Una planta endémica es apta para revegetar suelos muy contaminados
Un equipo de la Universidad de Sevilla analiza la 'Erica Andevalensis' y desarrolla trabajos de campo en la zona de Riotinto · El conocido como brezo de los mineros no coloniza las zonas limpias de metales
Una planta endémica de las zonas mineras está siendo objeto de una investigación cuyos primeros resultados señalan a este arbusto como apto para revegetar los suelos contaminados. El trabajo lo llevan a cabo investigadores de la Universidad de Sevilla y del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología del CSIC. Dirigidos por la doctora Sabina Rossini Oliva estos estudios persiguen conocer cómo revegetar áreas degradadas con gran presencia de metales pesados.
La Erica Andevalensis es un tipo de brezo como los que crecen en distintos lugares de España, aunque con una peculiaridad ya que como su propio nombre científico indica se trata de un endemismo de la Faja Pirítica que se da en zonas de Huelva, Portugal y Sevilla. Es una planta con unas hojas muy pequeñas, con una flor rosa que florece en verano y que por su situación asociada a la zona tiene unas cualidades que la Junta de Andalucía ha catalogado como 'vulnerable' en el Libro Rojo de especies protegidas.
Los trabajos de campo se han realizado en cuatro puntos del área de la Cuenca Minera de Riotinto y del sur de Portugal, concretamente de la zona del Alentejo.
Sabina Rossini explica que "estamos estudiando un brezo endémico que ha despertado nuestro interés, al margen del botánico, por los suelos donde crece la planta con zonas ricas en minerales, pobres en nutrientes y tierras muy ácidas donde se dan unas circunstancias que hacen imposible que crezcan otras plantas".
Los investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla han validado este modelo de recuperación natural en un artículo publicado en la revista Science Total Environment.
Llevan tres años trabajando en este proyecto y confían, según Sabina Rossini, en continuar otro más ya que "el aspecto más importante desde el punto de vista social sería que esta planta es útil para la bio-remediación de suelos contaminados".
En este sentido, la doctora del departamento de Biología Vegetal y Ecología indica que "lo que hemos comprobado con la Erica Andevalensis es que esta planta a través de unos procesos fisiológicos estabiliza las condiciones físico-químicas de los suelos. Esto es muy importante porque si los suelos se pueden conservar más o menos como están, por un lado se puede mantener la especie, catalogada como vulnerable, y por otro, crear una serie de condiciones que permitan el crecimiento de otras plantas".
Es el caso de la zona de Riotinto, donde en suelos altamente contaminados pervive la Erica Andevalensis con otros brezos e incluso con adelfas.
Aunque la planta es endémica y se ha estudiado en cuatro puntos concretos que representa un área extensa, no se entiende -y es ahí donde incide la investigación- por qué la planta no ha conseguido colonizar otras zonas que no sean estas degradadas.
Los estudios han permitido al equipo de investigadores localizar y cuantificar la distribución de los distintos elementos químicos en hojas, tallos y raíces de la planta. "Esto ha revelado que el brezo de los mineros es una especie que se adapta a la sequía y al estrés hídrico; que no tiene mecanismos de compartimentación para el cobre -no se ha localizado en la planta un lugar donde se acumule este metal- y es capaz de bloquear el plomo y el hierro a nivel radical evitando así sus efectos tóxicos en la planta", ha explicado Rossini.
Estos resultados forman parte de los proyectos de investigación 'Mecanismos de resistencia a metales pesados en especies significativas de la Cuenca Minera de Riotinto' financiado por la Fundación Ramón Areces y 'Efectos de las perturbaciones antrópicas en una especie endémica amenazada (Erica Andevalensis): mecanismos de resistencia frente a metales e implicaciones en su conservación' financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia.
Ya en 2006, investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) lograron, utilizando técnicas in vitro, cultivos de Erica Andevalensis. La investigación, dirigida por el titular del departamento de Biología y Salud Pública Ambiental, Francisco Córdoba, llevaba el nombre de 'Bases fisiológicas y celulares para la defensa frente al estrés oxidativo inducido por metales en plantas silvestres y de interés agroalimentario'. Junto a la planta andevaleña, también se estudiaban otras como la Spartina Densiflora, una planta habitual en las marismas onubenses y Nicotiana Tabacum, un modelo de laboratorio que permite el cultivo de células en suspensión.
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