El camping Rocío Playa perece por el abandono de sus dueños y el vandalismo

Viven como los moradores de una isla paradisíaca que han sobrevivido a una catástrofe natural. Así habitan el Camping Rocío Playa de Matalascañas los últimos clientes que se resisten a abandonar unas instalaciones que desde hace cuatro meses carecen de luz y agua potable. Para más inri la anarquía se ha apoderado de este lugar y cuando los últimos trabajadores que aún quedan en plantilla finalizan su jornada laboral, los delincuentes comienzan a hacer acto de presencia en parcelas, tiendas de campaña y caravanas de las que han comenzado a desaparecer televisores, sintonizadores de TDT y cañas de pescar. Los daños en las instalaciones también han comenzado a ser evidentes. Además de las huellas que los últimos temporales han dejado en la zona, en forma de cristales reventados en el bar y socavones que hacen impracticable los accesos con vehículos, las máquinas de refrescos han sido destrozadas para sustraer de ellas la recaudación y la mercancía. Una imagen que dista un abismo de aquel complejo que lideró el turismo natural en la provincia.

Para los clientes este abandono representa la puntilla del Camping Rocío Playa, cuyo complejo se extiende a lo largo de 25 hectáreas de terreno en el Parque Dunar y que desde el año 1982 explota Protursa. Además de la deuda que les acecha por parte de la Seguridad Social y Hacienda, de los últimos siete operarios que quedaban en la plantilla tres de ellos han sido despedidos sin percibir finiquito alguno, mientras que los cuatro restantes llevan sin cobrar sus nóminas cinco meses, si bien por consejo de sus letrados continúan acudiendo puntualmente a sus puestos de trabajo para no perder sus derechos. En temporada al ta, el camping ha llegado a emplear a más de 200 trabajadores entre empleos directos e indirectos.

Por su parte usuarios como Paco Maestre relatan que la situación es "insostenible. Hemos tenido que abandonar las instalaciones" y encima mantienen que los fines de semana se ven obligados a ejercer de vigilantes para comprobar si los amigos de lo ajeno les han visitado. Ante este panorama y junto a los pocos clientes que aun se aferran a vivir en contacto con la naturaleza almonteña, ya se plantear recoger sus últimas pertenencias y "trasladarnos a otro camping o bien guardar la caravana, porque no podemos vivir en este estado de insalubridad". A ello cabe sumar, mantiene, la incertidumbre que se cierne sobre la continuidad del negocio. "Nadie nos indica si la situación va a cambiar", qué planes de continuidad puede tener la empresa, la intención del Ayuntamiento sobre la posibilidad de asumir la gestión de las instalaciones tras finiquitar la concesión administrativa o si, por el contrario, desmantelará el complejo turístico en favor de un hotel.

El PGOU almonteño recoge la posibilidad de que en la zona se construya un hotel con capacidad para 200 habitaciones.

A raíz de esa propuesta hace dos años se suscitó una enorme polémica cuando el Ayuntamiento trató de revocar definitiva y unilateralmente la concesión administrativa de la que disfrutaba Protursa. La medida, respaldada por la Corporación municipal, sustentaba su decisión en base a dos "demoledores" informes firmados por sendos técnicos municipales y los inspectores de Turismo de la Consejería del ramo, en los cuales se constatan hasta "diecinueves presuntas infracciones tipificadas 14 como leves, 4 de carácter grave y una que se puede considerar como muy grave". La empresa se defendió contraatacando y alegando que el equipo de Gobierno socialista estaba actuando de "asustaviejas" al tener intransitable el camino municipal de acceso al camping y poniéndoles todo tipo de trabas para "birlarles la concesión administra de la que gozaban.

Ahora la postura es diametralmente opuesta, el Ayuntamiento se quiere mantener ajeno a todo tipo de polémicas. El portavoz socialista, José Villa, se limitó a precisar que se encuentran a la espera de acontecimientos, por lo que de momento no se plantean ningún tipo de actuación municipal que, en cualquier caso, serán valoradas y sopesadas una vez se resuelva la situación legal de la empresa.