José Manuel Brioso González: taxista y mucho más

Huelva/Pertenece a una familia onubense dedicada a las flores. Sus padres tienen una famosa floristería en el barrio de El Ciruelo. Su padre se llama Manuel y también fue taxista y su madre se llama Joaquina. Tuvieron un único hijo, José Manuel, que se dedicó a estudiar porque, teóricamente, era lo mejor que sus padres podían ofrecerle.

José Manuel nació el 23 de junio de 1993 en el ya vetusto hospital Manuel Lois de Huelva, que cerraría sus puertas definitivamente en el mes de noviembre de ese mismo año. Es decir, que fue de los últimos niños que nacieron allí.

Muy cerca de su casa, en el barrio donde vivía, junto al edificio de la Compañía Telefónica, había y hay un buen colegio, el Nacional de Prácticas, y un instituto que lleva por nombre Alonso Sánchez, el pre descubridor de América. Allí fue donde estudió sus primeras letras y completó el bachiller, antes de empezar a estudiar la licenciatura de Ciencias del Deporte en la Universidad de Granada, una carrera con muchas salidas pues lo mismo puede ser educador físico, entrenador deportivo, gerente y muchas otras actividades relacionadas con el deporte y la docencia. Y él, que es un gran aficionado al deporte en general, terminó sus estudios con gran ilusión y se dedicó a preparar oposiciones, a la vez que ganaba algún dinero trabajando con el taxi de su padre. Hizo el máster de profesorado de la universidad, estudió mucho preparando la oposición para dar clases, pero el inconveniente que tenía es que si las aprobaba se tendría que ir a donde lo destinaran y podía ser un lugar muy lejano a su Huelva de su alma. Y a todo esto, a su padre le llegó la jubilación y Juan Manuel decidió cambiar el rumbo de su vida y se quedó con el taxi de su padre. Y así es cómo actualmente se gana la vida.

Pero él tiene dos grandes aficiones. Una es la fotografía y por eso se compró un dron con una buena cámara de fotos y se sacó el título de piloto de drones y hace unas magníficas fotografías desde el aire de lugares preciosos de nuestra tierra, que tiene tantos y tan bonitos enclaves que enamoran. He visto algunas fotografías dé él de plazas, iglesias y monumentos que están tomadas desde lugares distintos a los habituales y que resultan maravillosas.

Estas fotografías que hace desde el cielo de Huelva tienen mucho éxito y le hacen muchos encargos para regalos o para decorar los hogares. En Navidades vende muchas fotos, solo hay que entrar en su página web. Él estaba convencido de que sus fotografías son muy buenas y para comprobarlo, en una ocasión y por probar, se presentó a un concurso y ganó el primer premio, lo que le dio la confianza para ponerlas a la venta y empezar a hacer exposiciones.

Además, esta afición tan bonita le sirve para complementar su sueldo de taxista. Él es un gran deportista, le gusta mucho el atletismo y cada vez que tiene la oportunidad sale a correr. Otro deporte que le gusta mucho practicar es el snowboard, un deporte muy bonito pero que en Huelva no se puede practicar porque es de invierno, de nieve, deslizándose sobre montañas nevadas y haciendo acrobacias, lo cual sirve para fortalecer la musculatura, especialmente los gemelos, glúteos, cuádriceps y trapecios.

Y aprovechando que le gusta mucho viajar y que para hacer este deporte se tiene que ir fuera de Huelva, va mucho a Sierra Nevada con sus amigos, también aficionados, y lo pasan muy bien dando volteretas por el aire como si fueran drones. También van varias veces al año a Andorra y a otros lugares con nieve.

Pero me confiesa que le encanta trabajar de taxista, que se aprende mucho y que generalmente le gusta hablar con los clientes y oír las cosas que le cuentan, sobre todos los buenos consejos que recibe y que agradece mucho. Pero también me cuenta que no es ningún sacrificado de la profesión y se va de vacaciones cada vez que puede. Hoy mismo, mientras escribo, me surge una duda y lo llamo y me cuenta que está viajando por las espectaculares islas de Indonesia.

Ahora, cuando regrese a Huelva, de nuevo seguirá con el taxi recorriendo las calles de su ciudad, a la que ama por encima de todo, con su clientela, que lo adora por ser una persona seria, formal y muy culta.