De nuevo Sevilla; otra vez Huelva

Justamente quince días. Justo el mismo día en donde Miranda alcanzaba la gloria de esa Puerta del Príncipe, Tirado sacaba tras una espectacular tarde en tierras granadinas su pasaporte hasta ese mismo albero. Lograba las credenciales para desembocar en esta tarde tan bonita y excitante como la que se presenta por delante. La realidad pensada a pocas horas de un paseíllo buscando el triunfador de todo ese recorrido de esfuerzos y de sueños que ha tenido que hacer este ayamontino para ser de la partida.

De nuevo Sevilla; otra vez Huelva. Otra vez ese sentido de la propiedad que sugieren los toreros en sus seguidores cuando la senda del triunfo funciona. De Ayamonte y con él legión de aficionados de su tierra llenando hoy los aledaños de esa plaza tan bonita y romántica que es La Maestranza.

Fue Motril la que marcó el rotundo nivel de madurez y oficio con el que Tirado solventó la papeleta más dura de todo este recorrido. Alguien puede rectificarme con eso de que lo difícil es hoy, la final, pero desde el respeto en la opinión no estaré de acuerdo. Motril fue el paso donde si no concretas, todo el mundo se olvida de ti; de todo lo bueno que has hecho. De cuanto triunfo y esfuerzo había hecho que Tirado siguiera en el circuito.

Era Motril la clave para el novillero ayamontino porque fue esa tarde cuando ante dos utreros diferentes en su ser y hacer Tirado enseñó todo ese arsenal de toreo que tiene dentro de una privilegiada cabeza para expresar la profesión por la que va caminando con firmeza.

No hace una año aun que al joven novillero ayamontino le preguntaba pocos días antes de su debut con caballos por esa cita con La Merced. De lo mucho que hablamos ese día me quedó la frase del novillero: “Es verdad que ha habido un poco de todo. Personas que lo veían propicio y otras que no lo veían pero eso es algo que a mí me gusta que se produzca porque te da luces para poder decidir. La vida son decisiones y yo he tomado la de debutar en Huelva”.

Debutar con caballos y tomar las riendas de un destino. Estar seguro a pie juntillas de que esa decisión no tenía retorno y apostar sobre tus posibilidades. Esa decisión es signo de la madurez que Carlos trajo bajo el brazo desde el primer paseíllo de luces frente a los erales. Madurez innata pero también impropia para aquellos comienzos de juventud. Carlos, en realidad ha sido siempre así. Tan personal en esa seriedad ante el novillo, a veces tan chiquillo para visualizarlo dentro de un traje de luces, pero siempre sereno sobre el albero.

Llegar hasta aquí, de la forma que lo ha hecho, de cuanto ha expresado y sorprendido pudiera parecer suficiente. Suena a triunfo, por supuesto. Más esa realidad en la cabeza del ayamontino no es eximente desde luego para que esta tarde Tirado llegue con esa ilusión a flor de piel por ser el triunfador real de la tarde. Por ser el triunfador de un ciclo en donde todas las miradas andan puestas también en lo que permitan los novillos de otro onubense porque de José Luis Pereda López son los utreros que esta tarde van ser parte consustancial del menor o mayor grado de triunfo de la terna. La ocasión también es para él. Seguro que no habrá escatimado mimo y tiempo para escoger esos seis utreros con los que enseñar divisa y trabajo sobre un ruedo exigente. Más Huelva si cabe, hoy en Sevilla. Mas Huelva…y Ayamonte.