Medio ambiente

La colonia de buitre negro en la provincia de Huelva alcanza un máximo histórico en 2020

  • El número de parejas duplica ampliamente el de hace veinte años con 152 en Sierra Pelada

  • Éxito también en reproducciones y en crías, aunque se reclaman más inversiones a la Junta

Ejemplar de buitre negro.

Ejemplar de buitre negro. / M.G.

No hay ningún otro lugar en el mundo donde se lleve tanto tiempo realizando un seguimiento detallado de una colonia de buitre negro como el que se hace aquí, en la provincia de Huelva. Son ya 38 los años de censos y seguimientos ininterrumpidos, alentados por el grave riesgo de desaparición del que fue principal núcleo de esta especie en España y uno de los más importantes de Europa. Y este pasado 2020 va a quedar señalado como el que mejor balance ha arrojado desde 1985, año en el que se realizó el primer censo completo en territorio onubense. Los ejemplares de este ave carroñera se han más que triplicado desde aquel punto de partida y son ahora 152 las parejas que han formado nido a lo largo de 2020. Después de todo, el año también ha dejado notas muy positivas, al menos para la recuperación de una de las rapaces más amenazadas y, a la vez, más majestuosas, con la mayor envergadura entre todas las que se encuentran en Europa.

El informe realizado sobre este pasado 2020 por el Proyecto Buitre Negro, del que son responsables la Fundación Bios y la asociación Andalus, deja números para la esperanza en el Paraje Natural de Sierra Pelada y Rivera del Aserrador, con ese máximo histórico de 152 parejas nidificantes, 18 más que el balance de doce meses atrás, y más del doble respecto al año 2000, cuando apenas había 70. A mediados de los ochenta, al inicio de los primeros trabajos de campo serios, sólo eran 47.

Este dato tiene mayor dimensión teniendo en cuenta que el éxito reproductivo de las parejas ha alcanzado el 77%. Y, más que eso, destaca que hasta 117 pollos han salido adelante hasta tener capacidad para volar. Esto asegura el desarrollo de la colonia con nuevos ejemplares que deberían llegar a la edad reproductiva y constituir nuevas parejas que aseguren el ciclo vital y consoliden estos próximos años la especie en la provincia onubense.

Detrás de este magnífico balance, advierten los ecologistas, se encuentra, en cualquier caso, la realidad contra la que se trabaja en Sierra Pelada, al ser esta colonia la de peores resultados en Europa desde los años sesenta, en cuanto al estado del hábitat y a la estabilidad de la población de buitres. Eso, recuerdan, llevó hace más de 30 años a la creación del paraje natural más extenso de Andalucía y mantiene la reclamación a la Junta de Andalucía de mayores inversiones para que vuelva a ser uno de los focos más importantes de España.

Evolución de la colonia de buitre negro en la provincia de Huelva. Evolución de la colonia de buitre negro en la provincia de Huelva.

Evolución de la colonia de buitre negro en la provincia de Huelva. / Dpto. de Infografía

Pero ahora hay notas para la esperanza. Como que 35 parejas hayan nidificado en la zona incendiada en 2003, casi tres veces más de las existentes antes de la catástrofe, y pese a que aún ese área del paraje no ha sido recuperada, 17 años después.

El mayor número de parejas contabilizadas en este informe de 2020, el 57%, se asentaron en el término municipal de Aroche: 86 parejas. También destaca Cortegana, con 34 parejas (22%), a la que siguen Almonaster la Real, con 19 (13%) y Rosal de la Frontera, con 12 (8%). En Cabezas Rubias se ha registrado una pareja también este año pasado, aunque continúa sin volver el buitre negro a Santa Bárbara de Casa, que hace años era una de las zonas más pobladas en Huelva.

Del total de 152 parejas establecidas en nidos, 25 ocuparon nidos nuevos, 13 de ellos dentro del Paraje Natural Sierra Pelada y Rivera del Aserrador, y 12 fuera de este espacio natural protegido. Además, la mayoría, 20, se establecieron en dos especies de pinos (piñonero y marítimo) y los otros cinco en alcornoque.

Este dato refleja la adaptación de la especie a la transformación del hábitat del paraje onubense, ya que a lo largo del siglo XX la mayoría de las nidificaciones se producían sobre alcornoques y encinas, árboles originarios de esta sierra que han ido perdiéndose, explican desde la Fundación Bios y Andalus, por la degradación causada por la mano del hombre. El número de estos árboles ha caído en picado y las parejas han pasado a criar sobre pinos en los últimos veinte años.

Sólo una de cada cuatro parejas perdieron el huevo o pollo durante el año 2020

El éxito reproductivo del buitre negro en Sierra Pelada alcanzó un 77%, cifra considerada alta para esta especie, y que supone que sólo una de cada cuatro parejas perdieron la puesta o el pollo. Las limitaciones del trabajo de campo derivadas del estado de alarma de marzo pasado por la alerta sanitaria de la covid-19 han provocado que no se llegue a determinar si los fracasos reproductivos se debieron a la pérdida del huevo o la muerte de la cría, aunque sí se ha alcanzado a comprobar que en tres de los casos se debió al derrumbe del nido.

Por otro lado, no hay constancia de casos de envenenamiento desde octubre de 2018, cuando se encontró muerto un ejemplar joven por acción del insecticida metiocarb. En cualquier caso, desde Proyecto Buitre Negro se insiste en alertar del continuo uso ilegal de este tipo de sustancias tóxicas y el riesgo de muertes entre especies animales, sin que la Junta de Andalucía, denuncian, haya aprobado todavía la nueva Estrategia de lucha contra el veneno, después de que el documento se terminara de redactar hace dos años.

Desde el Proyecto Buitre Negro se reconoce el “meritorio trabajo” del Departamento de Geodiversidad y Biodiversidad de la Delegación Territorial de Medio Ambiente en Huelva, así como del Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas de la Junta de Andalucía y de los Agentes de Medio Ambiente. No obstante se critica que en más de veinte años no se haya ejecutado en Sierra Pelada ningún plan para la recuperación del hábitat del buitre negro, que pasaría, aseguran, por la sustitución de eucaliptales y pinares por formaciones vegetales con alcornoques y encinas.

Los conservacionistas advierten en este sentido que la mayoría de los montes en el paraje natural son propiedad de la Junta, que, entienden, “debería invertir parte del dinero que Europa destina a la conservación de la naturaleza a tales planes que, además, fomentarían el empleo rural”.

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