El sector pesquero se muestra alarmado ante el agotamiento del Golfo de Cádiz

Los 85 barcos de la chirla amarran a puerto por falta de almejas en el caladero · Denuncian el fracaso de la inspección pesquera · Los barcos de cerco ya detectaron el descenso de sardinas en julio

Un grupo de marineros isleños, ayer, descarga en puerto sus bártulos tras amarrar el barco.
Un grupo de marineros isleños, ayer, descarga en puerto sus bártulos tras amarrar el barco.
E. Gómez · J. Suárez / Punta · Lepe

27 de octubre 2010 - 05:01

Primero fueron los barcos de cerco los que detectaron un alarmante descenso de los bancos de sardinas en el Golfo de Cádiz el pasado verano. Trasladaron la información a la Dirección General de Pesca de la Junta. Antes, los pescadores de El Rompido advirtieron también la carencia de especies en la zona. Y ahora los 85 barcos de la chirla de la costa de Huelva han decidido volver a los puertos-base de Isla Cristina y Punta Umbría ante la falta de capturas, que se extiende ya a toda la zona marítima. Según aseguran los armadores y pescadores, llevan algunas semanas saliendo a faenar y acarreando muy pocas capturas.

El sector, centralizado en Isla Cristina, Punta y Lepe, exige a la Junta de Andalucía, un estudio para aclarar la situación real de las aguas del Golfo.

El presidente de la Asociación de Dragas Hidráulicas, Cayetano Gómez, aseguró que la situación ha sido provocada por "la dejadez de la Administración. La Inspección Pesquera no ha controlado las capturas de los buques y algunos de ellos han realizado capturas mayores de las taras permitidas y en muchos casos ni han respetado las tallas mínimas". Gómez denunció que la denominada zona C, excluida de capturas al estar destinada a la repoblación y reproducción de la especie, "ha sido un fracaso porque todo el marisco se ha muerto". Según el sector, las altas temperaturas, la gran aportación de agua dulce y la falta de actividad en la zona ha favorecido la putrefacción en los fondos marinos.

En Punta Umbría, más de cincuenta marineros se concentraron en las instalaciones del muelle pesquero, donde hacía muy poco que había llegado ya el último de los barcos que aún faenaba, y sin apenas kilos que vender en lonja. Uno de los armadores, Juan José Serrano, explicó de manera muy escueta la situación: "No hay almejas". Según aseguró, llevan más de dos semanas faenando sin llegar a capturar más que unos cuantos kilos, y ni mucho menos llegando a las taras mínimas.

Los marineros llevan así desde que finalizó la última veda e incluso durante el verano no se han producido las capturas de años anteriores. "El que haya llegado a cien kilos algún día ha sido de milagro, porque no ha habido tanto", comentaron.

La medida de protesta se ha limitado por ahora a amarrar a puerto, aunque no descartan otro tipo de acciones. Aunque primero intentarán que la Administración les escuche.

Ayer tuvieron varias reuniones en las que participó el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores puntaumbrieña, Santo Cristo del Mar, Antonio Albarracín. Y hoy se reúne el comité técnico de la Mesa de la Chirla, de la que forman parte representantes del sector del Golfo de Cádiz, la Administración Autonómica y la Dirección General de Pesca.

El patrón mayor puntaumbrieño recordó que se ha pedido en varias ocasiones un estudio biológico de las zonas productivas para que se investigue qué pasa en los caladeros y si son suficientes los paros y vedas que se realizan para que éstos se regeneren naturalmente.

La zona de producción del Golfo de Cádiz se encuentra dividida en diferentes partes en las que se desarrollan paradas, reguladas por la Dirección General de Pesca y que cuentan con un exhaustivo seguimiento por los inspectores de la Junta de Andalucía. Lo que ha desconcertado a los pescadores es que el sector C, que abarca desde Matalascañas a Punta Carbonero, que ha permanecido seis meses cerrado no tiene chirlas, no parece que se haya regenerado.

Juan José Serrano asegura que "esto es muy raro" y así lo asienten los demás. Otros han llegado a decir que tener tanto tiempo un caladero cerrado ha llevado a una sobreexplotación del resto de las zonas y que por eso ahora no hay ejemplares.

En Punta Umbría hay más de cuarenta barcos dedicados a la chirla, la mayoría en la modalidad de ricchio. Del sector viven centenares de personas ya que hay que contar el trabajo en lonja, los distribuidores y los comercializadores, además de los vendedores detallistas. Un sector que mueve al año millones de euros. El patrón mayor recordó que en estos momentos la flota de arrastre y el pulpo están en parada biológica (sin cobrar ayudas) y, con el paro de la chirla, sólo están entrando en la lonja los barcos del cerco.

La situación preocupa mucho a las cofradías de pescadores de la provincia de Huelva. De momento, el Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto regulador de las modalidades de marisqueo de moluscos, crustáceos, tunicados, equinodermos, una norma que refuerza el carácter sostenible de esta actividad y pretende adaptar el número de licencias a los recursos de los caladeros disponibles.

stats