroza/La Biblioteca Pública Municipal Blas Infante de Galaroza vuelve a ser un motor de cultura tras su reciente reapertura oficial. La contratación de una nueva técnico encargada, Inma Encina, por parte del Ayuntamiento cachonero, abre nuevas vías para la formación, el ocio, la dinamización y el aprendizaje que ya han comenzado con una actividad denominada Conoce tu Biblioteca, realizada conjuntamente con el CEIP Hermanos Arellano de Galaroza. En ella, se ha dado a conocer el espacio bibliotecario y su fondo bibliográfico al alumnado y al profesorado, así como a la población en general, para que estuvieran informados de todas las funciones de esta BPM. Se ha aprovechado también para anunciar el plan de actividades previstas, tanto con el Centro Escolar como con diversas áreas municipales, como Guadalinfo-Punto Vuela, Deporte, Cultura, Guardería, así como con diversos colectivos locales como la Asociación de Mayores, Paz y Bien, Asociación Navahermosa Viva Participa, Hermandades cachoneras o la Asociación Cultural Lieva. La finalidad será acercar la cultura a través de la lectura de libros, mediante préstamos bibliotecarios tanto en Sala como a domicilio, para toda la población en general y así fomentar el hábito lector para enriquecer la mente y lenguaje de los usuarios.

Emblema de la nueva BPM Blas Infante.
Emblema de la nueva BPM Blas Infante. / H.I.

La nueva bibliotecaria ha informado a los asistentes a esta actividad sobre las funciones principales que se llevan a cabo en la BPM Blas Infante, y les ha asesorado sobre la manera de obtener los carnets de socios lectores y la renovación de los mismos.

Además del funcionamiento técnico de la Biblioteca, también se ha adelantado el plan de actividades previsto de cara a los próximos meses. Entre los objetivos están la creación de un Club de Lectura para la población adulta, con idea de extenderlo más adelante para los más jóvenes y niños; y ofrecer diversos talleres de manualidades, algunos de ellos en colaboración con Punto Vuela, como máscaras de carnaval, huevos de pascua, mini-paso de Santa Brígida para los más pequeños junto a las mujeres del pueblo. Un taller interesante que Encina tiene en mente llevar a cabo en breve está basado en los títeres, con idea de que los niños y niñas cachoneras puedan crear sus marionetas en el espacio bibliotecario y posteriormente representar un teatrillo en la próxima Feria del Libro de Galaroza que se celebrará en agosto.

Estantes de la Biblioteca cachonera.
Estantes de la Biblioteca cachonera. / H.I.

Entre otras actividades interesantes para la promoción y puesta en valor del fomento de la lectura se tiene pensado ofrecer taller de escritura creativa, senderismo literario con rutas de cultura, naturaleza, etnografía y gastronomía basadas en el fondo local de la biblioteca, talleres de Idiomas con lectura de libros en diversas lenguas, etc. Además, se pretende conectar con todo el tejido literario y cultural de la comarca serrana y otras zonas próximas para incentivar el fomento de la lectura a través de exposiciones, ferias del libro, presentaciones de autores ya conocidos y noveles, encuentros interbibliotecarios para mejorar y ampliar la funcionalidad de las Bibliotecas Públicas Municipales de la provincia de Huelva, y otras actividades.

Inauguración de la biblioteca en 1950 ubicada en el Salón de Plenos.
Inauguración de la biblioteca en 1950 ubicada en el Salón de Plenos. / H.I.

La reapertura de la BPM Blas Infante finalizó con un Cuentacuentos y con un Recital de Poesía de autores cachoneros como Jesús Arcensio y Luis F. Pérez Infante. Al final de cada sesión se regalaron lotes de libros con marcapáginas de diversos diseños para cada ciclo educativo y para la población en general, y se obsequiaron numerosos libros dispuestos en mesas expositoras.

Según Encina, “el objetivo primordial es conseguir que los libros lleguen a manos del mayor número posible de lectores y lectoras para leerlos e ir ‘enganchándose’ en el maravilloso mundo de la lectura, para así ir enriqueciendo la mente y el lenguaje a través de miles de historias de todo tipo que ayudan al hombre a ser más humano y tolerante, si cabe, y hacer de este mundo un espacio más pacífico y seguro en el que convivamos en paz y armonía con total libertad de pensamiento”.

Otras bibliotecas públicas históricas

Esta nueva etapa de la biblioteca pública cachonera se une a épocas anteriores donde también este lugar contribuyó a dinamizar la población. En Galaroza, durante el último siglo, tenemos noticias de la existencia de tres bibliotecas públicas. La primera de ellas fue creada en los años 30 del siglo XX, por parte del gobierno republicano capitaneado por Luis Navarro. Sabemos de su existencia gracias a la memoria que redactó el Secretario municipal, Francisco Criado, cumpliendo el mandato del pleno de 23 de agosto de 1935. En este valioso documento se menciona la creación de una biblioteca municipal, que se califica como “modesta desde luego pero que, acogida con entusiasmo por todo el vecindario, existe el propósito de su ampliación en cuanto lo consientan los medios económicos del Municipio”.

Negativa del Ayuntamiento a pagar lotes de libros en 1946.
Negativa del Ayuntamiento a pagar lotes de libros en 1946. / H.I.

La cuestión cultural, en efecto, junto a la higiene y la salud pública, fue uno de los pilares del gobierno republicano cachonero, quien, bajo el capítulo de Instrucción pública, mejoró la educación en el pueblo, abrió nuevas unidades escolares y construyó un nuevo colegio. El estallido de la Guerra Civil truncó esta y otras iniciativas, paralizando la acción de cualquier actividad, entre ellas la de la biblioteca.

Hay registros de peticiones de libros durante la segunda mitad de los años 40, e incluso la Editora Nacional, de Madrid, envía un lote de libros en 1946, al que el Ayuntamiento responde con extrañeza y su negativa a pagarlo, ya que “vienen diez libros duplicados y antes tenemos que abonar los sueldos de nuestros empleados y otras atenciones forzosas de mayor interés que la que nos ocupa”.

Hubo que esperar hasta 1950 para la formalización de la nueva biblioteca. El franquismo impulsó una red de bibliotecas provinciales y locales, a través del Centro Coordinador de Huelva y gracias a la labor de su director, Antonio Palma Chaguaceda.

Pago de libros para la biblioteca en 1951.
Pago de libros para la biblioteca en 1951. / H.I.

A finales de los años 50, en la provincia de Huelva se habían creado diecinueve Bibliotecas Municipales en otros tantos pueblos, seis sucursales, tres bibliotecas especiales en Huelva, Galaroza y Punta Umbría, además de la Biblioteca Provincial y tres Bibliotecas Populares establecidas en los barrios más importantes de la capital. La Biblioteca de la Estación Agrícola de Galaroza ya estaba creada en 1949 por parte de la Diputación Provincial, con el objetivo de aportar formación con libros y revistas del ramo para servicio de los labradores de la Sierra, estando a cargo del perito-director Antonio Celorico.

Tomando como fuente la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, por ejemplo el número 2 del año 1950, podemos conocer que ese año se organizó una visita, el 8 de septiembre, para asistir a la inauguración oficial de la biblioteca creada por el Servicio Nacional de Lectura en Galaroza. Los expedicionarios llegaron a las cinco de la tarde, recibieron a los visitantes el alcalde, Fernando Guerra Librero, con el Ayuntamiento en pleno, el R. P. capuchino Claudio Trigueros, el cura párroco Fernando Vázquez Rodríguez, el juez Ramón Delgado, el comandante de la Guardia civil Antonio Franco y otras personalidades.

Según el texto de la revista, “el vecindario se encontraba en las calles esperando asistir a la ceremonia de inauguración de la biblioteca, y la Banda municipal acogió la presencia de los viajeros con marchas patrióticas”. Con el lenguaje típico de la época, se describen las intervenciones durante el acto.

Petición de libro a la Biblioteca en 1974.
Petición de libro a la Biblioteca en 1974. / H.I.

Tras “atronadoras ovaciones, los visitantes, acompañados de las autoridades, pueblo en masa y banda de música municipal, se trasladaron al suntuoso templo parroquial de la Purísima Concepción”. En relación a este lugar, se aprovecha para mencionar tristes episodios relacionados con la década de los treinta, al recordar que fue “profanado por los marxistas, admirándose de que haya podido conseguirse su restauración elevándolo a uno de los mejores de Andalucía”.

Pasada la inauguración, para la cual se pagaron dos cajas de cervezas al proveedor local Pablo Lozano Navarro, se van sucediendo diversas noticias sobre la biblioteca. En una reciente investigación en el Archivo Municipal, la Asociación Lieva ha descubierto datos de personas que fueron encargadas de la biblioteca, como Camilo Domínguez Mendoza o Antonio Guerra-Librero García, que cobraban una gratificación de unas 166 pesetas por su dedicación en 1952 ó 1955. La mencionada Editora Nacional envía sucesivos lotes en esos años, valorados en 700 y 820 pesetas, y hay justificantes de adquisición de libros de Francisco Montero Escalera, como Aires de Bacuta, o de Títeres en la plaza, de José Andrés Vázquez, en agosto de 1955, justo cuando el escritor y periodista aracenense cumplía sus Bodas de Oro con la profesión.

Fuentes como el Boletín de la dirección General de Archivos y Bibliotecas de febrero 1955, informan que la Junta de adquisición y distribución de publicaciones había aportado para el centro de Galaroza un total de 934 volúmenes, diferenciando 321 libros para niños y 513 para adultos.

La última biblioteca pública de Galaroza, la BPM Blas Infante, fue inaugurada hacia septiembre de 2000, siendo alcalde Aurelio Fernández Ortega, convirtiéndose en un lugar de encuentro y de estudio para jóvenes y mayores. Estos lugares se unen a las bibliotecas de instituciones privadas, como la del Círculo Cultural Recreativo en los años 50 o la de la Unión Recreativa, que ya fue pedida por el inolvidable Antonio Arellano en el periódico El Manicomio, publicado en enero de 1930.

Con esta reapertura, se espera poder revivir muchos momentos de creatividad, de enseñanza, de aprendizaje y de sueños, a través de la lectura, para toda la población de Galaroza.

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