Isla Cristina prevé inaugurar la casa de Blas Infante el próximo Día de Andalucía tras su rehabilitación y ampliación
El inmueble acogerá una exposición permanente sobre la estancia del Padre de la Patria Andaluza en la localidad costera y contará también con salas polivalentes para actividades culturales y exposiciones temporales
Comienzan a rehabilitar la casa de Blas Infante en Isla Cristina, donde nacieron sus hijas
Isla Cristina prosigue acometiendo las obras para la rehabilitación integral y ampliación de la casa donde residió Blas Infante, notario y figura clave del andalucismo histórico, con la vista puesta en su inauguración coincidiendo con el próximo Día de Andalucía.
Así lo ha señalado durante la visita que este martes ha realizado a dichas actuaciones el alcalde en funciones de Isla Cristina, Francisco Zamudio, junto con otros miembros del equipo de gobierno, las arquitectas responsables del proyecto y representantes de la empresa constructora. Durante el recorrido se puso en valor tanto el avance de los trabajos como la importancia histórica y cultural del inmueble.
Zamudio subrayó que "Isla Cristina tenía una herida histórica con este inmueble, porque aquí vivió largo tiempo Blas Infante, nacieron sus hijas y ejerció como notario, muy activo en el movimiento cultural y de ateneo de la época". El regidor recordó que el proyecto se ha financiado con fondos municipales, por lo que "lo ha tenido que costear íntegramente el Ayuntamiento, con unos 600.000 euros, pero la satisfacción de ver cómo avanza la obra compensa".
El alcalde isleño mostró su confianza en que la apertura del inmueble convierta a la localidad en un referente a nivel cultural en toda Andalucía. "Queremos que este espacio dinamice Isla Cristina, que se integre en la Ruta de Blas Infante y que sirva para atraer a visitantes de toda nuestra comunidad autónoma y del resto de España", enfatizó.
Zamudio adelantó también la proyección cultural del espacio, detallando que "en la planta baja estará el Museo de Blas Infante, mientras que las salas polivalentes se pondrán a disposición de la ciudadanía para actos culturales. Queremos que lo disfruten as isleñas y los isleños, y también quienes nos visitan y quienes recorren la Ruta Blas Infante", al tiempo que subrayó que el reto no acaba con la rehabilitación ya que "cuando terminen las obras tendremos que seguir trabajando en la puesta en valor del museo y en dotarlo de contenidos, porque lo importante es que no se quede en un edificio bonito, sino en un espacio vivo".
Por su parte, la arquitecta responsable de la intervención, Ana Gómez, explicó que los trabajos avanzan de forma esperanzadora tras una fase inicial muy compleja: "La vivienda estaba en muy mal estado y hemos tenido que demoler y desescombrar con mucho cuidado para no dañar elementos originales. Ahora la estructura está prácticamente finalizada, tanto del edificio original como de la ampliación, y ya se han ejecutado los forjados de madera que recrean los originales".
Gómez detalló que la escalera volverá a su posición histórica y que "los espacios de la planta alta serán diáfanos para exposiciones y actividades, mientras que la planta baja acogerá la zona de recepción, administración, aseos, ascensor y la exposición permanente dedicada a Blas Infante". Sobre los plazos, avanzó que "trabajamos con la previsión de que la obra esté finalizada en unos diez meses, coincidiendo con el Día de Andalucía".
Finalmente la arquitecta municipal, Susana López, destacó la apuesta del proyecto desde su concepción, cuando "se supo ver la esencia de la casa y se amplió con un solar colindante para hacerla más funcional. El gran reto ha sido mantener la esencia histórica, combinándola con materiales contemporáneos y abrir los espacios al exterior, porque imaginamos este lugar como un espacio vivo para charlas y actividades en las noches de verano". López agradeció también el buen hacer de la empresa constructora, de la que dijo que "está realizando un trabajo con primor, con solvencia y con cariño, y eso se nota".
PROCESO LARGO Y COMPLEJO
La recuperación de la casa de Blas Infante ha seguido un camino complejo en los últimos meses. En junio de 2024 el Ayuntamiento adquirió el inmueble con el principal objetivo de asegurar su conservación y apertura al público. Ya en octubre de ese mismo año se licitó la dirección de obra y la coordinación de seguridad y salud. Fue en marzo de 2025 cuando comenzaron formalmente las obras de rehabilitación y ampliación, con un presupuesto superior a 628.000 euros. Ahora, en septiembre de 2025, la intervención se encuentra en plena fase de consolidación estructural, con la previsión de que el inmueble pueda abrir sus puertas coincidiendo con el próximo Día de Andalucía, convertido en un nuevo espacio de memoria y cultura para la ciudadanía, y en un nuevo atractivo turístico para Isla Cristina.
BLAS INFANTE EN ISLA CRISTINA
La casa se encuentra en el número 7 de la céntrica calle Diego Pérez Pascual, y en ella se instaló el Padre de la Patria Andaluza en 1923 con su esposa, Angustias García Parias. Allí abrió la notaría que regentó hasta 1930, y allí nacieron sus hijas, Luisa, en 1928, y María de los Ángeles en el año en que se marcharon de la localidad onubense.
La casa, de cierto estilo neomudéjar, como refleja sus arcos de herradura y el parteluz de las ventanas, estaba decorada muy en consonancia con los gustos de Blas Infante, que había quedado muy influenciado por su viaje a Marruecos hasta el punto de referirse en un periódico local con esta frase: "La casa daba la sensación de ser una vivienda islamista, donde se apetece quemar perfumes en un vaso de bronce y leer el Corán echado sobre blandos cojines".
De Isla Cristina, la familia se trasladó a Coria del Río (Sevilla), donde abrió igualmente una notaría, aunque se instaló a vivir provisionalmente en la calle Montevideo, número 15, del barrio sevillano de El Porvenir.
Blas Infante murió fusilado por las fuerzas golpistas franquistas durante la Guerra Civil española. Detenido en su casa de Coria del Río a principios de agosto de 1936, apenas una semana después del alzamiento, fue conducido a Sevilla y encarcelado sin juicio. La madrugada del 11 de agosto, un pelotón franquista lo sacó de prisión y lo fusiló en la carretera de Carmona. Sus restos se perdieron en una fosa común. Con él no solo cayó un hombre, sino también el símbolo de una Andalucía que soñaba con justicia social, cultura propia y libertad. Su ejecución fue parte de la represión franquista contra intelectuales, políticos y defensores del autonomismo andaluz.
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