doble crimen de almonte | la familia del fallecido cree que puede haber más implicados

El único imputado ingresa en prisión acusado de dos delitos de asesinato

  • F.J.M.R. y su novia dicen que la última vez que él estuvo en el piso de la avenida de los Reyes fue hace 3,5 años La Guardia Civil localiza su ADN en toallas de dos baños del lugar del crimen

Prisión provisional, comunicada y sin fianza para el único imputado hasta el momento por el doble crimen de Almonte. La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Palma del Condado decretó en la madrugada de ayer el ingreso en el centro penitenciario de Huelva de F.J.M.R., al que le imputa inicialmente la comisión de dos delitos de asesinato por la muerte violenta -el 27 de abril de 2013- de Miguel Ángel Domínguez y su hija de ocho años.

En una sesión maratoniana que se inició a las 10:00 del viernes y terminó en torno a las 4:00 del sábado se oyó también la declaración de tres testigos, entre ellos la actual novia del imputado -ex mujer y madre de las víctimas, respectivamente-, Marianela Olmedo, y de otras dos personas (vecinos de la localidad) que sitúan al sospechoso fuera de su lugar de trabajo en la jornada del crimen.

F.J.M.R., de 30 años, defendió su inocencia ante la instructora de la causa y se prestó a responder a todas las preguntas que le formularon las partes personadas en el procedimiento, confirmaron a este diario fuentes del caso. Mantuvo, pues, su actitud colaboradora, como ha hecho en las anteriores cuatro o cinco veces en que ha sido llamado a declarar en los últimos 14 meses.

Reconoció que había estado en el piso de la avenida de los Reyes de Almonte en el que se produjo el asesinato, pero defendió que han transcurrido unos tres años y medio desde la última vez que entró en el inmueble, al que solía acudir -dijo- a hurtadillas para encontrarse con su entonces amante cuando el marido de ésta trabajaba en turno de noche en la superficie comercial almonteña.

En idéntica línea se expresó ante la juez Marianela Olmedo, respaldando la versión de los tres años y medio. A ello agregó que antes de abandonar el núcleo familiar el 8 de abril de 2013 ella misma se había encargado de lavar toda la ropa que existía en la casa, desde las toallas a la mantelería.

Sin embargo, fuentes del caso indicaron a Huelva Información que los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han hallado restos biológicos de F.J.M.R. en toallas que se ubicaban en dos cuartos de baños diferentes del piso de Los Reyes, hecho que han ratificado las pruebas de ADN.

A pesar de que las toallas no se encontraban directamente en el escenario del crimen, el resultado genético sí ha podido servir a los investigadores para situar al sospechoso en el inmueble, como mínimo, en los 19 días precedentes al doble asesinato.

Otro elemento clave hizo acto de presencia en la sede del Juzgado 1 de La Palma: el calzado hallado en el registro de la vivienda de los padres del imputado, en la calle Cristo de Almonte.

Una de las fuentes del caso consultada por este diario remarcó que uno de los pares de zapatos coincide en "número, marca y modelo" con una serie de huellas localizadas por los investigadores en la escena del crimen. Por contra, desde la defensa se mantiene que las pisadas encontradas en el inmueble son de un 44,5, dos números y medio superiores al que calza F.J.M.R., y que las zapatillas intervenidas pertenecen a su hermano, sin coincidencias en el modelo, aunque sí en el número y la marca, Nike.

En el mismo registro la Benemérita intervino un pantalón de chándal del sospechoso que presentaba una gota de sangre a la altura de la rodilla y que se está analizando en estos momentos para descartar que pertenezca a las víctimas. Pese a su posible relevancia, de momento esta prenda no aparece en las actuaciones: el lugar de los hechos es "tremendamente sangriento" y la evidencia localizada en el pantalón que F.J.M.R. había utilizado en diversas ocasiones para cazar o pescar es minúscula.

El imputado testificó ante la juez que el día de autos estuvo trabajando hasta más allá de las 22:00 en el supermercado en el que también desempeñaban su labor la víctima y la propia Olmedo. A esa hora se sitúa, aproximadamente, la comisión del crimen, ya que hay testigos que aseguran que fue entonces cuando oyeron una fuerte discusión en la vivienda de Miguel Ángel Domínguez.

Una de las cámaras de seguridad de la empresa lo grabó, vestido con el uniforme de reponedor, cerca de las líneas de caja a las 21:00:59, prueba que ha aportado la defensa. Eso sí, varios compañeros de trabajo no recuerdan ahora si es cierto que permaneció allí hasta las diez de la noche. La geolocalización de una llamada que realizó el propio sospechoso a las 22:08 desde la puerta del establecimiento respalda también su versión.

Los otros dos testigos llamados a declarar en la jornada del viernes fueron dos vecinos de Almonte que indicaron a la instructora que habían visto a F.J.M.R. ese sábado 27 de abril del año pasado en las inmediaciones de El Chaparral. Ambos, que paseaban aquella jornada a caballo por la zona, coincidieron al decir que cuando vieron al imputado conduciendo su propio coche, un Volkswagen Golf, y se pararon a hablar con él era de día, pero no casan las horas: uno situó este episodio a las 19:00 y el otro, entre las 20:00 y las 20:30.

El acusado reconoció en el juicio haber charlado con los dos testigos, pero matizó que fue él mismo quien llamó su atención cuando se dirigía del trabajo a casa de sus padres, bromeando con ellos sobre la borrachera que iban a coger aquella noche.

F.J.M.R. describió en sede judicial el recorrido que realizó tras abandonar el supermercado: se dirigió a la vivienda de la calle Cristo (testigos lo sitúan allí a las 22:15), se duchó, se vistió y se acercó al cajero de un videoclub cercano a sacar una película (también hay registro, a las 23:00). Movimientos estos que lo localizan "lejos" del piso de Los Reyes, según su defensa, aunque el imputado no ha participado hasta el momento en ninguna reconstrucción de los hechos que verifique este punto.

De la declaración de su novia como testigo también llama la atención que ella dejó un paraguas en el zaguán del portal del piso de la avenida de Los Reyes el domingo 28 de abril, por la tarde, cuando ya en las habitaciones yacían sin vida su ex marido y su hija. Ella indicó al respecto que no subió porque ya no consideraba suya la vivienda y que los llamó pero, al ver que nadie contestaba, estimó que habrían salido de casa.

Con el envío a prisión del principal sospechoso se refrenda la hipótesis del crimen pasional, algo que refuerzan el hecho de que la puerta de la vivienda donde perecieron Domínguez y su hija no estuviera forzada -sólo Marianela, los padres de ésta y la chica de la limpieza tenían llave- o el ensañamiento de las puñaladas que recibieron las víctimas.

La juez acordó el viernes el levantamiento parcial del secreto de sumario de la causa, a la que ya tuvieron acceso las partes personadas para su análisis en profundidad.

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