Ramón Palomino González: Un hombre bueno del campo
Gente de aquí y de allá
Fernando Barranco tenía muchas ganas de escribir y dedicarle un sencillo homenaje "a su amigo del alma”
Tenía muchas ganas de escribir y dedicarle un sencillo homenaje a mi amigo “del alma” y nunca mejor dicho, porque a Ramón yo lo quería mucho y él a mí también y eso me constaba a mi y a él también.
Ramón nació en Cartaya, pero se crio siempre en el campo de Punta Umbría, concretamente en La Norieta, que no es La Glorieta como mucha gente le sigue llamando, incluso en algunos mapas sigue apareciendo mal.
La Norieta es ese paraje tan puntaumbrieño que para quien no lo sepa, es donde actualmente se encuentra el Consorcio de Bomberos, en la carretera de Huelva a Punta Umbría.
Ramón vino al mundo el 16 de octubre del año 1929, el año que empezó la crisis económica mundial y con ese ambiente empezó a corretear por el campo, por supuesto sin importarle nada lo que ocurría a su alrededor, pero su mundo era el campo y así fue durante toda su vida. No sé de nadie que haya conocido palmo a palmo cada rincón del “Campo Común de abajo numero 5” que eso es como se llama nuestro extenso y magnifico pinar. Con Ramón he ido a medir muchas veces y siempre fue mi compañero, guía y acompañante sinigual.
Siempre me gustó mucho, poner en mis mapas y planos, la toponimia del lugar y él se las sabía toda., me decía don Fernando este valle se llama de tal forma, este cerro de tal otra y así llegue a conocer todos los parejes del término municipal, marajata, marijatilla, las víboras, la majá del centeno, la majá del gato, el pico de la romera, la norieta, el Rincón, La sangarriada, La Dehesilla, el valle de las yeguas, el valle de las pajas, la bota, el eucaliptal, la peguera, la majá de misa nueva, y lo conocía todo tan bien, hasta los límites del término, que lo nombraron guarda del campo, guarda del coto. Por esos parajes vivía otro buen y gran amigo mío y también de Ramón, Juan “de Soledad” que es un perfecto conocedor de nuestros campos.
Ramón se casó con María Rodríguez Palomino que también vivía en La Norieta y además era prima suya y además vive todavía y tiene 95 años y con una cabeza que Dios se la conserve porque esta muy lucida y cada vez que me ve le da mucha alegría.
Ellos cuando Vivian el campo, se dedicaban a criar las cabras que tenía su padre, luego se vinieron a vivir al pueblo, aunque a él le costó abandonar el campo.
Su hija Josefa a la que conozco desde hace muchos años igual que al que fue su marido, otra gran persona, Narciso “el cartayero” me contaba anécdotas e historias de su infancia y juventud. Iban a coger higos y para que su madre les hiciera dulces, iban a coger calabazas que se traían hasta su casa, rodando y las guardaban debajo de la cama. Su padre le enseñaba a hacer carbón, los famosos “boliches”.
En la ultima etapa de su vida, lo contrató el ayuntamiento junto a Diego Benito Mora para luchar contra los mosquitos, en todas las lagunas y charcas que Ramón las conocía todas y formaron un equipo que atacaba a esos insectos tan molestos con un insecticida llamado Malatión que también era nocivo para las personas, aunque entonces no se sabía.
En el año 2011, cuando él tenia 80 años falleció. Recuerdo en su entierro como lloraba María su mujer y es que no era para menos, no he visto nunca una mujer que adoraba a su marido como ella y es que no era para menos. Era el único hombre que conoció en su vida. Ramón era un hombre especial, un hombre cariñoso y bueno, bueno de verdad.
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