De convento a hotel de lujo

Aracena

Una iniciativa privada proyecta convertir el edificio en un establecimiento hotelero · La promotora Claustros y Estancias pretende abrir las puertas de este valiente proyecto en torno al año 2010

Estado actual del altar y del claustro del convento de Jesús María de Aracena.
Estado actual del altar y del claustro del convento de Jesús María de Aracena.
R. De La Osa / Aracena

11 de agosto 2008 - 05:01

La recuperación de edificios antiguos para uso público es una práctica habitual en Andalucía desde hace décadas. Menos frecuente es la adquisición por manos privadas de propiedades que forman parte de la historia de un lugar, y su recuperación posterior para un uso diferente del que antaño había tenido el inmueble. Las dificultades técnicas y presupuestarias que iniciativas de este tipo suelen llevar hacen que no se den muchos casos de este tipo.

En Aracena, los vecinos aún recuerdan cuando el convento de Jesús María ejercía sus funciones religiosas, que fueron ininterrumpidas desde que en el año 1671 se construyera por iniciativa de la dominica madre Trinidad. Actualmente, este edificio, situado en uno de los barrios históricos de la capital serrana, va camino de convertirse en un hotel de lujo.

Son muchos los momentos en los que los aracenenses han oído hablar de proyectos semejantes para este antiguo convento, planes que no han terminado de cuajar por diferentes motivos. Sin embargo, en esta ocasión no sólo las autoridades municipales han confirmado el hecho, sino que la propia empresa promotora de la experiencia ha anunciado sus intenciones, dando incluso detalles de lo que en unos años llegará a ser este edificio histórico.

La iniciativa está apoyada desde la propia Delegación Provincial de Cultura, y tiene el beneplácito del Ayuntamiento. Pretende convertir el convento de Jesús María en un hotel de cuatro estrellas, con 51 habitaciones y múltiples servicios que darán comodidad y encanto a la estancia de viajeros en este lugar. Entre ellos que se encuentra la construcción de un aparcamiento subterráneo bajo lo que antes era el huerto de las instalaciones, en cuya superficie se instalará una zona de recreo, con piscina incluida. Aunque las obras no han comenzado, la propia empresa promotora, Claustros y Estancias S.L., ha anunciado que en torno al año 2010 pretende abrir las puertas de este valiente proyecto.

Situado en el casco histórico de Aracena, con entrada principal por la calle Jesús María y con traseras a la calle Madre Trinidad, el edificio forma parte de la más arraigada historia religiosa y social de esta localidad serrana. Unida a un importante valor sentimental, la mayor importancia artística y urbanística de este lugar radica en el hecho de que es la única muestra de arquitectura barroca con la que cuenta esta población.

Dedicado a convento de religiosas dominicas durante casi toda su existencia, esta construcción corresponde al tipo de las iglesias barrocas sevillanas conventuales. La historiadora María del Carmen Rodríguez la describe como "de sencilla planta rectangular, elevada mediante cuatro gradas de mármol en el Presbiterio. La bóveda de medio cañón, con arcos fajones, sobre pilastras lisas y falsos lunetos, excepto en el tramo inmediato al Presbiterio, donde se alzó una cúpula de media naranja sobre pechinas y trasdosada al exterior. La decoración es sobria y las reformas más recientes han borrado aún más su carácter".

Su construcción se relaciona de forma clara con la fundación del convento por parte de la venerable madre Trinidad, hija de Aracena y religiosa dominica. Según esta historiadora, "no llegó ella a conocer levantada la iglesia donde han reposado sus restos durante décadas, pero trabajó infatigablemente en pro de la creación del convento femenino de la Orden de Santo Domingo, a la que perteneció como religiosa desde los trece años de edad". A su levantamiento ayudó de forma decisiva con sus donaciones el jurado sevillano Cristóbal López de Vergara, que se refugió en la localidad huyendo de la epidemia de peste que asoló la capital hispalense.

El convento ha estado prestando sus servicios durante casi tres siglos, aunque siempre con dificultades económicas, que en la segunda mitad del siglo XX se vieron agravadas. De hecho, fue ésta la razón que llevó a su paso a manos privadas en los años 70, tras el endeudamiento que sufrió el edificio con motivo de unas obras de conservación.

Durante dos décadas, este lugar ha servido de almacén para una empresa local de cerámica artesana, hasta que con el cambio de siglo, el edificio fue puesto en venta, proceso que ha culminado recientemente y tras el cuál el convento será rescatado para uso turístico, con una propuesta que satisface también a sus anteriores propietarios.

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