Provincia

Dos detenidos por caza furtiva con perros de presa en Doñana

  • Pretendían colocar la carne del jabalí que habían matado en el mercado negro

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), pertenecientes a la Patrulla de Niebla y al destacamento especial de Doñana, de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, han detenido a D.G.R., de 30 años de edad, y a M.L.T., de 39 años, ambos vecinos de Almonte, como presuntos autores de un delito contra la fauna silvestre.

Los hechos ocurrieron a las 04:00 del pasado 18 de febrero, en un coto de caza denominado Los Mimbrales, dentro del término municipal de Almonte. Allí, los agentes del Seprona prestaban un servicio de prevención del furtivismo, pues tenían conocimiento de que dicho lugar era frecuentado por cazadores que realizaban esta actividad de forma ilegal y bajo la modalidad de caza con perros de presa. A las 22:30 los guardias civiles dieron inicio al servicio, realizando un apostadero en la finca, obteniendo un resultado positivo sólo una hora después, cuando vieron a un todoterreno introducirse en la finca y posteriormente apagar las luces, para continuar su marcha hacia el interior de la misma. Horas más tarde vieron cómo se encendían varias linternas y se oían algunos ladridos de perro.

Sobre las tres de la madrugada, los agentes observaron a lo lejos a un perro de grandes dimensiones perseguir a un grupo de jabalíes, por lo que, ante la evidencia de que se trataba de una actividad ilegal de caza, procedieron a la búsqueda de los presuntos responsables.

A las 03:30 consiguieron detectar al vehículo, que se había detenido en la cancela de entrada y, cuando su conductor se apeo para abrir la puerta, los guardias civiles le interceptaron. En esos momentos llegó un segundo todoterreno, que también fue interceptado.

En el registro de ambos vehículos, los agentes descubrieron una gran mochila que contenía el cuerpo decapitado de un jabalí, además de dos cuchillos de remate de grandes dimensiones, manchados aún de sangre, alicates, cuerdas y otros útiles de caza, además de un botiquín de primeros auxilios, destinado a realizar una primera cura de emergencia, por si lo perros sufrían el ataque de algún jabalí. Todo este material fue intervenido, además de los seis perros que viajaban en el interior de uno de los vehículos y en un remolque. Estos animales, todavía se hallaban sudorosos y jadeantes por la actividad reciente, e incluso mostraban algunos cortes fruto del enfrentamiento con el jabalí.

La intención de los cazadores era acopiarse de la mayor cantidad posible de carne de caza para darle salida en el mercado negro.

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