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El informe técnico pedía un deslinde único de Doñana y el resto del Guadalquivir

  • Los expertos consideran que ambas zonas conforman un único ecosistema

El deslinde de 34,7 kilómetros de playa del Parque Nacional de Doñana, aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino en cumplimiento de ley de Costas, y en contra del cual se ha pronunciado la Junta de Andalucía (que discrepa de la extensión del deslinde) ha generado una nueva polémica sobre la conservación de este valioso espacio protegido. Ésta incluso ha desvirtuado el informe del catedrático de la Universidad de Granada Miguel Ángel Losada sobre el que el MARM ha fundamentado su decisión.

Losada recomendó a la Dirección General de Costas que el deslinde respetara "la integridad geomorfológica y funcional del estuario" del Guadalquivir "y de cada una de sus partes", según el informe recogido por Efe. Y cuestionó que se haya deslindado el dominio público del litoral de Doñana de forma independiente al de las marismas y las riberas del Guadalquivir porque genera "desorientación" y "no es recomendable por la integridad física y geomorfológica" del estuario.

Pese a ello, el MARM ha preferido deslindar primero desde el enclave turístico de Matalascañas hasta la desembocadura del Guadalquivir y posponer para una segunda intervención el deslinde de las riberas aguas arriba hacia Sevilla y de las marismas de Doñana, a pesar de que, según Losada y la mayoría de los expertos, conforman un único ecosistema.

La playa de Doñana ahora deslindada carece de actividades económicas relevantes, pero no así el resto del estuario del Guadalquivir, en especial, sus dos riberas, cuya zona susceptible de ser preservada como dominio público sufre una creciente ocupación de arrozales, salinas, explotaciones de acuicultura o cultivos de invernaderos.

El catedrático de Ecología de la Autónoma de Madrid Carlos Montes señala en sus estudios ecosistémicos sobre Doñana que las 26.000 hectáreas de marismas que ocupan el 54% del Parque Nacional apenas suponen una ínfima parte de las antiguas marismas del Guadalquivir, que estima en más de 1.600 kilómetros cuadrados y que se deberían incluir en el dominio público marítimo-terrestre si se respetase el criterio científico de analizar el estuario del Guadalquivir como un ecosistema único.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir señala en el denominado "esquema de temas importantes" de esta demarcación que en este estuario, no deslindado y en el que los deslindes aprobados están en fase de revisión, se ha consolidado "la más importante zona arrocera de España tanto por su extensión, 36.000 hectáreas, como por su producción, un 40% del total nacional". Respecto a las zonas deslindadas, el documento alerta de zonas como el Brazo del Este "que sufren continuas invasiones del dominio público".

Si a esto se unen desafíos como el dragado del Guadalquivir para aumentar su tráfico portuario, futuros proyectos turísticos y la expansión urbanística sobre el estuario del Guadalquivir parece evidente que la polémica sobre las dunas de Doñana bien podría valorarse como un grano de arena.

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