En las costas andaluzas, y también en aguas de Huelva, una eficaz modalidad de pesca deportiva lleva causando sensación desde hace ya varios años. Se trata de la pesca con inchiku, que por su sencillez y efectividad es capaz de satisfacer tanto a principiantes como a expertos, motivo por el cual cada día es más practicada por pescadores deportivos de todo el mundo.

Los inchikus fueron inventados por un grupo pequeño de pescadores profesionales japoneses, el equivalente a nuestros pescadores tradicionales que solían practicar en el Mediterráneo, que usaban este señuelo para capturar espáridos como doradas o sargos. Este método ancestral de pesca en Japón consistió en el manejo vertical de un plomo en forma de ojiva, a la que estaba conectado un pulpo armado por dos anzuelos atados sobre un hilo trenzado.

Estos señuelos han sido confundidos habitualmente con los Madai-Jigs, aunque su diseño y movimiento es muy distinto. El cuerpo del señuelo del plomo ha conservado la forma de una ojiva de sus orígenes con una cara superior generalmente plana, mientras que la cara inferior tiene una forma cóncava que se asemeja a la quilla de un barco.

Raúl Campos muestra un ejemplar capturado con inchiku

Los anzuelos van atados desde la parte superior y se camuflan dentro de un pulpo de plástico.

Esta forma específica da al inchiku una natación horizontal vacilante con puntos de agua inestables que producen una oscilación izquierda-derecha sobre su eje. Al mismo tiempo, la articulación entre el cuerpo y el pulpo transmite un movimiento natural y muy atractivo de la parte blanda que representa los tentáculos del pequeño cefalópodo.

Para saber cómo se desarrolla esta atractiva modalidad de pesca deportiva en las costas de la provincia de Huelva, el onubense Dani Salas acompaña en el vídeo que se adjunta a dos aficionados locales en una intensa jornada de pesca frente a Mazagón. Se trata de Raúl Campos y Joaquín Infante.

El pesquero elegido para ello se caracteriza por fondos de piedras y pecios a poca profundidad, donde estos dos aficionados onubenses capturan samas que posteriormente devuelven a su hábitat en su empeño por realizar una pesca responsable y comprometida con el medio ambiente. Al mismo tiempo, alternan la pesca con inchikus con la actividad en superficie de pelágicos que se rinden ante la acción de pesca de los señuelos a spinning. También se dan a conocer los secretos y técnicas mejor guardados de ambos apasionados a la pesca deportiva.

Su forma da al inchiku una natación horizontal vacilante con puntos de agua inestables que producen una oscilación izquierda-derecha sobre su eje

A primera hora de la mañana los pescadores se dan cita en el puerto de Mazagón, donde se embarcan a bordo del Cintina, que capitanea Raúl Campos y a quien acompaña su amigo Joaquín Infante. Juntos, llevan ya varios años practicando la pesca con el uso de inchikus.

Tras montar sus señuelos se dirigen hacia las diferentes piedras en busca de actividad, para poner en práctica una modalidad  de pesca vertical, en la que lo más importante es situar la embarcación sobre los cardúmenes de pescado.

A medida que el sol va tomando fuerza se va buscando una mayor profundidad y la jornada está cumpliendo las expectativas de los dos pescadores onubenses expertos del inchiku, que demuestran con cada captura y suelta la efectividad de una técnica cada día más empleada por pescadores de todo el mundo.

Los dos pescadores onubenses practican una pesca responsable al devolver las capturas a su hábitat

Posteriormente cambian de pesquero para dedicar parte de la jornada a la actividad en superficie, sacando y montando para ello cañas y señuelos de spinning.

Finalmente regresan a las profundidades, donde concluyen una jornada apasionante de pesca que se ha saldado con numerosas capturas, las cuales han ido devolviendo a su hábitat.