La fortaleza de San Marcos, camino de su restauración

sanlúcar de guadiana El proyecto pretende mejorar el entorno en el que se ubican ambos monumentos

La Junta de Andalucía y el Gobierno central abordan las obras de mejora, que se complementan con la construcción de un centro de interpretación y actividades

La garita que se levanta sobre el baluarte oeste del Castillo de San Marcos.
La garita que se levanta sobre el baluarte oeste del Castillo de San Marcos.
Juan Guerrero / Sanlúcar

06 de agosto 2012 - 05:01

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha iniciado las obras de restauración de la Fortaleza de San Marcos y el Fuerte de San Jerónimo, en Sanlúcar de Guadiana, con una inversión de 2.747.596 euros. La reforma se completará con la creación de un centro de interpretación y actividades de la arquitectura defensiva española. El Ministerio de Fomento sufraga el 50% del coste de ambas actuaciones con cargo a los fondos del 1% cultural generado por la contratación de obra pública, mientras que la Consejería de Cultura asumirá la mitad restante con recursos propios u otras fuentes de financiación, como los fondos Feder del programa de Arquitectura Defensiva.

Enmarcada en el Plan de Arquitectura Defensiva de Andalucía, esta actuación en Sanlúcar de no sólo se ceñirá a la restauración del propio monumento, sino a la puesta en valor del paisaje cultural en el que se sitúa el enclave, con intervenciones en los caminos de acceso tradicionales, en fuentes y pilones, en los restos de fortificaciones de la ladera del castillo o en los propios restos defensivos integrados en el caserío de la población.

Las obras tienen como objetivo la restauración completa de toda la fortificación, incluido todo lo contenido dentro del perímetro del parapeto del foso, y la recuperación de los volúmenes primitivos de los accesos y del paseo de ronda derruido. También se procederá a la adaptación del cuartel de la tropa como centro de interpretación del monumento.

Previamente a la restauración, la Junta está realizando prospecciones arqueológicas con el objetivo de descubrir nuevos datos del origen de la fortaleza. El Fuerte de San Jerónimo, junto a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Flores, emplazamiento artillero defendido sobre un pequeño baluarte, fue mandado construir por el conde Jerónimo Ró, Maestre de Campo General de esta frontera, ya que la población fue víctima del clima de violencia e indefensión propia de una guerra, sufriendo numerosos robos y saqueos, además de tener que hacerse cargo de la manutención de la tropa española acuartelada que defendía la frontera, con motivo de la Guerra de la Independencia Portuguesa.

La fortificación de San Marcos, clasificada como un edificio de interés turístico o arquitectónico, es un ejemplo de evolución en el diseño y técnicas constructivas defensivas que abarca desde el siglo XIV al XVIII, siendo cada una de ellas identificables debido al proceso de superposición y adosamiento de estructuras que no han ido destruyendo las precedentes.

Es la fortificación más importante de la raya de Huelva, en estrecha relación física y cultural con su oponente portuguesa en Alcoutím. La planta y disposición de estructuras de esta fortificación se desarrollan entre los siglos XIV al XIX, obedeciendo su configuración actual al proceso edificatorio de la primera mitad del siglo XVI con adiciones de los siglos XVII y XVIII.

El análisis morfológico revela que se trata de una fortificación de transición entre las estructuras defensivas medievales y las características de la Edad Moderna, en la que destaca cinco fases constructivas diferenciadas. El castillo de Sanlúcar de Guadiana es un ejemplo de arquitectura militar y defensiva que tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento. En 2007, fue inscrito en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz.

El Plan de Arquitectura Defensiva de Andalucía, (PADA), se extiende en Huelva a las fortificaciones de Aroche, Ayamonte, Paymogo, Encinasola, Cumbres Mayores, Gibraleón, Niebla, Cala, Aracena, Zufre, San Juan del Puerto y Sanlúcar de Guadiana, con una inversión que supera los nueve millones de euros, y desarrolla una intensa labor para la puesta en valor de este patrimonio mediante un inventario exhaustivo de la arquitectura defensiva de la provincia y la edición de dos publicaciones específicas.

El levantamiento portugués de 1640, acaudillado por el Duque de Braganza, dio origen a una larga etapa bélica entre España y Portugal, y en este contexto de guerra (1640-1648) se fortifican las plazas fronterizas de Huelva con los nuevos criterios emanados de la ingeniería militar.

Pese a todas las medidas defensivas que se iban tomando en Sanlúcar de Guadiana, el ejército portugués logró penetrar en esta población en diversas ocasiones, llegando a retener en su poder esta plaza con su castillo entre los años 1666 y 1668.

Una vez terminada la guerra, la vigilancia de la frontera sería ya siempre una constante. La Guerra de Sucesión (1700-1713) y la consolidación de Alcoutím como plaza de armas, obligaron al mantenimiento de una guarnición permanente en el Castillo de San Marcos y motivó la refortificación y ejecución de mejoras en el mismo.

El castillo de Sanlúcar fue construido sobre una estructura defensiva del siglo XIV, aunque la mayor parte de la fábrica actual data de la primera mitad del siglo XVI. Al inicio de la contienda con Portugal del siglo XVII, el Conde Jerónimo Ró ordenó que el castillo fuese reforzado, forrándose los antiguos muros para la más sólida defensa ante la acción de la artillería y aumentándose la altura de las plataformas artilleras.

En 1741, el ingeniero Ignacio Sala proyectaba la construcción de una plataforma parapetada en forma de media luna con dos cortaduras laterales para la disposición de nueva artillería que alcanzara la otra orilla del río Guadiana.

Tras la toma de San Marcos por los portugueses en el año 1666, estos realizaron diversas obras de fortificación exteriores, construyeron el baluarte nordeste y terminaron el aljibe.

Del siglo XVIII data la construcción del Cuartel de la Tropa y el de los Artilleros, así como algunas obras de refuerzo sobre baterías y murallas. A comienzos del siglo XIX, la guarnición del Castillo de San Marcos tomó parte en el contexto de la Guerra de la Independencia (1808-1814) para el control fronterizo, como punto de partida de tropas y como lugar de avituallamiento.

En 1866, el ejército cedió definitivamente el Castillo de San Marcos al Ayuntamiento de Sanlúcar de Guadiana debido al abandono definitivo de su función militar, pasando a utilizarse como matadero y lugar de venta de carne.

Ya en el siglo XX, se utilizó como cuartel de la Guardia Civil hasta finales de la década de los años 50, fecha en la que fue lamentablemente abandonado, tras lo que comienza para la fortaleza, construida en el año 1642 una etapa de decadencia y abandono.

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