Camilo Bel Pérez, médico muy influyente en Punta Umbría
Gente de aquí y allá
El facultativo gozaba del cariño y del respeto de los onubenses, ya que ejercía de médico y fue el jefe clínico del Hospital Provincial
Siempre oí hablar de don Camilo Bel, pero nunca lo conocí. No obstante, todo lo que me decían de él, era bueno. Y el otro día en Huelva, un buen amigo me presentó a su nieto, también llamado Camilo Bel. Así que aproveché y me dije, pues su nieto me va a contar cosas de él para hacer un artículo de un hombre que fue muy influyente en nuestro pueblo. Para empezar, recuerdo que el primer escudo de Punta Umbría lo diseñó él, pero años más tarde no prosperó y sí lo hizo el que diseñó Pedro Gil Mazo.
Don Camilo Bel, que es como todo el mundo lo llamaba, era un médico que había nacido en Huelva en el año 1884 y estudió la carrera de Medicina entre Cádiz y Sevilla, pero admiraba a Punta Umbría y se preocupaba mucho de la prosperidad de nuestro pueblo y de nuestra playa. Tanto es así que pasaba grandes temporadas en este paradisíaco lugar, donde tenía grandes amigos. No hay nada más que ver los artículos tan cariñosos que le han dedicado a lo largo de los tiempos personas como José María Segovia, en la prensa y en sus libros, el practicante Zabala y otros muchos. En Punta Umbría todo el mundo lo quería mucho y, aunque no era médico titular, atendía a todo aquel que se presentaba en su casa con algún problema de salud. Y eso que Punta Umbría tenía un extraordinario médico que era don Emilio Morales.
Se casó con doña Amparo de la Prada Sánchez-Mora en el año 1911 y tuvieron 3 hijos: Lola, que fue maestra; Camilo, que llegó a ser coronel de Ingenieros; y Francisco, que también fue coronel de Artillería y fue el padre de Camilo Bel, el nieto que es quien me ha contado muchas cosas de su abuelo.
Es necesario nombrar, aunque solo sea de paso, al sobrino de don Camilo, el célebre onubense Luis Cordero Bel, que fue farmacéutico y abogado y que entró en la política ostentando varios cargos como el de concejal e incluso el de alcalde, aunque por poco tiempo, y diputado en Cortes. Además, entró en la masonería y murió en México. De Luis habría que escribir en otra ocasión y mucho. Hoy, en el Barrio del Matadero, detrás de lo que es la Escuela de Artes y Oficios, existe un pequeño parque que el ayuntamiento lo rotuló con su nombre y que me causó sorpresa cuando lo vi mientras hacía un plano topográfico por esa zona.
Pero sigamos con don Camilo Bel, que no solo era querido en Punta Umbría, también en Huelva gozaba del cariño y del respeto de los onubenses, ya que ejercía de médico y fue el jefe clínico del Hospital Provincial. Él era un artista y muy “manitas”, ya dije antes que incluso diseñó el preescudo de Punta Umbría. Pintaba tan bien que en un concurso que organizó la facultad de Medicina ganó un premio con una obra suya sobre un paisaje. En sus ratos libres, con una pequeña navaja y con huesos de aceitunas y cáscaras de nueces fabricaba animalitos que hacían las delicias de su hijos y nietos. Incluso hizo las maquetas con cartones de los tres chalets que tenía la familia en la Plaza Pérez Pastor. Por cierto, mucha gente pregunta quién era Pérez Pastor, pues fue un médico muy afamado de Cartaya que también fue alcalde del pueblo del que por entonces dependía la aldea puntaumbrieña.
Precisamente con el edil cartayero tuvo mucha relación y le permitió que hiciera cosas por punta Umbría, para lo cual formó una comisión que recibió algún dinero del ayuntamiento y mucha gente aún recuerda las primeras obras de lo que más tarde sería la actual plaza del muelle de las canoas y también el aljibe del agua que se traía de Huelva y que durante muchos años lo regentó Adolfito “el del agua”. Hay que recordar que el agua potable se trajo a Punta Umbría en mis primeros años de vida municipal, allá por la segunda mitad de la década de los 70.
Don Camilo y la comisión que formaron don Diego Fidalgo, don Emilio Cano y otros adquirió bancos de fundición, alumbraron casi todas las calles y le dieron otro esplendor al pueblo y el alcalde de Cartaya los felicitó a todos. De verdad, creo que este gran hombre que fue don Camilo Bel bien merece que una calle del pueblo lleve su nombre. Por ejemplo, la calle donde el vivió y que actualmente se llama Rosa de los Vientos. Dicho queda.
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