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Una niña destina el dinero de su comunión a la lucha contra el cáncer

  • Ana Bazo, de nueve años, sintió la necesidad de hacer algo tras perder el año pasado a José, un compañero de clase

  • La pequeña dona a La sonrisa de Rafa la recaudación de la celebración

Ana entrega la recaudación a La sonrisa de Rafa, entidad impulsada por los padres de Rafa, un niño de 8 años que falleció en 2014 víctima de un cáncer.

Ana entrega la recaudación a La sonrisa de Rafa, entidad impulsada por los padres de Rafa, un niño de 8 años que falleció en 2014 víctima de un cáncer. / jordi landero

La pérdida el año pasado de José, un compañero de clase, víctima de un cáncer, dejó una profunda huella en Ana Bazo Gómez, una niña de nueve años, vecina de Cartaya, quien desde entonces sintió la necesidad de hacer algo para que este tipo de pérdidas no vuelvan a producirse o, al menos, sean menos frecuentes.

Lo "mal que lo pasó entonces", según confiesa a Huelva Información su madre, Carmen Gómez Andrade, la llevó recientemente incluso a pedir a su familia que no se celebrase su primera comunión, con el objetivo de destinar los gastos derivados de ello a la lucha y la investigación contra dicha enfermedad.

Al final encontraron una solución intermedia y consensuada entre ambas: la comunión se celebraría, "para no dejar a la niña sin esa ilusión", según relata Carmen, a cambio de que el dinero obtenido en la misma gracias a los regalos de los invitados, fuese entregado a una entidad benéfica y "específicamente destinado a la investigación y la lucha contra el cáncer infantil". "Ese era su expreso deseo y así lo hicimos", señala.

La comunión se celebró hace unas semanas y, previamente a la misma, según Carmen, la niña "me pidió incluso que le dijese a los invitados que no quería regalos, que prefería el dinero para destinarlo a dicha causa".

La propia pequeña comenta que, cuando murió José, compañero suyo primero en la guardería y posteriormente en el Centro de Educación Infantil y Primaria Concepción Arenal de Cartaya, "nos dio mucha pena porque yo sabía que no podía hacer nada para recuperarlo, aunque sí para ayudar a que se investigue sobre el cáncer infantil, y por tanto para ayudar a otros niños". "De ahí surgió mi idea", puntualiza.

Su madre, emocionada, insiste en que "todo ha sido cosa de ella". "¿Quién no se va a sentir orgullosa de tener una hija así? Yo lo único que hice fue pedir a los invitados a la primera comunión que en lugar de regalos le entregasen el valor de éstos en metálico y buscar una entidad que nos garantizase que dicho dinero se destinará finalmente al fin que mi hija quiere", explica.

De esta forma, y a través de unos amigos, contactaron con La sonrisa de Rafa, una entidad onubense impulsada por unos padres que perdieron un hijo víctima de un cáncer, y que organizan numerosos eventos con el fin de recabar fondos para destinar a la lucha contra el cáncer infantil, entre ellos el conocido trail La sonrisa de Rafa, que se celebra cada mes de enero en la pequeña localidad onubense de Berrocal.

El momento de la entrega del dinero "fue muy emocionante", asegura Carmen, a lo que añade que "no hay palabras para describir cómo esos padres que han perdido un hijo luchan para que otras familias padezcan esa traumática situación".

Por su parte, Ana confiesa estar ahora "muy contenta y satisfecha" después de haber logrado su objetivo. No obstante, añade que no va a parar porque su gesto "puede servir para concienciar a otras muchas personas sobre la necesidad de ser solidarios con esta causa". Para ella, la cantidad de dinero que donó es lo de menos (de hecho prefiere no decirla), ya que "lo importante es fomentar la colaboración de todos".

Y parece que por el momento lo está logrando, ya que, con sólo nueve años, su gesto le ha servido y dado ánimos para liderar y poner en marcha en su colegio un mercadillo solidario cuyos beneficios destinarán a la causa, en el que, concluye, "están trabajando todos los niños con mucha ilusión".

Desde La sonrisa de Rafa señalan que Ana ha mostrado "un corazón enorme que ya muchos quisiéramos para nosotros". Con su gesto, según valoran, ha demostrado lo grande que es ella con su madre y hermanos, y cómo los valores que tiene y que le han sido inculcados desde pequeña pueden hacer cambiar algo el mundo, porque algo sí que ha cambiado.

"Un grano de arena sí hace una montaña. El solo hecho de dar ese paso dice mucho de ella", subrayan, para concluir señalando que "los niños que sin conocerte van a recibir tu ayuda te van a estar eternamente agradecidos".

"Gracias por tener el corazón que tienes, gracias por compartir, gracias por ser solidaria, gracias por tener detrás a tu madre que te apoya y a tu familia, gracias por ser como eres, un ejemplo para muchos", aseguran.

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