El crack de la ciudad de los prodigios

La suspensión de pagos de la promotora inmobiliaria Martinsa-Fadesa deja en el aire miles de puestos de trabajo, preciosas casas vacías, un centro comercial y el futuro de una inversión de 661 millones de euros

Solitario aspecto que presentaba el pasado jueves por la mañana una de las grandes avenidas que atraviesan la urbanización Costa Esuri de Ayamonte.
Solitario aspecto que presentaba el pasado jueves por la mañana una de las grandes avenidas que atraviesan la urbanización Costa Esuri de Ayamonte.
Rafael Moreno / Ayamonte

27 de julio 2008 - 05:01

Estaba llamado a ser uno de los complejos de ocio más florecientes, paraíso fronterizo de jubilados y 'bonnes vivants' europeos. Sus originarios promotores, un holding libanés, recurrió a la historia romana para bautizarlo y lo hizo en 1989 bajo el nombre de Puente Esuri, un lugar mítico donde 'repostaban' y descansaban las invencibles legiones romanas. Allí compraron dos fincas: 'Los regustos' y 'Los botones' y en 1990 firmaron, como no, un convenio urbanístico con el Ayuntamiento de Ayamonte bajo el compromiso de la recalificación de rústico a urbanizable de cerca de 430 hectáreas ubicadas en plena ribera del Guadiana. El holding actuaba ya con el menos glamuroso nombre de 'Baranda Azul'.

Dos años después, el Consistorio utiliza la figura de la redacción de Normas Subsidiarias para ajustar la recalificación, que bendice la Comisión Provincial de Urbanismo de la Junta de Andalucía en 1995, y los terrenos pasan a ser urbanos sin tener siquiera la preceptiva Evaluación de Impacto Ambiental. En 1998 se aprueba el plan parcial y se deja el proyecto "listo de papeles". Entonces aparece la empresa Fadesa que compra el negocio y comienza una inusitada fiebre constructora que sube de temperatura hormigonada en 2005, cuando firma otra vez con el Ayuntamiento nuevos convenios para recalificar otras 300 hectáreas.

Este fue el relato llevado en su día a la Fiscalía de Medio Ambiente de Huelva por Ecologistas en Acción y Ojo con el Guadiana para que aclarara unas actuaciones que 18 años después saltan a la actualidad tras la crisis de la promotora inmobiliaria Martinsa.

Fadesa diseñó entonces un gigantesco proyecto que incluía 6.000 viviendas (en venta a una media de 150.000 euros cada una) tres hoteles, dos campos de golf y un puerto deportivo. Un enorme negocio que comenzó a engordar las arcas municipales ayamontinas, trajo una legión de obreros de la construcción, cientos de pequeñas y medianas empresas e hizo subir como la espuma la cotización inmobiliaria de la Puerta de España.

Albañiles que llegaban a ganar cerca de 3.000 euros al mes, incluidas las horas extras, una efervescencia que llegó al comercio local y provincial, sobre todo en la Costa, que vendía sin parar muebles, accesorios eléctricos, saneamientos, decoración… y que multiplicó las hipotecas, muchas de ellas suscritas por ayamontinos que vieron El Dorado crecer junto a sus casas.

Pero en diez años, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la suspensión de pagos presentada por la todopoderosa Martinsa-Fadesa ha puesto a Ayamonte en medio de un tornado imprevisible que ya está causando estragos en la localidad pero también en el Algarve, origen de gran parte de los peones de la construcción y que hasta hace dos meses compartían viandas en una enorme carpa-comedor de 500 metros cuadrado que hoy no existe.

La Asociación de Pequeños y Mediados Empresarios (Apyme) ha dado la voz de alarma. Su presidente, Miguel Antúnez Caracena, se muestra preocupado con el futuro y subraya que muchos pequeños empresarios ven cómo sus negocios están sufriendo el parón, no cobran sus trabajos realizados y se plantean una "cuarentena" sobre el futuro de las 66 tiendas que iban a ubicar en el centro comercial de Costa Esuri dado a conocer a bombo y platillo por Fadesa horas antes de presentar la suspensión de pagos. Un acto que no ha sentado nada bien en el mundo empresarial onubense. No en vano, por allí desfiló la flor y nata empresarial poco antes del 'crack' de esta ciudad de los prodigios. Antúnez tiene serias dudas de que el centro comercial proyectado y que incluía bares, supermercados, cine, tiendas de moda, centro de bricolage, Eroski o casino abra sus puertas en la primavera de 2009. Está claro que ese tipo de negocio necesita público y Costa Esuri se ha quedado con muy poca gente y cientos de carteles de apartamentos en venta. Y eso que, según Antúnez, Fadesa y la FOE habían acordado buenas condiciones para la inversión al tener los alquileres gratuidad el primer año, un 50% el segundo y un 75% el tercero.

El proyecto de centro comercial también ha sido calificado de "innoble" por IU. Su portavoz, Rafael García, subraya que se realizó una presentación del centro para buscar capital a un proyecto sin liquidez. La misma opinión le merece al PP. Su portavoz, Alberto Fernández, critica la actuación municipal y duda que desconociera realmente la situación.

La Apyme calcula que de las 6.000 casas proyectadas en Costa Esuri Casas&Golf (4.017 pisos y apartamentos, 1.037 chalés adosados y 900 viviendas) se han construido poco más de 2.500. Ahora para vender se requiere una oferta de servicios inexistente y un puerto deportivo de lujo para atraques de embarcaciones de hasta 300 metros de eslora que al margen de 'chocar' con la acuicultura de la zona duerme el sueño de los justos. La inversión anunciada era de 661 millones de euros.

Miguel Antúnez asegura que Ayamonte era un referente de la economía provincial y calcula que Fadesa puede arrastrar en Huelva y el Algarve a unas 4.000 personas, entre trabajadores y pequeños negocios. "Hay que tener en cuenta que la previsión era que Ayamonte pasara de los 18.000 habitantes a cerca de 40.000", en orden a las viviendas proyectadas. Ahora, la dinámica se ha parado en seco. Antúnez confía en que Ayamonte, con una economía tradicional ligada a la pesca y al comercio, regrese a la senda del crecimiento anterior al 'crack' de Fadesa.

stats