El mar sigue ganando metros al frente litoral de la playa puntaumbrieña de El Portil. Los distintos frentes que, asociados a la borrasca 'Irene', están atravesando en las últimas horas la Península Ibérica, y que en la madrugada de este miércoles han tenido especial incidencia en Huelva, están terminando de rematar los daños ocasionados el pasado domingo por 'Hipólito', que, junto con las mareas vivas de estos días, dejó edificaciones enteras prácticamente rodeadas de agua durante las pleamares, especialmente aquellas situadas en primera línea de playa.

En este avance inexorable de la naturaleza, la fuerza de los fenómenos costeros de las últimas horas amenaza ya hasta al viario público de la zona, con paseos y calles a punto de ser engullidas por el mar.

La situación más desoladora se vive en las inmediaciones de la calle Olivo, donde las viviendas situadas en primera línea de playa amanecieron este miércoles rodeadas de agua: la del mar al sur de dichas construcciones, y la de la lluvia en las enormes balsas de agua que se formaron en la misma calle con motivo de las fuertes precipitaciones de la madrugada anterior.

El problema vuelve a sumir en la más "absoluta desesperación" a la Asociación de Vecinos Portileños, cuyos máximos responsables observan impotentes durante la mañana de este miércoles como desaparecen su playas, y ya hasta sus calles, paseos y mobiliario urbano.

El mar se ha 'comido' en las últimas horas miles de metros cúbicos de arena

En declaraciones a Huelva Información su presidente, Prudencio Serrano, ha asegurado este miércoles en lo poco que queda de la playa portileña que ya no saben dónde recurrir para atajar el problema: "ya no pedimos ayuda, sino que rogamos que se haga algo", indicó en este sentido.

Según ha proseguido, el fuerte temporal que ha traído consigo esta madrugada la nueva borrasca, 'Irene', el mar sigue "comiéndose" metros de playa. Si hasta este domingo las construcciones de la zona más afectada habían aguantado el envite del  fenómeno costero gracias a las escolleras de piedra instaladas frente a sus casas por los propietarios de éstas, a partir de este miércoles todo puede cambiar.

Prudencio Serrano también ha precisado en este sentido que "el mar se está comiendo las dos bajadas donde no hay casas, y esta tarde (miércoles) con la pleamar, se caerá toda la pasarela de acceso a la playa. La situación ha empeorado, ya que antes se había comido unos seis metros y esta noche unos tres metros más", por lo que ha asegurado que tal situación "podría incluso llevar al derrumbe de la pasarela de acceso y los destrozos llegarían hasta la carretera".

Hay terrazas a las que ya les faltan varios metros de solería

Solo hay que dar un paseo por esta especie de 'zona cero' del desastre, justamente frente a la confluencia del río Piedras y el océano Atlántico, para apreciar la desolación que se vive en este punto del litoral onubense: miles de metros cúbicos de arena engullidos por el mar; cascotes de las construcciones derribadas esparcidos sobre la poca arena que aflora durante la bajamar; trozos de madera de las pasarelas de acceso a la playa desparramados por toda la zona; viviendas y viario público prácticamente suspendido en el aire al haber quedado descarnados por debajo por la acción del mar, y por tanto a punto de venirse abajo definitivamente; o terrazas de viviendas a las que ya les faltan varios metros de superficie y que acaban en un barranco sin acceso a la playa, el cual día está más cerca de los inmuebles.

La devastación es total en algunos puntos

Mientras tanto, cientos de curiosos inmortalizan cada mañana el desastre con las cámaras de sus móviles mientras pasean por la playa (solo durante las bajamares), y numerosos kitesurfistas aprovechan tales circunstancias meteorológicas para disfrutar, gracias a la fuerza del viento, las mareas y las corrientes, de su deporte favorito.