Un policía 10 en Rociana del Condado

Sabino Cruz ha obtenido la mejor calificación en la XL Promoción de Ingreso en los Cuerpos de Policía Local Sacó el grado de Psicología a la par que las oposiciones

Sabino Cruz, en la oficina de la Policía Local de Rociana del Condado.
Sabino Cruz, en la oficina de la Policía Local de Rociana del Condado.
Carlos López Rociana

19 de julio 2015 - 05:01

El lepero Sabino Cruz ha obtenido la mejor calificación en la XL Promoción de Ingreso en los Cuerpos de Policía Local de Andalucía. Es ya un agente que desde hace unos días ejerce en Rociana del Condado como funcionario de carrera, junto a sus dos nuevos compañeros que en este mes se han sumado a la plantilla municipal.

Un intachable expediente académico que el joven lleva con total naturalidad, dispuesto a prestigiar una función de servicio al ciudadano que va mucho más allá de sancionar a quien vulnera la ley o multar a quien infringe las normas de tráfico. Cuando le pedimos tomar una foto con el cuaderno de multas nos pide no recurrir al tópico, a esa imagen que tenemos en el ideario colectivo. "Hacemos un trabajo mucho más extenso que eso, a veces actuaciones que pasan desapercibidas" y a las que no se le da difusión y que quedan en el ostracismo mediático. En este sentido, revela que antes de quedar para tomar las instantáneas que ilustran la entrevista ha tenido que mediar entre una pareja que estaba molestando a sus vecinos por los gritos que daban. "Junto con mi compañero hemos estado mediando, uno con cada miembro de la pareja, algo más de media hora". Todo para restablecer la paz social y vecinal sin tener que tirar del bolígrafo para sancionar. En esta tarea diplomática le ayudará, sin duda, su diplomatura en Psicología, una carrera que cursó a la par que las oposiciones para policía.

Cruz ejercía en una empresa familiar dedicada a la construcción, un sector que sufrió con especial virulencia el estallido de la burbuja inmobiliaria y, como concatenación de ella, una crisis económica que también tuvo dimensión mundial. Un tsunami que con 29 años (ahora tiene 37) le hizo replantearse otras metas y horizontes profesionales. Sin embargo, la decisión de dedicarse a la Policía no fue una decisión arbitraria o una vía desde la que garantizarse su futuro profesional. "Mi cuñado es policía y me atraía su trabajo, lo que me hizo preparar las oposiciones a la vez que iniciaba la carrera de Psicología". Un ingente trabajo intelectual que compatibilizó con la férrea disciplina del ejercicio diario, todo para superar las pruebas físicas que se exigen para entrar en el cuerpo.

"Ésta es la parte fácil. Es como un examen en el que conoces las respuestas. Sabes las pruebas y los tiempos y retos que has de superar", por lo que sólo necesitaba mejorar estas exigencias que se solventan "simplemente haciendo deporte". El reto, por tanto, estaba en la parte intelectual, esa que le llevó a medirse con los mejores aspirantes en la pugna por unas escasas plazas. La parte psicotécnica tampoco deparó sorpresas y no porque pudiera aplicar sus conocimientos profesionales para lograr una ventaja competitiva en los test de personalidad o las entrevistas cara a cara. "Para tener ventaja de la que hablas sería necesario conocer al detalle cada test y especializarte en ellos, de lo contrario -subraya- el análisis de tus respuestas delatarían un nivel de sinceridad muy bajo, algo que se penaliza". Por todo, aconseja que si se cree que se da el perfil profesional para ejercer en el puesto, lo ideal es "ser tu mismo y responder con sinceridad".

Una vez con la oposición en la mano, el joven lepero mostró todo su potencial en la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía (ESPA). Cuatro meses y medio de internado en los que recibió 1.300 horas de formación especializada a nivel teórico y práctico en las instalaciones del municipio sevillano de Aznalcázar. Allí los futuros agentes son puestos a prueba en todos aquellas vicisitudes a las que puede enfrentarse un policía. Una estancia de la que guarda un grato recuerdo por la experiencia y buen hacer de los profesionales que imparten esta enseñanza y "una dirección siempre preocupada por escucharte y saber en que pueden mejorar".

Toda esta sabiduría es la que pone a diario en las calles de Rociana tras los tres meses de práctica. Un destino en el que, asegura, ha sido muy bien acogido por una plantilla de policías "pequeña pero muy bien avenida" y dirigida por el oficial Francisco Parra, un "agente muy bien formado y profesional".

Pero si hay algo que quiere combatir este agente es la percepción de que es un cuerpo dedicado a poner multas de tráfico. "No existe ánimo de denunciar indiscriminadamente si no educar en conductas en pro de una buena convivencia. La gente entiende si le explicas que, por ejemplo, la multa por aparcar en un paso de peatones es por poner en riesgo a los ciudadanos que quieren atravesar una vía. La gente es comprensiva y cívica".

Frente a la pregunta de si ser policía fue un acto vocacional o una vía hacia un empleo fijo, Sabino Cruz explica que es comprensible que muchos ciudadanos, tras analizar el mercado laboral y sus posibilidades, opten por esta rama funcionarial, si bien sentencia que nadie estudia diez horas diarias de lunes a domingo si detrás de ese sacrificio no existe una voluntad expresa de dedicarse a lo que sueña. Esa es la motivación imprescindible para sobrellevar ese nivel de exigencia que implica empaparse de "un temario que hay que saberse al dedillo", asevera. Infinidad de leyes con sus distintos articulados que son la herramienta en el día a día. Luego, la experiencia y los conocimientos en la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía aporta el complemento a todos estos desafíos y tesituras que no se encuentran tipificados en la ley, pero que son igual de importantes para garantizar la seguridad vecinal.

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