Las habas con poleo de La Palma
LA PALMA
Durante el fin de semana se consumieron 3.500 kilos de leguminosas Un buen ambiente festivo se vivió en las calles de la localidad Las carpas se ubicaron en la Plaza de España




De autentico récord Guinness. Cerca de 3.500 kilos de leguminosas se consumieron el pasado fin de semana en la décimo novena edición de las habas con poleo de La Palma del Condado que, una vez más, se convirtió en la mejor excusa para disfrutar de un acontecimiento gastronómico que movilizó a miles de ciudadanos, llevando hasta las tierras del brandy a centenares de visitantes.
La Plaza de España acogió en esta edición a trece stands que ofrecieron las habas como aperitivo y preámbulo de otras delicatessen del recetario local. Y es que el acontecimiento culinario se ha convertido, en los últimos años, en una cita que traspasa el ámbito local. Sabedor de esta fortaleza como patrimonio etnográfico, el Ayuntamiento ha impulsado las habas como un reclamo de primer orden para seducir al turismo séniors, a través del cual promociona sus monumentos, perfumado este fin de semana del aroma a poleo que envolvía el centro del pueblo.
Lo curioso es que el plato que se ha convertido en icono del municipio es de extrema sencillez, si bien han logrado obtener el punto exacto de sabor y cocción. En su elaboración se lava el poleo y se pelan los ajos. Las habas se extraen de su vaina y se limpian generosamente con agua. En una olla se vierten la leguminosa junto con el poleo, los ajos tiernos, una rodajita de limón y abundante sal, ya que esta ha de penetrar a través de su cáscara. En el fuego se deja hervir unos cinco o seis minutos; y para de contar. Una receta sin ciencia ni misterio y al alcance de cualquier bolsillo. Sin embargo, el secreto, la alquimia que convierte el plato en un tesoro gourmet radica en utilizar la mejor materia prima: habas del tiempo; poleo y ajos frescos. La clave nos la ofrece la cocinera Ana Leal, regente de un negocio de comidas caseras para llevar, que insiste que la cocción es también importante, pues la haba no ha de perder su tonalidad verdosa ni permitir que se deshaga como un puré.
El otro gran secreto de este plato es su fecha de elaboración, que ha de circunscribirse al mes de abril y mayo, cuando la primavera emerge y el poleo está en prefloración. La restauradora palmerina destaca que en otras zonas geográficas de nuestra provincia puede encontrarse este plato en otros meses. "Por ejemplo, en Bollullos se utilizan hierba buena, mientras que por Moguer y Palos de la Frontera gustan de utilizar cilantro", apostilla. De cualquier modo, los grandes gourmets preferían dejar ayer los fogones y disfrutar de las mejores habas. Una cita en un buen ambiente y con los espectáculos que se celebraron frente al escenario instalado frente al bello pórtico de la parroquia San Juan Bautista, que el sábado permitió dilatar la fiesta hasta la madrugada; y en la jornada dominical hasta después del café.
Las habas se trata también de un plato también rico para la salud. Pertenece a la familia de las leguminosas, aunque difiere de ellas en el gran número de proteínas que posee en comparación con otras hortalizas. En paralelo tienen un alto contenido en calcio, fibra y vitaminas B1 y B2, por lo que su consumo en una dieta regular permite bajar los niveles de colesterol malo. Además, sus flores contiene propiedades antidiuréticas y antirreumáticas.
Las cualidades del poleo no le andan a la zaga. Desde tiempos inmemoriales la planta se ha usado como digestivo, facilitando los procesos natural tras una comida al incrementar la secreción de jugos. Del mismo modo, su ingesta combate las fermentaciones intestinales.
La suma de ambos productos de la huerta en un mismo plato es una perfecta muestra de nuestra dieta mediterránea.
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