Provincia

El espíritu rociero preside el VII Encuentro de Alumnos de Religión

  • Medio millar de jóvenes de IES de la provincia onubense asistieron al evento

El Santuario de la Aldea del Rocío volvió a verse inundado por cerca de cuatro centenares de jóvenes con motivo del VII Encuentro de Alumnos de Religión. La delegada diocesana de Enseñanza, María Jesús Arija, resumía el espíritu de la iniciativa en la voluntad de favorecer la interrelación entre los centros y fomentar el contexto de comunidad cristiana mediante actividades de convivencia.

Los participantes de esta séptima edición provienen de los nueve IES de la provincia de Huelva, así como de pueblos limítrofes como Bollullos y Almonte, los cuales desembarcaron en la aldea para disfrutar de una jornada que, más allá de su inherente contenido pastoral, tiene por objeto brindarles la oportunidad de disfrutar de una convivencia en toda la magnitud de la palabra.

A las once de la mañana el grupo se traslado desde la zona de 'Eucaliptal' hasta el Santuario de la Virgen del Rocío, donde acompañados de los sones de la flauta y el tamboril preñaron de sonidos una aldea que ya presiente la inminente llegada de pentecostés.

Una vez finalizada la santa eucaristía que se venía celebrando, los jóvenes colonizaron el templo dando paso a la oración y la preceptiva ofrenda floral a la patrona almonteña.

A pie de la imagen fueron recibidos por el obispo de Huelva, José Vilaplana, quien subrayó la importancia de propiciar este tipo de encuentros como medio de fomentar los lazos entre los distintos centros de enseñanza de secundaria, a la vez que brindan ese sano intercambio de experiencias entre profesores y alumnos de religión.

El obispo consideró que una vez más la presencia de estos colegiales derriba todos y cada uno de los tópicos que retratan una juventud anárquica en términos religiosos, a la vez que señaló que "su compromiso demuestra que responden a las invitaciones que desde la diócesis se les hace y que su papel es importante no solo en la Iglesia, sino en la sociedad".

Precisamente, a colación de ello Vilaplana habló de la responsabilidad que todos los cristianos tienen con los seres más necesitados y desfavorecidos de nuestra sociedad, para lo cual conminó a los chicos "a ser voluntarios de la Iglesia y que sus brazos jóvenes" serán los que sostenga la responsabilidad de contribuir a hacer un mundo más justo.

Tras el 'bautismo' pastoral del encuentro los jóvenes visitaron el Museo Histórico-Religioso, sede del Centro de Estudios rocieros, para posteriormente celebrar un almuerzo de convivencia cuajado de actividades lúdicas y recreativas en las que predominaron las dinámicas de grupo encaminadas a fomentar la interrelación entre los centros escolares, sin duda uno de los objetivos troncales de este Encuentro.

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