Niebla

La menor desaparecida vuelve a casa

  • Tras 47 días en paradero desconocido, la adolescente y su novio decidieron regresar el viernes porque ayer era el cumpleaños de él

  • La pareja se ocultó en Tavira, Braga, Coimbra y Lisboa

Final feliz para la pesadilla que ha vivido la familia Rodríguez Escala desde que el 10 de diciembre la pequeña María Adela, de 16 años, decidiera abandonar el domicilio familiar de Niebla y escaparse con su novio, de 23 años. La pareja tomó la determinación de regresar este viernes para celebrar ayer en familia el cumpleaños de él. En total han sido 47 días "de calvario", como confesó ayer a Huelva Información la madre de la menor, Adeli Escala. "Ahora hemos descansado por fin, pero hemos tenido una inquietud muy grande; estos días se nos han hecho eternos, creía que me asfixiaba y que me daba algo", indica la mujer.

Este rotativo pudo hablar con la propia menor, quien explicó que se encuentra en perfecto estado y que lo planificó todo para marcharse en aquella madrugada con su novio "porque queríamos estar juntos". Aprovechó que todos dormían en su casa, se hizo con unos 1.200 euros que su madre guardaba para la comunión de su hermano, "preparé una mochila pequeña con algunas mudas, porque no sabía para cuánto tiempo me iba, y me marché". A las 3:00 de aquella noche del 10 de diciembre "nos recogió un amigo de él en mi casa y nos llevó a Portugal". En torno a las "4:30 ó 5:00 llegamos a Tavira y nos quedamos en un hotel".

Mi novio y yo queríamos estar ya aquí y arreglar las cosas de otra manera"María Adela RodríguezMenor reaparecida

Fue allí, en aquel primer refugio algarvío, donde "vimos una noticia en el ordenador de mi novio de que nos estaban buscando, pero nos asustamos mucho y no volvimos a mirar más", indica María Adela Rodríguez a este rotativo.

Luego viajaron a Braga -donde los investigadores consiguieron detectar su rastro- y permanecieron durante más tiempo en Coimbra. En los últimos días habían viajado a Lisboa "porque queríamos conocerla antes de volver a casa", explica la niña. Lo decidieron recientemente. Él, natural de Villalba del Alcor y muy apegado a sus padres, quería celebrar ayer su cumpleaños cerca de su familia.

No regresaron porque se les agotara el dinero. De hecho, "nos ha sobrado bastante". No sólo el cumpleaños está detrás de la decisión del retorno, "sino que queríamos ya estar aquí también e intentar arreglar las cosas de otra manera". El viernes tomaron un tren desde Lisboa que debía llevarles hasta Villa Real de San Antonio, pero "paramos en Faro y allí cogimos el autobús directo Faro-Sevilla, que pasó por Huelva y allí nos bajamos para coger el bus de Sevilla por pueblos". El autocar se detuvo en Manzanilla y el padre del chico subió a él: "Nos dijo que nos estaban esperando, así que nos montamos en el coche del padre de él y llegamos a La Palma del Condado". Les esperaba la Guardia Civil. El reencuentro con sus padres fue muy emotivo.

Su madre, Adeli Escala, nos narra cómo recibió el aviso: "Fui a comprar al supermercado y llegué a casa a las 21:00 y pusimos la cena, y a las 22:30 me estaba llamando la Policía diciendo que la habían encontrado, que estaba en el cuartel de la Guardia Civil de La Palma del Condado, y que la niña estaba bien, que podíamos ir para allá".

El interrogatorio a la menor y a su pareja fue amplio. "No llegamos a casa hasta las 3:00", detalla Adeli. Como las actuaciones son secretas, la iliplense desconoce qué ocurrirá ahora con la pareja de su hija. "Ella se fue voluntariamente, pero no sé qué consecuencias tendrá para él, porque es menor; tenía que haber pensado un poquito las cosas y no haberse echado tan para adelante, porque ahora tiene consecuencias."

El padre de la adolescente, Javier Rodríguez, está "emocionado y nervioso porque la situación ha sido preocupante, el no saber, que no hubiera una llamada".

A la cría le realizan un seguimiento para comprobar que no ha sufrido ningún daño y ella "quiere estudiar, seguir con su canto". Después de esta angustiante aventura, la madre de María Adela dice que su retoño "viene más comprensiva, más humana; ha hecho muchas obras de caridad por donde ha estado, ha regalado ropa y le ha dado de comer a gente que pasaba frío y hambre en la calle", así que Escala piensa que "le ha venido bien esto para darse cuenta de ciertas cosas, para valorar todo más".

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