Un marinero de Isla Cristina, entre la tripulación del atunero 'Alakrana'
Francisco Valadés tiene 39 años y ejerce de tercer capitán en el pesquero que permanece secuestrado por piratas somalíes desde el pasado día 2 · Su madre conoció el suceso a través de la radio
"Vivo en una incertidumbre constante, por las noches me acuesto pegada a la radio y al teléfono... La última vez que le vi fue en Semana Santa". Hermelinda sostiene la fotografía de su hijo mientras pronuncia estas palabras con resignación. Han pasado ya nueve días desde que tuviera noticia del secuestro del Alakrana, el atunero vasco que fue secuestrado el pasado 2 de octubre, en el que su hijo, Francisco Valadés de Los Santos, embarcó hace unos meses.
"Por aquí no ha venido nadie a interesarse por mi hijo, únicamente los míos...", se lamenta Hermelinda, que se enteró del secuestro del barco a través de la radio. El mismo día que se conoció la noticia, un amigo del marinero isleño puso en alerta a la madre: "Han secuestrado un barco de Bilbao, ¿no será dónde va tu hijo", le apuntó. Pero realmente ella no le dio demasiada importancia, porque "son muchos barcos los que hay por ahí". El aviso le inquietó y no dudó en conectar la radio. Pocos minutos después sonó el teléfono: "Era mi nuera, Isarra. Me llamó y me lo confirmó". Cuenta Hermelinda que se le cayó el mundo encima y que desde entonces vive pegada al teléfono y a la televisión porque necesita estar pendiente de cualquier novedad. Ella no ha podido hablar directamente con su hijo. Todo lo que sabe es a través de su nuera. "Ella tampoco tiene muchos detalles, sólo que el dueño de la empresa está allí moviendo papeles, pero no recibe información alguna por parte de organismo oficiales... Nada de nada". A pesar de ello es el único hilo que le queda para poder estar más cerca de su hijo y por eso a diario habla con su nuera, quien le ha confirmado que Francisco habló con ella una vez: "Le dijo que se encuentra bien de salud y bien atendido".
Hermelinda, que es viuda y vive con otro hijo, asegura que cada día que pasa se encuentra peor. "Es una incertidumbre constante, por las noches me acuesto pegada a la radio y al teléfono esperando que suene con buenas noticias... Pero el día amanece y cada vez tengo menos fuerzas", añade mientras sostiene con fuerza la foto de su hijo en la mano.
Francisco Valadés estaba a punto de hacer el relevo que le llevaría de nuevo hasta Ondarroa (Bilbao), donde reside, pero el destino le tenía preparado una dura experiencia que continuará viviendo hasta no se sabe cuándo. La espera es lo peor para su madre, aunque no pierde la esperanza de volverlo a ver: "Estoy convencida que si vienen sanos y salvos, será pagando un rescate, de otra manera no lo veo", comenta con cierto optimismo Hermelinda, que ha estado a punto de viajar a Bilbao para estar junto a su nuera y su nieta, "pero ella me ha dicho que me espere, que cuando vaya cuando vuelva mi hijo y así lo puedo ver y abrazar", explica Hermelinda.
En el barrio de la Punta del Caimán, donde vive Hermelinda, todos los vecinos conocen a Francisco Valadés y hablan de lo sucedido. La noticia de que uno de los tripulantes del Alakrana llamado Francisco Valadés era de Isla Cristina comenzó a circular el mismo día del secuestro, pero fue perdiendo fuerza al creerse que se vinculaba con esta localidad costera porque fue allí donde se sacó el folio en la escuela del ISM para poder navegar. Pero lo cierto es que este isleño, que emigró a Bilbao hace años conserva sus raíces en Isla, donde viven sus hermanos, su madre y casi toda su familia.
Francisco lleva ya tres años trabajando en la empresa que gestiona el pesquero y siempre ha estado navegando por el mismo lugar, "está acostumbrado a trabajar por esa zona, aunque creo que cuando vuelva a casa se pensará lo de irse tan lejos, aunque esa es la vida del marinero", asegura su madre.
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