Miranda y Ponce, cartel de campanillas para 2026

Temporada Taurina 2025

David de Miranda y Enrique Ponce formalizan su contrato de apoderamiento

David de Miranda y Ponce durante su encuentro de ayer
David de Miranda y Ponce durante su encuentro de ayer / E,T.M.
Paco Guerrero

Huelva, 28 de noviembre 2025 - 14:53

Desde ayer tarde Enrique Ponce es oficialmente el apoderado De David de Miranda. Nunca ambos han coincidido sobre el ruedo en una plaza de toros; a partir de hoy lo harán en el callejón de muchas plazas. De Enrique espera David consejo y compaña. “Estoy feliz de que se haya llegado a esta decisión por parte del maestro Enrique Ponce y yo. Un maestro del toreo que añade a su condición de profesional no solo la técnica sino haber sido respetado y querido por toda la profesión. Pienso que es un hombre que siempre me va a enseñar cosas, entenderá mis momentos complicados en la temporada y además me defenderá como torero donde se haga necesario”, expresaba el torero Triguereño poco después de haberse reunido con Ponce en su finca jiennense“.

“He escuchado consejos y opiniones durante todo este tiempo difícil de tomar una decisión que potenciara mi carrera y puedo decirte que esta era la opción más conveniente para este momento profesional. Me deja además tranquilo para planificar la temporada 2026 que espero sea un año no solo importante en cuanto a tardes y ferias sino que además me permita vivir cosas bonitas”, sentencia Miranda poco antes de emprender viaje a tierras gaditanas donde participó ayer en distintas charlas y coloquios.

Esta era la opción más conveniente para este momento profesional.

El valenciano querido y admirado en esta Huelva por sus tardes en La Merced significa prácticamente dos generaciones toreras por delante del trigueño. Cuando todos le habíamos echado las cuentas a David, le habíamos augurado una ‘casa grande’ para asegurar este primer tránsito por la elite del toro y casi le habíamos hecho la declaración de la renta, el torero ha venido a demostrar que su deseo real era alguien que le entienda como torero detrás de las tablas mientras un tranco más allá él se juega la vida frente a un toro.

Hasta qué punto se atreverá Ponce a hacer de Miranda un torero diferencial dentro de la monotonía del escalafón es algo que está por ver. Hasta qué punto la campaña de David es de pocas y escogidas tardes frente a un carrusel interminable de paseíllos, también está por dejarlo llegar. Si es por experiencia personal lo de Ponce nunca fue de pocas tardes en ninguna de sus importantes temporadas.

Dos en la carretera

Si el toreo es pura incógnita, este apoderamiento no lo es menos. La responsabilidad de hacer brillar en los despachos al torero de máximo interés de esta pasada temporada también añade alicientes al dúo. La bisoñez de Ponce como apoderado es patente pero las ganas de demostrar y demostrarse cosas también juegan a su favor. También es cierto que el valenciano tiene aval y capacidad para llamar a cualquiera de las puertas importantes del toreo. Y no tiene pinta de comisionista. Y sabe como llegar y mantenerse arriba. Son muchas cosas.

Ponce, marcó época grande en la Fiesta. Otro, Miranda, quiere marcarla. Ahí tienen por delante todo un camino. ¿Ponce tenía chance en la decisión de Miranda’, decididamente sí. Aunque para todos los demás que no éramos Miranda desde luego quien más acciones llevaba en sus bolsillos era Ramón Valencia, el empresario de Pagés en Sevilla.

La decisión de los maestrantes de no renovar se llevó por delante una posibilidad. Las otras seguían teniendo vigencia en la cabeza de Miranda y una de ellas nacida antes de aquel brindis en Muro era la de Ponce. El valenciano había preguntado a Miranda y Miranda calló. Apenas dos meses después Miranda llamó a Ponce y le expresó el deseo de que le apoderara.

Ahora solo queda mirar hacia adelante. No hay más. Quien mire hacia atrás se convierte en estatua de sal.

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