La exportación salva la campaña a los vinos espumosos del Condado

La industria se sobrepone al lastre de no poder etiquetar los caldos bajos la nomenclatura de champán o cava · Huelva da la espalda a las burbujas autóctonas · El sector baja los precios para arañar mercado

Espumoso del Condado durante su proceso de reposo en la bodega.
Espumoso del Condado durante su proceso de reposo en la bodega.
Carlos López / Condado

31 de enero 2011 - 05:01

La eclosión del vino espumoso con el que brindó el sector vitivinícola onubense en el año 2004 parece haberse consolidado, aún a pesar de los efectos de la crisis económica y de que las cifras de venta disten de aquel histórico 2004 en que se produjo el famoso boicot a los caldos catalanes.

El sector parece así sobreponerse a la falta de identidad de un producto que poco a poco se va quitando el lastre de una nomenclatura que arrastra los perjuicios de no poder etiquetarse como champán o cava, pero que pueden competir de tú a tú incluso con los franceses en estrictos términos de calidad.

En La Palma del Condado, Bodegas Infante ha comercializado durante la campaña navideña cerca de 5.500 botellas de espumoso, lo que implica "cumplir los objetivos iniciales" en tanto en cuanto que supone consolidar las cifras de pasados ejercicios.

No obstante, ello no es un indicador de que la expansión de los caldos se haya visto paralizada. Todo lo contrario. La demanda exterior ha permitido amortiguar el previsible descenso que impone la coyuntura económica y otros factores ajenos a ella.

Es el caso del endurecimiento de la Ley de Tráfico que en su día trajo consigo que muchos tuvieran que realizar un obligado compromiso de abstinencia en las cenas de empresas y comidas fuera de casa.

El propietario de la entidad vinícola, José Infante, relata que actualmente remiten partidas a Alemania, Portugal e incluso México, si bien "el 65% de nuestra producción es de venta directa en bodega".

A pesar de este dato, el empresario palmerino lamenta que la adquisición de espumosos en la provincia sea aun un tanto testimonial, quizás por el amplio desconocimiento que existe de este producto.

Por esta razón, considera necesario hacer una labor pedagógica a la hora de que los usuarios conozcan este producto que coexiste en las estanterías con el blanco y el tinto amparados por el Consejo Regulador y que ya gozan de un amplio reconocimiento.

Agroalimentaria Virgen del Rocío ha visto cómo sus ventas, a falta de cerrar el ejercicio fiscal, han podido sobreponerse a unas expectativas a priori un tanto inciertas. En 2010 la cooperativa logró poner en el mercado cerca de 36.000 botellas, de las cuales entre 20.000 y 22.000 se comercializaron durante el periodo navideño.

Aún así, quedan lejos de las 50.000 que facturaron en el año 2004 en que estalló el boicot a los productos catalanes a cuenta del discurso independentista de José Luis Carod-Rovira, que disparó las ventas de cava en otras zonas de España como en Extremadura o el propio Condado.

El espumoso del Condado ha comenzado a ocupar destacados puestos en las estanterías de las grandes superficies, tiendas de alimentación y de gourmet. No obstante, su número se ve eclipsado por un sinfín de marcas que siguen vendiendo por su nomenclatura, lo que implica un sobreesfuerzo por parte de las empresas que aún tienen que correr con la difícil empresa de abrirse un nombre dentro de los consumidores.

Ni que decir tiene que ello implica unos cuantiosos gastos de marketing que ahora mismo se han de desarrollar de forma comedida y que han de tener el medio-largo plazo como horizonte.

Antonio Márquez, presidente de Agroalimentaria Virgen del Rocío, mantiene que es difícil lograr repetir las cifras de 2004, si bien sólo es necesario que "la gente apueste por los vinos de la tierra", prueben y conozcan su calidad.

Al calor de estas expectativas de expansión entidades como la cooperativa vitivinícola Nuestra Señora del Socorro de Rociana del Condado, dentro de sus planes de I+d+i, también se encuentra inmersa en la elaboración en pruebas de un champán con estilo propio con vistas a que nutra y enriquezca su carta de vinos e introducirlo en los circuitos comerciales donde su vino blanco goza de un gran prestigio.

La innovación en materia vitivinícola prosigue su curso y la entidad rocianera fue la primera en dar a luz al primer rosado con uvas autóctonas. Bodegas Infante, por su parte, hizo historia con un espumoso rosado, el primero que se elabora en Andalucía mediante una primera fermentación en barrica de roble al modo tradicional del Condado, a lo que se le suma cuatro meses de crianza y, como colofón, diez meses en rima hasta el degüelle. Este deleite para el paladar se gestó con uvas Tempranillo y Syrah producidas en la comarca.

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