La facturación de los chiringuitos se resiente y baja hasta un 30%
temporada estival La crisis resucita el hábito social del 'dominguero'
El Consejo Empresarial constata que los bañistas visitan las playas provistos de neveras para ahorrar gastos · Se resienten las ventas veraniegas de bares y restaurantes



La temporada estival en la costa oriental de Huelva se ha visto resentida por el recrudecimiento de la crisis económica, la merma del poder adquisitivo de los españoles y el hecho de que los veraneantes concentren cada vez más sus vacaciones, reduciendo así los días de veraneo.
Así lo corrobora Javier Albea, secretario del Consejo Empresarial de Chiringuitos de Huelva, quien cifra en un descenso de entre el 20 y el 30% la facturación del sector durante la primera quincena de julio.
Albea pone como primer elemento de este descenso el desplome del termómetro durante los primeros días del mes, lo que provocó un descenso directamente proporcional a la caída del mercurio, del que no se han salvado ni los fines de semana.
Sin embargo, a efectos cuantitativos la presencia en las playas apenas ha mermado. Así lo atestigua Antonio Rodríguez, responsable del servicio de aparcamientos en Las Dunas, quien apunta que la afluencia de público mantiene las cifras de pasados años e incluso los sábados y domingos el parking cuelga el cartel de lleno.
El factor determinante para que la facturación se vea resentida radica en que cada vez es mayor el número de personas que acuden provistos de neveras con los alimentos y bebidas necesarias para pasar el día, en perjuicio de los restaurantes, chiringuitos y bares. Es decir, el perfil de 'dominguero' ha colonizado todas las fechas del calendario y ahora es posible verlos cualquier día de la semana. Ciudadanos que aun veraneando con un piso o chalé se llevan los alimentos y bebidas para pasar el día en la playa, cuando en años anteriores optaban por comer fuera.
Dos factores confluyen a la hora de aumentar estos nuevos hábitos sociales.
En primer lugar, encontramos el hecho de que playas como Mazagón sean netamente familiares. De este modo atendiendo a la realidad social existen ciudadanos en situación de desempleo que tienen su vivienda en la costa y, al no encontrarse trabajando, acuden a darse un baño diariamente, cuando hace sólo un lustro lo hacía únicamente cuando se lo permitían sus compromisos laborales o durante el periodo de vacaciones.
En consecuencia, su gastos son infinitamente menor, si bien y en contrapartida la presencia en la costa no tiene por qué verse necesariamente resentida.
En segundo lugar, las personas jóvenes provenientes de Huelva y Sevilla suelen compartir vehículo, lo que redunda en un ahorro que les hace no tener que renunciar a disfrutar de un chapuzón.
Bajo este escenario, la densa confluencia de personas que se divisa en el litoral no tiene una extrapolación directa en las cifras de negocio.
Así lo atestigua Juan Blanco, responsable del Restaurante Las Dunas. En concreto califica de "flojo" el inicio de la temporada, primordialmente porque la temporada estival cada vez se acorta más, "concentrándose en el periodo comprendido entre el 15 de julio y el 30 de agosto". Sin embargo, se apresta a matizar: "El volumen de negocio es parejo al del año pasado cuando la facturación no comenzó a repuntar hasta la entrada en escena de la segunda quincena de julio". Es por ello que confía en que los próximos 45 días de negocio salven la campaña.
En el sector hotelero la situación es de momento un calco al escenario retratado por bares y restaurantes. Preocupa sobremanera que los clientes acorten sus vacaciones, si bien hasta el momento las cifras no distan en demasía de las del año pasado, aunque el desplome de las reservas sienta incertidumbre y limita la capacidad de inversión y la generación de empleo.
Lidia Casado, recepcionista del apartahotel Hermanos Pinzón en Mazagón detalla que "las cifras de ocupación es pareja a anteriores ejercicios", cercanas al 70%, si bien se acentúa la tendencia de "reservar a última hora".
A pesar de todo, el sector mantiene que la gran asignatura pendiente de nuestro turismo continúan siendo las infraestructuras que les impiden acceder a un determinado cliente de mayor poder adquisitivo, tanto de la capital de España como de Europa.
Albea va más lejos y apunta a la necesidad de mejorar los accesos a la costa y finiquitar el déficit de aparcamientos cerca del litoral, para lo que reclama la complicidad de los Ayuntamientos.
El representante de los chiringuitos destaca que "disponemos de unas playas envidiables, con el mayor número de horas del sol, la calidad de sus aguas y la arena, si bien a su juicio es necesario "mejorar los servicios y las infraestructuras".
En consonancia con ello el sector continúa apostando por mantener la calidad, el empleo y los precios que no se han visto incrementados en los últimos años.
Por otra parte, el sector de los chiringuitos instan a las administraciones locales a atajar la venta ambulante en el litoral y acabar con escenas que perjudican soberanamente la imagen del turismo y de nuestras playas. Así lo reclamaba Javier Albea, secretario del consejo empresarial de chiringuitos de Huelva, quien denunció la presencia de personas que, provistas de "bocinas o a voz en grito comercializan bebidas y alimentos sin las más elementales medidas de salubridad".
En este sentido denuncia la "pasividad" de los ayuntamientos o fuerzas de seguridad que no preservan la seguridad alimentaria y dañan la imagen de nuestro turismo.
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