La retirada de arena como consecuencia de los temporales coincidentes con mareas vivas por el canal de acceso a la ría del Piedras es la principal causa de la situación que actualmente padece la playa de El Portil.  La pasada semana, con motivo de las borrascas que afectaron a la Península Ibérica, algunos tramos de esta icónica zona de baño del litoral onubense se quedaron prácticamente sin arena durante los periodos de pleamar.

La situación está llegando este invierno a tal extremo que, coincidiendo con dichos periodos, algunas de las construcciones de la primera línea de playa situadas en los tramos más erosionados, quedan prácticamente dentro del mar, únicamente protegidas por las escolleras de piedras instaladas por sus propietarios.

Es esta la principal conclusión a la que ha llegado el catedrático en Geología y profesor de la Universidad de Huelva, además de presidente de la Sociedad Geológica de España (SGE), Juan Antonio Morales, para quien la situación es fruto de un proceso "natural" derivado del "fuerte dinamismo" al que está sometida la desembocadura del Piedras y toda su área de influencia, incluida en al Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha de El Rompido.

Según Morales, es tal la movilidad de dicho entorno natural que la punta de dicha flecha arenosa, que históricamente ha estado en constante crecimiento, avanzó hacia levante unos 1.030 metros entre los años 2010 -coincidiendo con el dragado del actual canal de acceso al río Piedras- y 2016. A ello se une que, durante el mismo intervalo, el canal antes citado se desplazó en idéntica dirección al vertiginoso ritmo inicial de 60 metros cada dos meses (un metro diario). Una migración durante la que al mismo tiempo el canal se fue haciendo cada vez más profundo y ancho, y cuyo desplazamiento se fue ralentizando poco a poco con el paso del tiempo.

Situación de la playa de El Portil durante una pleamar durante los temporales de las pasadas semanas

Dadas las conclusiones a las que ha llegado el geólogo onubense, que conoce este espacio tras los numerosos estudios que ha realizado en él, el tramo de playa que más erosión padece es el que coincide con la situación en cada momento del canal de acceso, siendo actualmente la zona más afectada por los temporales de las pasadas semanas.

Para Juan Antonio Morales, por otra parte, el caso de El Portil es muy distinto a lo que sucede en otras playas como La Antilla, Central de Isla Cristina o Matalascañas, donde en el marco de un proceso cíclico, "los temporales se llevan mar adentro cada invierno la arena de la orilla, para devolverla de nuevo con la llegada del buen tiempo". Una situación que "casualmente sucede en aquellas playas donde se han construido paseos marítimos que han sustituido los cordones dunares que anteriormente existían en cada zona".

El caso de la fuerte erosión a las que están sometidos determinados tramos de la playa de El Portil es distinto, según Juan Antonio Morales, porque "la arena que retiran los temporales de invierno cae al canal de acceso al Piedras, y es retirada hacia mar adentro por las corrientes mareales, no pudiendo regresar para regenerar la playa de forma natural con la llegada del buen tiempo.

Además, esta dinámica litoral, añade el catedrático onubense, hace que los tramos que sufren una mayor erosión en El Portil "se vayan desplazando poco a poco hacia el este, en función de la migración del canal.

Retirada de varios metros de arena en la playa de El Portil, hace unas semanas

Por otra parte, tras el fuerte crecimiento que experimentó la punta de la Flecha entre los años 2010 y 2016, la situación llegó a invertirse entre los años 2016 y 2019, experimentando la punta de la flecha durante dicho periodo incluso hasta un decrecimiento de 330 metros por la coincidencia de fuertes temporales y mareas vivas, que "atacaron dicha punta, así como también los bajos situados a levante de la misma. Desde entonces y hasta la actualidad, el crecimiento de la Flecha ha quedado totalmente estancado, a pesar de lo cual el canal ha seguido avanzando hacia levante.

Todo ello se traduce, según Juan Antonio Morales, en que los tramos de playa con mayor erosión en El Portil "se irán desplazando en esa misma dirección, encontrándose en estos momentos justo frente a la zona más afectada por los temporales de las pasadas semanas".

En este proceso también influye el hecho de que la línea de costa tiene en la zona una orientación Noroeste-Sureste, mientras que la de la Flecha es Oeste-Este, y que el canal en su continuo desplazamiento está cada vez más próximo a la playa, causando aún más erosión en la misma.

Destrozos en las edificaciones situadas en primera línea de playa, tras los últimos temporales

Teniendo en cuenta de que se trata de un proceso "totalmente natural", como insiste el profesor Morales, cuando la Flecha siga creciendo por la propia dinámica del litoral, los tramos de playa de El Portil actualmente más afectados por la erosión "quedarán protegidos por la propia Flecha, como históricamente ha ido sucediendo en otros tramos situados más a poniente. Fue lo que pasó hace varias décadas frente al actual mirador de Nuevo Portil, donde se encuentra el conocido como chalé de Chamaco, el cual tuvo que ser entonces protegido con una escollera de piedras, y donde actualmente se acumula la arena y no se produce erosión alguna gracias al abrigo de la Flecha.

Las posibles soluciones

A pesar de ello, la línea de costa actualmente afectada por la erosión en El Portil sufre en estos momentos un grave problema, que para Juan Antonio Morales necesita una solución, especialmente de cara a los propietarios de las construcciones más afectadas, pero también para las miles de personas que cada verano eligen esta playa onubense situada en el término de municipal de Punta Umbría para pasar sus vacaciones, muchas de las cuales también son propietarias de inmuebles en la zona, aunque no en primera línea de playa.

Y para el experto onubense la "solución más viable" pasa por la realización de "aportes periódicos de arena, en la misma medida en que ésta es retirada cada invierno por los temporales, hasta que el crecimiento natural de la Flecha deje protegida la zona". El principal inconveniente de la misma, añade, es que se trata de un "proceso lento" y, "lógicamente los afectados exigen soluciones más a corto plazo".

Una de ellas es la construcción de un espigón en la zona, lo cual "no es viable" para Juan Antonio Morales, ya que a su juicio "alteraría enormemente la dinámica natural de la Flecha y de su área de influencia, que además forma parte del Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha de El Rompido, donde una construcción de este tipo ocasionaría un impacto ambiental demasiado grande", sin llegar a aportar tampoco una solución definitiva al problema de erosión.