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Una descendiente de ‘La guardiana del Guadiana’ defiende la conservación del mural

  • La madrileña Cristina Hurtado de Mendoza aún no ha salido de su asombro tras saber que un antepasado suyo, la princesa de Éboli, centra la famosa pintura de Nico Alfalfa hallada en Ayamonte

Cristina Hurtado de Mendoza, descendiente de la princesa de Éboli, posa junto al rótulo de la calle del Guadiana de Madrid

Cristina Hurtado de Mendoza, descendiente de la princesa de Éboli, posa junto al rótulo de la calle del Guadiana de Madrid / M.G. (Madrid)

El mundo es un pañuelo. Si no que le pregunten a la madrileña Cristina Hurtado de Mendoza, que aún no ha salido de su asombro tras conocer que un antepasado suyo, Ana Hurtado de Mendoza -princesa de Éboli-, es la protagonista del mural que en el año 2018 pintó en Ayamonte el internacionalmente reconocido muralista de gran formato, pintor y dibujante, Nicolás Alfalfa (Mérida, Venezuela, 1983).

Y es que además, según ha reconocido en declaraciones a Huelva Información, dicha obra se encuentra en una ciudad y junto a un río de los que se considera una auténtica enamorada, donde incluso posee una vivienda en la que pasa buena parte de sus vacaciones.

"Me enteré de todo esto el pasado domingo, cuando un amigo me envió el enlace a la noticia publicada por el diario Huelva Información, comentándome que la famosa 'Guardiana del Guadiana' descubierta en una vieja fábrica conservera de pescado de Ayamonte tenía los mismos apellidos que yo", ha relatado Cristina Hurtado de Mendoza, quien añade que el asunto despertó en ella una "enorme curiosidad".

"¿Qué hace eso ahí?", fue lo primero que se preguntó, para confesar posteriormente a este diario que se trata de una historia "preciosa" ya que "casualmente, Ayamonte y el Guadiana me tienen enamorada desde hace años".

'La guardiana del Guadiana' vista desde una embarcación 'La guardiana del Guadiana' vista desde una embarcación

'La guardiana del Guadiana' vista desde una embarcación / Jordi Landero (Ayamonte)

Tanto se emocionó que, sin dudarlo, contactó a través de una conocida red social con el propio artista, Nicolás Alfalfa, ya que "necesitaba conocer más detalles sobre esta apasionante historia", respondiéndose inmediatamente éste también "muy emocionado solo por haberme puesto en contacto con él".

Por otra parte considera que todo esto le ha venido muy bien porque "llevaba mucho tiempo queriendo profundizar en los orígenes de mi familia, los Hurtado de Mendoza, de la casa de los Mendoza", una dinastía muy extensa y con muchas ramificaciones, unas extintas y otras no, y "esto va a ser un revulsivo para ponerme con ello".

Sobre el futuro de 'La guardiana del Guadiana', la descendiente de la princesa de Éboli considera que debería ponerse en valor y aprovecharse "el enorme potencial tanto del mural como de su nombre, para explotarlo en beneficio de Ayamonte". También opina que el lugar donde se encuentra "debería transformarse en un espacio catalizador de la enorme inquietud artística y cultural de Ayamonte, lo cual podría servir como elemento diferenciador para la atracción turística".

"Podría convertirse en un espacio museístico o en un centro de creación artística junto al Guadiana y frente a Portugal -prosigue-, todo ello enmarcado en el resultado de las obras 'Ayamonte mira al río'", unos trabajos que valora muy positivamente para que el municipio no siga viviendo de espaldas al Guadiana, y que "podrían complementarse con la recuperación de esa vieja fábrica en honor a otros tiempos gloriosos de la localidad".

La madre de Nicolás Alfalfa, Graciela Nadyr Díaz, con el mural de 'La guardiana del Guadiana' al fondo La madre de Nicolás Alfalfa, Graciela Nadyr Díaz, con el mural de 'La guardiana del Guadiana' al fondo

La madre de Nicolás Alfalfa, Graciela Nadyr Díaz, con el mural de 'La guardiana del Guadiana' al fondo / Jordi Landero (Ayamonte)

Para Graciela Nadyr Díaz, licenciada en Bellas Artes, experta en restaurar vitrales y madre del autor del mural, que reside desde hace 5 años en Ayamonte, la historia no es tan casual ya que, por experiencia sabe que los murales "siempre traen consecuencias". A pesar de ello reconoce que en el caso de 'La Guardiana' ha sido distinto por el misterio que le da haber estado varios años oculta.

Así, explica que, cuando fue creada la obra, tanto ella como su hijo sospecharon que podría tener recorrido, "aunque nunca imaginamos que tanto, ni tan maravilloso". Y es que, según añade, "como todo muralista Nico sabe que su arte es efímero, algo vivo dentro de una ciudad, y por tanto no está hecho para ser eterno, aunque aquí se conjugan dos elementos muy interesantes: por una parte que pintó ‘La Guardiana’ simplemente por placer, y por otra por el gran golpe creativo que tuvo al darle un nombre tan potente".

La madre del artista piensa finalmente que su hijo "quiso obsequiar a Ayamonte con este símbolo que guarda el río porque yo vivo aquí".

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