Y el ganador es... La Figuereta
Nueve grupos se disputaron anoche la gran final del concurso carnavalero isleño · Los políticos locales se llevan el recuerdo de unas letras que hasta bautizaron a Antonia Grao como la Princesa del Pueblo
El jurado del cuadragésimo cuarto concurso de agrupaciones del Carnaval de Isla Cristina decidió qué nueve grupos se iban a disputar en la noche de ayer la gran final del certamen. En la modalidad de comparsas, las seleccionadas fueron Los guardianes del Edén (Carmelo Vázquez), Chamán (Fran Sosa), La corona de agua, viento y sal (Manuel González Tubito) y Héroes (Jesús Cayuela, Punta del Moral).
El pase a la última batalla de la competición en el apartado de murga lo lograron El cielo puede esperar (Peña Las Monjas), Los que vinieron de Rumania… (Natanael), Vota PDT con fuerza (Tikismikis) y Los Maolillos (Jesuli Perojil, Huelva). A ellos se sumó Un quinteto con juicio, de Jimeno.
Al cierre de esta edición, aún no se conocían los ganadores de los galardones. Eso sí, los premios al mejor popurrit que entrega este año por vez primera la Diputación se lo llevó la comparsa Los conkistadores (Pedro Suárez, Ayamonte) después de una dura pugna con otra de las agrupaciones participantes, así como el quinteto de Jimeno. El galardón está dotado con 500 euros para cada modalidad.
No obstante, la segunda noche de semifinales dio mucho de si en el teatro Horacio Noguera. Abrió el telón la comparsa Chamán, que con su cabeza coronada de plumas revivió en uno de los pasodobles de Juan Venegas la mágica noche en la que la Selección española ganó el Mundial del fútbol, y dedicó a un personaje local, el Isleño del Año Eduardo, otra de las letrillas. Los cuplés, sobre los porros y las elecciones, y sobre la murga de Natanael y su fichaje en la filas del Partido Independiente La Figuereta (La Higuerita), de Antonia Grao.
Otro de los finalistas, la murga El cielo puede esperar de la Peña Las Monjas, sedujo al público con un repertorio bien ensayado y milimétrico de ancianos y cuidadoras con el Paseo Marítimo de Isla Cristina como telón de fondo.
El primero de sus pasodobles combinó el buen humor con su reivindicación para que el concurso dure más tiempo. El segundo, sobre los programas del corazón y el enganche de muchos a la telebasura. Los deportistas españoles de más éxito y la Ley del Tabaco hicieron acto de presencia en sus cuplés. El repertorio culminó con un popurrit plagado de chistes.
También alcanzó el viernes la gloria de la final la comparsa de Carmelo Vázquez, Los guardianes del Edén, con letra de Raquel Rendón (y cuplés de Javier Camacho Peluki) y música de Carmelo González. El impacto estético de esta elegante agrupación no dejó indiferente al respetable, que se introdujo de principio a fin en el imaginativo mundo de estos guerreros de Don Carnal que se dejaron la piel sobre el escenario haciendo gala de un repertorio espléndido, bien hilado y lleno de contenido. Espectacular fue el pasodoble que dedicó la agrupación a los 20 años de existencia de la Peña Las Monjas, con proyección de fotos incluida, que logró levantar rompiendo en aplausos a todo el patio de butacas. El segundo, una crítica a los envidiosos del mundillo a través de la historia de un niño que va a la Escuela de Carnaval. En los cuplés dejaron claro que si ellos son los ganadores "eso es lo suyo", además de cantar otro un tanto escatológico.
El popurrit fue, sin duda, armonioso, hermoso y contundente, uno de los más bellos y valorados de toda la competición.
Antes del descanso llegaron Los que vinieron de Rumania porque la cosa está joía. La murga de Natanael hizo disfrutar de lo lindo a los espectadores de principio a fin, con un brillante repertorio y cabra incluida.
Los alcaldables isleños centraron el primer pasodoble de esta chirigota, a la que siguió otro en que arremetían contra los que critican su estilo de hacer carnaval. El cuplé más brillante de estos murguistas fue uno de última hora dedicado al pasodoble a la Reina que cantó la comparsa de Tubito en preliminares, cuando apenas se acordaron de la letra. El segundo, al carril bici, con comparativa de la alcaldesa, María Luisa Faneca, con la esposa de Paco González.
Tras el descanso llegó la comparsa femenina, La guarida del capitán Canalla. La agrupación, dirigida por Ana Salas, disfrutó de lo lindo de su primera semifinal en el concurso isleño. Además de su presentación y sus bonitas voces, destacaron un pasodoble dedicado a ETA y otro a la anorexia.
Uno de los instantes más emotivos del viernes fue la entrega del Gran Vía de Oro a uno de los carnavaleros imprescindibles en la localidad: Antonio Aguilera Chicha. El comparsista cantó incluso una ranchera y recibió con mucha ilusión el galardón que reconoce sus 25 años de trayectoria en las carnestolendas isleñas. También recibió un homenaje a su aportación a las carnestolendas Custodio Suárez.
La murga de Rafael Rodríguez Fae, La Escuela de Carnaval del gran maestro don Jimeno, ni más ni menos vistió de multicolor el escenario y mostró un repertorio clásico con pasodobles a la Peña Las Monjas y a los abuelos. Sus cuplés fueron para una hermana que se lleva todo el día en Internet y a la princesa del pueblo, que para ellos no es Belén Esteban, sino Antonia Grao.
La última comparsa de la jornada fue la de Manuel González, Tubito, La corona de agua, viento y sal, una comparsa elegante que dedicó a la crisis su primer pasodoble y lanzó críticas contra la construcción de un nuevo ayuntamiento en Isla Cristina en el segundo. En el primero de sus cuplés pidió perdón a la Reina del Carnaval por no haberle cantado en condiciones el pasodoble dedicado a ella en preliminares, aunque finalmente escurrió el bulto y echó la culpa a otros de lo sucedido.
La murga de Servando Cárdenas, Los vidente Gey, graziozo donde los veis, cerró las semifinales. Aunque no logró pasar el corte, la agrupación hizo alarde de imaginación y buen humor en un teatro al que logró transformar en una tienda esotérica.
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