Javier Pérez Blanco: Un auténtico onubense que siempre ha trabajado duramente para engrandecer nuestra Semana Santa

GENTE DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Como desde pequeño tuvo al lado la Iglesia de la Concepción, siempre ha estado muy vinculado al mundo cofrade, siendo uno de los fundadores de la Hermandad del Calvario

Javier Pérez Blanco.
Javier Pérez Blanco. / M.G.

Miembro de la Academia Iberoamericana de La Rábida

Huelva, 10 de noviembre 2025 - 04:39

Javier nació en la calle Concepción y no ha dejado de vivir en el centro de Huelva. Por eso, cada vez que lo quiero ver, me voy al corazón de la ciudad y seguro que me lo encuentro, lo mismo en la calle Rascón, como sucedió la última vez, o en la calle Berdigón, o en la calle Vázquez López. Y es que a mi amigo Javier lo he necesitado muchas veces porque es u hombre muy polifacético y que ha desarrollado muchas actividades. Por ejemplo, fue delineante industrial y trabajó en Rotini y Cia primero y en Repsol después. Luego ingresó en la banca y fue director del Banco de Granada, en la barriada de la Orden. Y finalmente, ya casi toda su vida hasta su jubilación, ejerció como administrador de fincas, ya que montó una empresa propia en la Gran Vía que ahora llevan maravillosamente su hija Rocío y su hijo Javier Enrique. También hizo sus pinitos en Política, ingresando en las filas del PP y como todo, se lo tomó muy en serio, hasta que se cansó y lo dejó.

Somos amigos desde pequeños, aunque él estudió su bachiller en el Colegio Colón Hermanos Maristas de la calle San Andrés y yo en el Colegio Francés de la misma calle, pero con la diferencia de que yo soy cinco años mayor que él, aunque desde que lo conocí nos hicimos amigos. Él es el hermano menor de Manolo, también muy amigo y que era ingeniero técnico de Minas, dedicado a la política como uno de los dirigentes provinciales del Partido Andalucista; y de Arturo, ingeniero técnico forestal que trabajó hasta su jubilación en la compañía de Riotinto. Además, tiene tres hermanas, las tres funcionarias del Estado.

Yo siempre he tenido mucha amistad con su madre, Conchita Blanco Benítez, porque estaba casada con mi infatigable compañero en el ayuntamiento de Punta Umbría, el magnífico aparejador José María González Azcona, con quien tantas horas pasé y de quien tanto aprendí.

Su padre, al que no tuve el gusto de conocer, se llamaba Manuel Pérez Carmona, había nacido en Sevilla y era funcionario de Hacienda, mientras que su madre era funcionaria de la Consejería de Transportes de la Junta de Andalucía.

Como desde pequeño tuvo al lado la Iglesia de la Concepción, siempre ha estado muy vinculado al mundo cofrade, siendo uno de los fundadores de la Hermandad del Calvario. Más tarde fue tesorero de la Hermandad de los Estudiantes, siendo hermano mayor mi también amigo José Rodríguez Santiago. A mí esta hermandad siempre me ha llamado mucho la atención desde pequeño cuando la veía procesionar por las calles de Huelva. Además, una vez la vi lloviendo muchísimo y nunca se me borró aquella imagen.

Recientemente Javier y los cofrades onubenses acaban de organizar una procesión Magna Mariana que ha sido todo un éxito para Huelva y, según dice, nunca dejará de trabajar para seguir engrandeciendo nuestra Semana Santa. Y yo, que lo conozco bien, sé que será así.

A mí, que también soy así y también me siento un gran onubense, pero moviéndome por otros derroteros, un día Javier me pidió un favor y no lo pude atender. Por eso ahora aprovecho para pedirle mis disculpas. Me pidió nada más y nada menos que diera el pregón de San Sebastián ya que, como está acostumbrado a verme dar conferencias y escribir asiduamente, pensaba que yo me atrevería a hacer lo que me pedía. Pero no, sintiéndolo mucho tuve que decirle que no, porque yo no soy capaz de dar un pregón, porque es otro estilo de dirigirse al público. Por lo tanto, Javier, te pido perdón por no haberte podido atender en esa ocasión.

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