"Estoy convencida de que mató a mi hija, pero no sé el motivo"

Gema Cuerda, que vio ayer por primera vez desde que ocurrieron los hechos al que fue su pareja y presunto autor del crimen de su hija, aseguró que mientras escuchaba la declaración de Jonathan Moya en el juzgado sintió "rabia y mucha impotencia", porque una vez más "ha vuelto a mentir". En una entrevista concedida a este periódico, aseguró que tiene puestas muchas esperanzas en que finalmente se sepa toda la verdad y se haga justicia, porque va a luchar "con todas las fuerzas y hasta el final para que la verdad salga a la luz y el culpable pague por lo que ha hecho".

Llegó al juzgado convencida de que Jonathan iba a ser sincero, pero al escuchar su versión ante el juez se dio cuenta de que "una vez más ha vuelto a mentir". "No me sorprende, porque gente de esta calaña siempre va a actuar igual. No obstante, confío y espero que se haga un buen el trabajo para lograr esclarecer lo que verdaderamente ocurrió aquel día que me arrebató a mi hija", destacó entre lamentos.

Cuerda insiste en que Jonathan Moya ha culpado a otras personas y "ha dicho muchas cosas que no vienen a cuento, como que no manipuló el papel film donde estaba envuelta la niña y, sin embargo, en ese plástico sí estaba su ADN, además de otro cuya identidad aún no está resuelta pero se está investigando".

"Lo he mirado aunque cara a cara no lo he podido ver. Él ni siquiera ha cruzado la mirada conmigo. Se le tiene que caer la cara de vergüenza", manifestó la madre de Miriam, al tiempo que lamentó que no se le removiera la conciencia de decir la verdad. "No tiene corazón ninguno", sentenció.

Ha pasado ya un año y medio desde el triste suceso y Gema Cuerda asegura que lo está pasando "realmente mal". Explicó que está en tratamiento psicológico y psiquiátrico, porque son muchos recuerdos, fechas, fotografías..., las que vienen a su mente cada día. "A veces pienso que aún está viva, que va a volver, pero no es así. Yo aún no me hago a la idea de que mi hija aún no está conmigo", relató.

La onubense, destaca que cuando viene a Almería lo único que piensa y desea es que, "por favor, que se resuelva ya todo y se sepa de una vez por todas la verdad para salir ya de esta pesadilla, aunque estoy convencida de que no voy a poder salir nunca, porque la pena siempre la voy a llevar conmigo. Pero por lo menos que diga ya la verdad".

Cree "firmemente" que Jonathan Moya González es el autor de la muerte de su hija. Así lo relató a este periódico con frialdad. De Raúl asegura que no puede decir nada, porque sólo lo conocía de oídas. Y tampoco de la tía de Jonathan, ni de la persona a la que ayer implicó por primera vez en el caso. En esta línea, repitió en varias ocasiones que va a esperar a que se haga Justicia. "Si esto tiene que tardar cinco años, diez o quince, ahí voy a estar siempre, luchando por ella. Yo ya por desgracia no tengo a mi hija, pero esto no se va a caer en el olvido. Quiero que se averigüe la verdad, que se haga justicia y que el autor pague por lo que ha hecho", concluyó de forma contundente y sin derrumbarse en ningún momento.

Maldijo el día que conoció a Moya a través de un anuncio en el portal Mil Anuncios, así como el día en el que vino a Almería para conocer a su familia y hacerle un vestido de bautizo a la pequeña Miriam. "Nunca se me pasó por la cabeza que me pudiera hacer esta crueldad. Y lo más triste es que no se el motivo", recalcó, mientras pidió a Jonathan que se ponga en su lugar, "que él es padre también de un niño de tres años y si le hubiera pasado a él, seguramente le gustaría saber quién la verdad".