El Castoreño: elogio del trabajo bien hecho
Temporada Taurina 2025
La entidad sanjuanera recuerda a Manuel Ángel Millares, resalta el hierro de Araúz de Robles y premia a Salvador Núñez.
Templando la bravura, El Castoreño. La bravura de los sentimientos, del homenaje de oro a un gran picador, de la charla interesante con un ganadero. En realidad la gran noche del Castoreño se eleva por encima de sus protagonistas y centra la importancia en ese trabajo imponente, cierto y eficaz por la Fiesta que esta asociación cultural y taurina otorga a un pueblo. En este caso a San Juan del Puerto. Otro eslabón más en el importante sentido que por los cuatro puntos cardinales de nuestra propicia ofrecen con su trabajo las peñas taurinas de esta Huelva tan taurina, tan torera y tan ganadera.
Que eso viene siendo El Castoreño para San Juan, un pilar fundamental para entender por qué en una noche intempestiva de lluvia y temporal el teatro Juan Alonso de Guzmán cuelga el no hay billetes. Momentos de brillantez social que legítimamente le corresponden a esta peña y que no puede dejar de reseñarse después de tanto abrazo y elogio en esa noche tan especial que una vez más fue capaz de ensamblar esta asociación para homenajear a un ganadero, un amigo fallecido o provocar las lágrimas emocionadas al sentir el elogio de un hombre sencillo y grande como Salvador Núñez. Entre medio la charla con el ganadero Arauz de Robles perfila un acto extenso y curiosamente poco propenso al aburrimiento.
Es ese sello tan particular del Castoreño el que imprime naturalidad a todo cuanto se piensa, todo cuanto llega desde el escenario. Homenajes con la humanidad necesaria para que toda la familia de Manuel Ángel Millares percibiera el agradecimiento de quienes han disfrutado de su casa. También del ayuntamiento en palabras de su alcaldesa Rocío Cárdenas por cuanto el ganadero triguereño significó en el apoyo y compromiso con sus capeas. Su hija Elena agradeció el brindis en nombre de su casa.
Emotivo el presidente, Juan Bueno. Acertada y con temple María del Mar Rodríguez lidiando con natural empaque los distintos momentos de un acto denso. María del Mar es parte de ese cincuenta por ciento de mujeres de la directiva que actualmente integra El Castoreño.
Palabras de ganadero en la noche. Las dejó puestas en suerte Javier Arauz de Robles a preguntas de Esteban Fernández, su interlocutor y delegado en Huelva de la Asociación de Presidentes de Plazas de Toros. Anunciaba el cartel de la charla “un legado de bravura y tradición”. De todo eso se quiso hablar. También de anécdotas en torno a su casa ganadera y familiar. Entretenido rato de charla.
El Castoreño en castoreño. El punto final de una noche donde ese profesional importante que es Salvador Nuñez cuajó en hombre emocionado sobre las tablas del recuerdo y el reconocimiento y el testimonio de respeto en video de José Tomás, Juli y Aguado entre otros.
En ambos extremos de la noche la parte institucional tuvo su espacio. Apertura de Rocío Cárdenas, la alcaldesa en ese compromiso de la ayuda a este grupo de aficionados y de la importancia del toro en su tierra.
En el cierre, el compromiso de la Junta con el toro y sus protagonistas. Lo dejó dicho Juan Carlos Duarte, Delegado de Empleo en Huelva. También el valor y el sentimiento como socio de El Castoreño por cuanto había sido la noche.
Las peñas siguen caminando sobre el otoño. Son el faro preciso para que el aficionado siga teniendo frescas las referencias y los referentes del toro. A muchas les falta hablar y decir aun en la temporada y el invierno apretará las emociones de volver a encontrarnos en ese otro territorio de rutas y kilómetros cuya última parada en San Juan dibuja apuntó a una de esas noches brillantes que solo es capaz de propiciar un trabajo duro y a conciencia.
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