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Los caramelos de la ilusión

  • Una empresa local comercializa unos 400.000 kilos de caramelos y golosinas para abastecer a las cabalgatas Estos días trabajan a un ritmo vertiginoso para atender todos los pedidos

En un recóndito enclave en el suroeste de España existe un lugar donde sus Majestades los Reyes de Oriente se abastecen de caramelos y regalos con los que preñar de magia esa noche en la que, a lomos de sus carrozas, reparten ilusión por toda la geografía hispana.

Ese lugar no es otro que Matalascañas, una urbe almonteña donde se asienta una empresa como Menta y Limón, que comercializa anualmente unos 800.000 kilos de caramelos, golosinas y chuches; la mitad de este ellos en esta epifanía.

La firma, que inició su actividad en 1968 y se constituyó en sociedad limitada 20 años más tarde, lleva casi medio siglo poniendo en manos de sus majestades lo mejor de sí, para hacer más grande y magnánima una celebración que los más pequeños llevan todo un año esperando. Al timón del proyecto familiar se encuentra el gerente, Juan Antonio León, que tomó el testigo de su padre con la encomienda de impulsar y afianzar la sociedad como un referente nacional en la venta de caramelos y juguetes al por mayor.

En estos casi medio siglo de historia los caramelos siguen siendo el producto estrella durante las cabalgatas, si bien ahora algunas incluyen todo tipo de regalos que van desde muñecas, balones de plástico y cuero, peluches, pulseras, robots, máscaras y toda una amalgama de juguetes de todo tipo. El empresario considera que esta evolución de las tradiciones no es más que el calco de la realidad social: "Antes para la comunión se regalaba al infante una pelota de fútbol; hoy día el equipo completo de Bill Gates". Y ese mismo paralelismo es el que vemos frente a las carrozas donde sus majestades atienden las demandas de los niños.

Sólo en caramelos Menta y Limón comercializa en estas fechas unos 400.000 kilos de estos pequeños dulces, golosinas y chuches que van directamente a cabalgatas de toda la geografía española, aunque principalmente "en Extremadura y Andalucía. Luego se suman otros clientes a nivel nacional en Madrid o el Levante mediterráneo, en fechas como carnavales u otras tradiciones propias de cada territorio", afirma. Para poder abastecer el volumen de demanda de sus clientes, León tiene cerrado varios acuerdos comerciales con dos empresas de Murcia y en Córdoba, de quienes adquiere en exclusiva toda la producción.

En estos días el frenesí es total en la empresa y la entrevista que mantenemos se realiza mientras León mantiene varias conversaciones con clientes, distribuye los albaranes de los pedidos y concreta el medio de pago con un tercero. Todo se ejecuta a una velocidad de vértigo, requisito indispensable para cumplir con el cliente al que hay que darle satisfacción sí o sí.

La empresa mantiene en plantilla 35 personas a las que se suman una veintena más en los prolegómenos de las fechas navideñas. Pero aun así hay parcelas en las que no es posible delegar y el capitán de la nave tiene que multiplicarse, no sólo para atender sus compromisos laborales, si no también el de los medios de comunicación nacionales que visitan sus instalaciones para mostrar ese lugar que sería el sueño de cualquier Peter Pan.

Sus majestades de oriente también han dejado atrás la crisis y la tendencia es que se gastará ligeramente más en estas fiestas. El gerente incide en que "aquí tenemos presupuestos a la carta para todo tipo de cabalgatas. Hay algunas que se gastan 500 euros y otras que lo hacen por valor de 50.000". Precisamente, la posibilidad de abarcar un amplio abanico de clientes es lo que ha permitido a la sociedad ganar caché en toda España y ser más fuerte a la hora de encarar las vacas flacas en el último lustro, en el que la demanda cayó de forma abrupta en paralelo al margen de beneficios. En cualquier caso, como buen empresario, León añade que ellos se encargan de "dar soluciones a la crisis" con una receta simple pero efectiva: "trabajo".

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