La explosión fortuita de una bombona de butano deja dos heridos en la calle Alta
La deflagración se produjo el domingo, cuando el propietario de la casa encendió la hornilla
El domingo pasado Diego y Francisca, un matrimonio corteganés de avanzada edad, habían dejado su vivienda de la calle Alta para trasladarse a la finca de uno de sus tres hijos y celebrar allí en familia el día de Reyes. No se fijaron en que la espita de la bombona de butano que tenían en la cocinilla del patio se había quedado abierta. Durante las horas que pasaron con sus hijos y sus nietos, el gas se fue acumulando en la habitación, generando una peligrosa bolsa que más tarde desataría la tragedia, según confirmó a este periódico la Guardia Civil.
Regresaron a su hogar, sito en el número 18 de la calle Alta. El hombre, de 81 años, percibió el olor a butano. Una de sus vecinas, Ascensión Menguiano, indicó ayer a este diario que "llegó incluso a revisar el regulador y la bombona; le pregunté a los bomberos que por qué no nos llegó el olor a todos y me dijo que es lógico, porque cuando la fuga es grande, se acumula en el suelo y el olor no es alarmante".
Tras la inspección, Diego no se percató de que la llave de paso había permanecido abierta durante horas. Se disponía a calentar un poco de leche en la hornilla de la cocina cuando todo saltó por los aires.
Los primeros avisos al teléfono de emergencias 112 llegaron de particulares a las 20:55 del domingo, escasos segundos después de la explosión. Manuel Cayetano, que vive a unos 50 metros de la vivienda afectada, relató que "el estruendo fue exagerado". Ascensión Menguiano se encontraba también en la cocina de su hogar a esas horas, sólo tres inmuebles más allá: "Creí que se nos iba a caer la casa encima".
Todo el vecindario se echó a la calle. Los cristales de la puerta esmaltada de negro habían saltado por los aires. Dentro, Francisca, de 74 años, pedía auxilio a gritos, presa de un ataque de ansiedad por el que tuvo que ser atendida en el centro de salud del municipio serrano. Fueron dos agentes de la Benemérita, un cabo que vive cerca de los afectados y el guardia de puerta del cuartel, los que la sacaron de la casa. Salió por su propio pie.
Su marido no corrió tanta suerte, aunque todo su entorno reconoce que, vista la envergadura de la explosión, "podía haber sido muchísimo peor". Una ambulancia del 061 lo trasladó en la noche del domingo hasta el hospital de Riotinto. Había sufrido quemaduras en buena parte del cuerpo, aunque el 112 certificó que "no revestían gravedad". Para examinarlo más a fondo, fue trasladado a un centro hospitalario de Sevilla donde todavía permanecía hospitalizado en la tarde de ayer.
Siete efectivos y seis vehículos del Consorcio Provincial de Bomberos de los destacamentos de Aracena y Jabugo se trasladaron de inmediato hasta el lugar del suceso. Certificaron que se habían producido daños materiales -algunos tabiques han llegado a caerse, según los vecinos- pero no tuvieron que intervenir para apagar ningún fuego. La Guardia Civil ha precintado la vivienda, que se quedó sin puerta fruto de la detonación.
Las casas aledañas sólo han sufrido, afortunadamente, pequeños desperfectos. Los corteganeses de la calle Alta todavía no se han recuperado del susto, pero se alegran de que todo haya quedado en eso. Ahora esperan que Diego y Paca se recuperen de sus heridas y vuelvan pronto a su hogar.
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