Cientos de personas han asistido en la Aldea de El Rocío al paso de las tropas de yeguas y potros que conducidos por los yeguerizos han recorrido las marismas donde pastan en libertad para ser conducidos hasta Almonte. Es una tradición que cuenta con 515 años de historia, desde que una ordenanza del duque de Medina Sidonia la reguló aunque su origen es ancestral.

Como cada año han sido cientos los asistentes que han contemplado el paso ante la Ermita de la Virgen del Rocío, donde las tropas han recibido la bendición. 

La Saca comienza desde los días previos, los ganaderos han reunido a los ejemplares de pura raza Marismeña que viven y crían en libertad en los humedales del Espacio Natural de Doñana y, organizados en tropas, ganaderos y caballos emprenderán su camino desde las marismas hasta Almonte.

Dos yegurizos pasan ante la ermita.

Uno de los momentos más esperados e icónicos se produce como es habitual en la puerta del Santuario de la Virgen del Rocío, al que comenzaron a llegar las tropas a las 10:00 horas, donde fueron bendecidas. Allí presenciaron la bendición representantes de las diferentes administraciones y, además este año, como novedad y dado que se han ubicado yeguas en dos nuevas fincas, Matochal y Rocina Sur, los ejemplares procedentes de esta última atravesarán la carretera A-483 y bordearán el Paseo Marismeño hasta llegar a la explanada del Santuario, en lo que promete ser una escena inédita.

La delegada del Gobierno, en Huelva, Bella Verano asiste al paso de las yeguas.