Provincia

La crecida del río Odiel fuerza el desalojo de 14 personas en Gibraleón

  • El nivel del agua alcanzó varias casas y fincas de una zona cercana a Peguerillas · El aliviadero de la presa del Sancho pudo contribuir a que el cauce se viera desbordado hasta más de 500 metros.

Un total de 14 personas -8 adultos y 5 menores- tuvieron que ser desalojadas en la tarde de ayer, de sus hogares en la zona conocida como El Grillito, en el término municipal de Gibraleón a pie de la N-431, cerca de Peguerillas. Hasta la zona se desplazaron efectivos de la Guardia Civil, Policía Local y Bomberos que efectuaron las tareas de salvamento que dieron comienzo a las 15:45.

Cuando los efectivos de la Guardia Civil y Bomberos procedieron al desalojo, a través de una zodiac, el agua ya estaba entrando en algunas de las casas. El rescate llegó a tener momentos inquietantes por la corta edad de algunos de los niños. Los efectivos de la Benemérita explicaron que el nivel del agua en las casas rebasaba con facilidad el metro y medio de altura. Las personas desalojadas eran esperadas por familiares suyos que se hicieron cargo de ellas.

Aparte de las casas evacuadas, los propietarios de las fincas situadas en esta área hicieron un tanto de lo mismo con los animales que guardan, especialmente caballos. Ese fue el caso, entre otros, del picadero El Refugio. Allí, alrededor de las 15:30 los empleados, como Juan Antonio Zambrano, notaron que la crecida excedía anormalmente los límites. Algo más de dos horas y media después, el nivel del agua parecía haber llegado al máximo, aunque la situación meteorológica que presagiaba fuertes lluvias en las siguientes horas, no permitía infundir tranquilidad. El cauce habitual del Odiel quedaba a más de 500 metros de distancia de las fincas. Se trata de una zona llana, de marismas en la que el agua se dispersa con gran facilidad aunque no es fácil que coja mucha profundidad.

Todos los allí presentes coincidieron en apuntar las circunstancias que habían provocado una crecida tan grande del Odiel. Aunque algunos atestiguaban que habían visto situaciones peores, todos señalaron que la situación se había visto agravada por el aliviadero de la presa del Sancho. A ello hubo que añadir la pleamar, que provocó un efecto tapón en el desagüe natural de la corriente del río.

Con motivo de las operaciones de desalojo de las familias, una unidad de Bomberos quedó atrapada por las aguas teniéndose que recurrir a un tractor para sacar el vehículo y al rescate de los propios bomberos que veían imposible salir por su propio pie.

Pocos kilómetros más arriba, el cauce presentaba un imponente aspecto a su paso por la localidad olontense. El Odiel pasaba rebasando ampliamente su cauce y dejando los eucaliptos de sus orillas con el agua anegando buena parte de sus troncos.

Todo el estuario del Odiel presentaba esa misma imagen, incluido su tramo en el término municipal de Huelva. En algunas zonas, el agua se acercaba a la vía del tren de la línea a Zafra que va contigua a la N-431 y los propietarios de las numerosas cuadras existentes en la zona, pendientes de tener que sacar sus animales y ponerlos a salvo.

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