Educación

Los colegios públicos rurales resisten y ganan unidades

  • De los 9 centros existentes en el Andévalo y la Sierra, 3 ganan y tan solo uno pierde en capacidad

Una de las actividades de los alumnos de Adersa.

Una de las actividades de los alumnos de Adersa. / H.I. (Huelva)

Cada vez se habla más de un hecho incuestionable. Es la despoblación de parte del país, lo que se ha venido en llamar la España vaciada. Posiblemente también se pueda ya hablar de una Huelva vaciada aunque la situación en la provincia onubense no sea tan sangrante como la que aparece en otros lugares del país.Un buen termómetro para indicar este fenómeno, es el de las escuelas rurales. Si sobreviven es buena señal. En el caso de Huelva, en el presente curso, el saldo es positivo respecto al número de alumnos ya que se percibe un tímido repunte en el que ha habido más unidades que se han abierto que las que se han cerrado. Solo habrá que esperar para ver si se trata de una tendencia que se consolide en los próximos años.

Alumnos de una escuela rural onubense. Alumnos de una escuela rural onubense.

Alumnos de una escuela rural onubense. / H.I. (Huelva)

De este modo, hay que señalar que la provincia cuenta con nueve centros rurales con un total de 22 sedes, que son los siguientes: Aderán I (Cabezas Rubias, Montes de San Benito y Villanueva de las Cruces), Aderán II (El Granado y Sanlúcar de Guadiana), Aderán III (San Silvestre de Guzmán y El Almendro), Adersa I (Fuenteheridos, Valdelarco, Castaño de Robledo y La Nava), Adersa II (Los Marines, Cortelazor y Puerto Moral), Adersa IV (Cañaveral de León e Hinojales), Tresfuentes (Alájar, Santa Ana la Real y Linares de la Sierra), Adersa VI (Campofrío y La Granada de Riotinto)y el CPR Valdelamusa-San Telmo, El número total de alumnos en las escuelas rurales onubenses es de 725. Aderán es el acrónimo de Agrupación de Escuelas Rurales del Andévalo mientras que Adersa es lo mismo pero referido a la Sierra.

La situación en la que se encuentran en el curso 2019/20 es el siguiente, según señalan dos de sus directores: Raúl Parrillo del Adersa IV y Miguel Ángel Vázquez del Adersa 1 es así: hay un único centro que ha perdido unidades, incluso hay algunos como el Aderán I, Adersa IV y Valdelamusa que lo han hecho también en una unidad. Esto ha posibilitado el siempre bien recibido aumento de maestros y la formación de un equipo directivo completo en el caso del CPR Adersa IV. Mención especial merece el caso de Adersa I que ha visto crecimiento en unidades y alumnado ya que hace apenas tres años, estaba luchando por no perder una unidad de Secundaria, dos años después de haber perdido otra, recupera una esta vez. De este modo, se ha pasado de las 9 unidades con las que contaba en el curso 2014/15, a las 15 actuales. Solo en el caso de Tresfuentes, se ha experimentado la pérdida de unidades en la sede de Alájar (dos concretamente) y ha conseguido aumentar en una en la sede de Linares de la Sierra, motivado todo ello por la disminución e incremento de las matriculaciones, respectivamente.

Tanto Raúl Parrillo como Miguel Ángel Vázquez explican que este ámbito de la docencia está marcado por una serie de situaciones con las que no tienen otra opción que convivir y, “estos problemas no son nuevos”, añaden. En la última década, “hemos vivido momentos difíciles que, en muchas ocasiones se han solucionado pero, desgraciadamente, en otras muchas han desencadenado el cierre de escuelas o unidades escolares”.

Señalan de este modo, cómo el Adersa II vio su sede de Castañuelo eliminada a principios de la última década; el colegio de Los Romeros cerró sus puertas en el curso 2016/17 al igual que el de Cumbres de San Bartolomé y la sede de Valdelamusa. Anteriormente, lo hicieron centros como el de Las Cefiñas o La Corte de Cortegana. El CPR (Colegio Público Rural) Adersa I vio pasar su sede de Castaño de Robledo, de tres unidades, a una y perder la unidad de Secundaria en la sede de Valdelarco en los últimos 10 años. Los docentes dicen que estos son algunos ejemplos de una situación que afecta de lleno a la escuela rural.Lo que ha ocurrido por lo tanto en el curso actual, puede ser un cambio de tendencia ya que “todos los años nos enfrentamos a posibles reducciones de plantillas y unidades motivadas fundamentalmente, por el descenso de natalidad y la permisividad de movilidad de los niños de las localidades, a otros centros educativos cercanos”.

Pero lo que no pasa desapercibido es otra realidad que más recientemente ha venido a afectar al mundo de los CPR: la política, aunque insisten en que el balance en esta ocasión, en la provincia, es positivo y “se han corrido situaciones de desventaja que se venían produciendo años atrás”. Pero esa “situación social de preocupación y miedo”. De estos modo, los docentes hicieron referencia a los problemas de la Sierra de Granada “con centros que no tienen maestros y se ha leído en diversos medios, el temor del cierre de estos colegios de calidad, en pro de colegios centrales masificados. Si a ello le sumamos la despoblación rural de España, nos encontramos con que los centros rurales somos elementos a extinguir”.

Sería desde luego, una lástima esa desaparición porque “en la escuela rural nos encontramos con un ejemplo de participación e implicación de toda la comunidad, lo cual refuerza y enriquece la acción docente, implicada especialmente, en trabajar por la igualdad en contextos de diversidad”.Lo que sí está totalmente caduco es ver las escuelas rurales como algo desfasado porque “cuando estos centros apuestan por la innovación, por las nuevas metodologías y ponen en valor sus fortalezas, son los mismos quienes mantienen las zonas rurales pobladas y no solo lo mantienen sino que además atraen familias con niños, interesadas en este tipo de educación”. “Todo ello –prosiguen los docentes– es fruto de trabajo duro por parte del claustro, del equipo directivo y de l apoyo de las instituciones como los ayuntamientos de las diferentes localidades y la Delegación Territorial de Educación”.

Y todo ello se realiza, como ya han indicado estos profesionales de la Educación, en un concepto diferente ya que, aunque haya varias escuelas rurales (unitarias, semiunitarias o incompletas) que están situadas en distintas localidades o aldeas, forman no obstante un único centro desde el punto de vista de la gestión administrativa y educativa.

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