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Los mariscadores reivindican el método artesanal de captura de coquina a pie

  • Proponen que los barcos de rastro remolcado dejen de faenar y se concedan nuevas licencias El colectivo reclama el cierre del caladero "esquilmado" para permitir su regeneración

El sector de la coquina sigue en pie de guerra. La sobreexplotación de todo el caladero onubense, de Ayamonte a Matalascañas, preocupa sobremanera a los coquineros por entender que está en peligro su medio de vida. Los mariscadores han mantenido una reunión con responsables de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo a los que han trasladado de nuevo sus demandas, que pasan por el cierre temporal del caladero y la retirada de los barcos de rastro remolcado.

Los coquineros aseguran que el marisco que hay en las cinco zonas en las que pueden faenan es escaso, además de inmaduro, por lo que el trabajo que realizan a diario no es rentable.

El sector entiende, según el presidente de la asociación de mariscadores de Nueva Umbría, Emilio Jaldón, que es necesario cerrar las zonas de producción de la coquina unos meses para permitir su renegeración después de la sobreexplotación a la que están sometidas debido a la presencia masiva de mariscadores ilegales y de barcos tanto de rastro remolcado como de draga hidráulica (rischio).

Emilio Jaldón afirma que no hay coquina para tanta gente, sobre todo porque los sistemas de recogida de las embarcaciones multiplican la captura del marisco y porque además faenan incluso muy cerca de la playa. El ejemplo que pone es gráfico: "un barco hace por treinta mariscadores de a pie".

La propuesta del sector es que solo se permita el marisqueo con el método artesanal de siempre, y que se concedan nuevas licencias una vez que el caladero se haya recuperado.

El presidente de la asociación asegura que los coquineros apenas si obtienen ahora a diario 20 o 25 euros por las capturas que realizan y que con ese dinero no tienen para mantener a sus familias, teniendo en cuenta los gastos por la licencia y el seguro, además de la gasolina de los vehículos que utilizan en los desplazamiento. La situación es tal que algunos han optado por "dejar de pagar el sello" pero continúan mariscando sin licencia "lo poco que hay" y apenas capturan 2 kilos a diario.

El mal estado del caladero han contribuido especialmente, según Jaldón, los barcos del rischio (chirla) que también capturan coquina en cualquier época pero sobre todo cuando ésta tiene buen precio, porque estas embarcaciones "arrasan con todo lo hay en el fondo sea inmaduro o no". A ellas se han suman las lanchas fueraborda ilegales. Los mariscadores reiteran que estos barcos faenan a sus anchas por "la falta de vigilancia" y la pasividad de las autoridades competentes.

El pasado mes de septiembre, las asociaciones de Nueva Umbría y Ayamonte presentaron una denuncia en el Juzgado de Instrucción número 1 de Huelva contra la Subdelegación del Gobierno y la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía la permisividad con el marisqueo ilegal.

Las asociaciones alegan falta de control, porque incluso en la zonas cerradas a la captura de la coquina por la presencia de toxinas han estado faenando mariscadores a pie sin permiso y embarcaciones de todo tipo, y aseguran que "cuando ven barcos que están pescando en zonas prohibidas llaman a las autoridades y no aparece nadie".

Jaldón explica que los coquineros llevan tiempo alertando de todas estas irregularidades y de los efectos negativos que han producido en el caladero. En cualquier caso, los mariscadores sostienen que necesita un descanso para permitir su regeneración o de lo contrario "nos quedaremos sin coquina".

La Junta de Andalucía es consciente de la situación del caladero, de la falta de marisco y ha encargado un estudio que pronto dará a conocer. El informe determinará si es necesario el cierre o no, aunque Jaldón sostiene que casi con toda seguridad será sí.

Sin embargo, algunos coquineros se oponen a la clausura del caladero, porque su situación económica es tal que necesitan alguna fuente de ingresos por pequeña que sea para poder subsitir.

Mientras tanto la Consejería de Pesca abre y cierra al marisqueo las zonas de producción de la coquina en función de la presencia de la biotoxina DSP. El viernes solo permanecía cerrada la de Punta Umbría (la de Doñana está restringuida a uno pocos mariscadores). Previamente, el miércoles dio luz verde a la captura y comercialización del bivalvo en las zonas de la Barra del Terrón, Mazagón y Matalascañas, tras constatar la desaparición de la toxina y la ausencia de riesgos para la salud por su consumo. La de Isla Canela permanece abierta desde el pasado 21 de octubre.

La Junta sostiene que pone todo los medios para perseguir la pesca ilegal y muestra de ellos son las sanciones que ha interpuesto, cerca de medio centenar. Sin embargo, la propia delegada territoral ha reconocido que sigue habiendo, a pesar de todo, casos de furtivismo.

Los coquineros insisten en demandar una solución global que pasa por regular correctamente el marisqueo y ejecutar los mecanismos de control.

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