La mayor parte del valor añadido del producto sale fuera de la provincia

Los piñones, el producto final, se obtienen en fábricas que no están en Huelva

Un piñero en plena faena en la copa de un pino. / Jordi Landero
J. Landero

03 de diciembre 2017 - 02:06

La falta de vertebración del sector andaluz de la piña tiene una clara consecuencia: buena parte del valor añadido que genera la actividad con motivo de la transformación del fruto hasta obtener el piñón pelado listo para su consumo se marcha fuera. Y es que el precio final del piñón pelado oscila en el mercado minorista entre los 44 y los 63 euros el kilo, según su calidad.

Por ejemplo, de la piñera de Cartaya, ubicada en Malpica, salen cada día varios camiones cargados de piña en bruto dirección Valladolid, donde la empresa Piñones Román Lorenzo SL la transforma hasta obtener el piñón pelado, que posteriormente exporta casi en exclusiva a Alemania y Suiza para uso alimentario.

Javier Román, gerente de dicha empresa vallisoletana, indicó a Huelva Información que este año se ha quedado con uno de los mayores aforos de piña de la provincia de Huelva: el de los Campos Comunes de Arriba y Abajo de Cartaya. Dos montes en los que recolectará como máximo 580.000 kilos de piña en bruto, de los que según sus palabras al final obtendrá aproximadamente "más de 11.000 kilos de piñón pelado".

Román defiende que deja en la zona una buena parte del valor añadido que genera su actividad ya que, además de los 123.000 euros que ha tenido que abonar al Ayuntamiento de Cartaya por la explotación de dichos pinares municipales, en las labores de recolección de la piña trabajan en este municipio alrededor de un centenar de personas al que paga 0,55 euros por kilo de piña bruta recolectada. Una cifra que, según añade, "permite al piñero obtener entre 50 y 120 euros diarios", y que según ha podido comprobar in situ este diario puede ascender hasta los 300 euros al día por persona en plena campaña y en casos muy contados de cuadrillas formadas por piñeros muy experimentados. A ello "habría que sumar", según Román, "los puestos de trabajo indirectos que genera el transporte de la piña y otras labores relacionadas con la actividad".

En este sentido asegura que la intención de su empresa es "regresar en los próximos años a Cartaya, donde incluso tenemos ya proyectado construir una instalación fija".

Por lo demás, el empresario piñero vallisoletano asegura que la presente campaña "está marchando muy bien", y afirma que es la primera vez que su empresa viene a recolectar a Andalucía porque en la zona centro de España, por problemas derivados sobre todo de la sequía, enfermedades y plagas, "la cosecha ha sido muy mala". "Hemos apostado por Andalucía -añade- y concretamente por Cartaya, porque creemos que la piña en esta zona es la de mayor calidad de toda Europa".

Una calidad que se mide por su rendimiento, el cual según Román "es mucho mayor que en otros lugares". Y es que "mientras que en otros puntos de España el rendimiento de piña a piñón pelado se sitúa entre el 1,5% y el 1,6%, en esta zona de Huelva es el doble, estando entorno al 3%", detalla.

Un trabajo duro para los expertos del monte

Lejos queda ya en el tiempo aquella bucólica imagen del piñero como un hombre tradicionalmente dedicado en exclusiva a las labores del monte. Ahora son hombres o mujeres, jóvenes o de mediana edad, en muchos casos inmigrantes, en situación de desempleo, y (salvo en el caso de los migrantes) dedicados toda la vida a esta faena, pero que se marcharon a la construcción. Reconocen la dureza de la recolección de piñas, para lo cual tienen que trepar con el garabato a lo más alto de pinos que llegan a medir hasta 20 metros o más. Un trabajo que "no está pagado con nada, y que hacemos porque actualmente no hay otra cosa", aseguraron varios piñeros.

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