Manuel Ramos Hierro, copastor evangélico puntaumbrieño
Gente de aquí y allá
Menudo sacrificio ir desde pequeño todos los días en la canoa, con frío, viento o lluvia, al Instituto La Rábida de Huelva
José Juan de Paz Sánchez, estudioso y conocedor de la historia de Huelva
Copastor significa ayudante del pastor y eso es el bueno de Manolo en la Iglesia Evangélica Betania. Pero os voy a contar cosas de su trayectoria y de su interesante vida.
Yo he sido compañero de trabajo de su hermano Paco en el ayuntamiento, donde él ejercía de ordenanza y siempre fue muy querido por todos los funcionarios. También es hermano de una mujer buena de verdad, Gertrudis, gran amiga mía y siempre entregada a los demás y, además, yo era muy amigo de su marido Andrés, gran recreativista fundador de la Peña de Punta Umbría y que se marchó al cielo antes de tiempo.
Manolo nació en Punta Umbría en 1958, pero como aún nuestro pueblo no era independiente lo apuntaron como nacido en Cartaya. Tuvo una infancia muy feliz con sus padres Mercedes y Francisco, a los que conocí y traté, como a sus hermanos, los ya nombrados y Mercedes.
Él era uno de esos niños de los que siempre hemos oído hablar que iba todos los días al Instituto La Rábida de Huelva en la canoa. Menudo sacrificio aquel. Pero en su casa hacían falta unas pesetas y con apenas 14 años se puso a trabajar en la farmacia de don Nicolás Gómez Marín, donde estuvo hasta los 18, pues cambió de farmacia y se fue a la de don José Figueroa Agea, hasta los 20, que se marchó a prestar su servicio militar.
Al terminar la mili tuvo momentos muy malos porque sus amistades no fueron buenas y cayó en el mundo de la drogadicción. Pero antes pasó por la otra farmacia del pueblo, la de don José Macías Pérez. Gracias a Dios, como me dice él, y gracias a un buen amigo, consiguió salir de ese mundo y acudió a un centro de rehabilitación cristiano, el Centro Reto a la Esperanza y volvió a Punta Umbría una vez rehabilitado.
Dice que desde entonces es un hombre nuevo, porque hasta ese momento estaba algo confundido. En 1944 encuentra a la mujer de su vida, a que la conoce en el seno de la iglesia evangélica. Se trata de Araceli, con la que tiene un hijo, Manuel David, que los hace muy felices.
Para ser más útil a la sociedad se matricula en Formación Profesional, en la rama sanitaria, en el Instituto Fuentepiña de la capital onubense. Trabajó en el albergue municipal durante doce años. Luego fue contratado como auxiliar de enfermería en el Hogar Residencia María de Nazaret, en el barrio del Molino de la Vega; y allí estuvo hasta que se jubiló.
Ahora continúa en de la iglesia evangélica de Punta Umbría predicando la palabra de Dios y haciendo obra social. En sus ratos libres se dedica a oír música y también a cantar, sobre todo la música andaluza, con los cantes de su tierra, y no lo hace mal.
Pasó algunos momentos malos de salud, pero afortunadamente sanó al igual que también sanó de forma espiritual.
A todo esto, le encanta ver y disfrutar de la naturaleza, por eso dice que es un privilegio haber nacido y seguir viviendo en Punta Umbría, que para eso esta tierra es un verdadero paraíso.
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