Las cruces de las calles Sevilla y Cabo ya están en marcha tras sus pregones
Antonio Martín y Fernando Luis Montero emocionan con sus respectivos textos
La Palma del Condado se encuentra inmersa en las fiestas de las cruces que se viven con intensidad en muchas de sus calles. Con el prestigio ganado a lo largo de años, las de los vecinos de Sevilla y Cabo ya están en marcha tras la celebración de sus respectivos pregones.
En la calle Sevilla, el sábado fue anunciada la fiesta por un gran apasionado piompero, Antonio Martín Herrera. El encargado de presentarlo fue su hermano Israel. Ambos, de la mano, aprendieron el significado de ser cruceros, un sentimiento que fraguaron desde la cuna. Con palabras emocionadas hacia su padre y sobre todo hacia la figura de su madre, dio paso a la intervención central de acto.
Antonio Martín comenzó a pregonar en verso. Sus primeras palabras fueron para el pueblo de sus amores de un palmerino confeso que presume orgulloso de sus calles, de su torre, de su luz y que sitúa como epicentro del que todo parte a su calle Sevilla.
Desde el atril inició una disertación sincera, con gran serenidad y convicción en sus palabras, dejando hablar al corazón, y en la que recordó a numerosas personas, momentos de la infancia y hechos destacados de la historia de la Cruz.
Tuvo palabras para aquellos cruceros anónimos que en su sencillez nunca aparecen pero siempre están en todo y recreó el ambiente de la calle Sevilla en un paseo imaginario de los ochenta, nombrando aquellos comercios de siempre, aquellos personajes inolvidables que hicieron historia, aquellas casas que fueron capilla de la Cruz.
Por su parte, Fernando Luis Montero Vázquez pronunció un sentido, emotivo y vivencial pregón de la Santa Cruz de la calle Cabo. Fue presentado por su tío, José Montero Lagares, quien adelantó que su alocución estaría llena de vivencias enriquecedoras de un verdadero bartolo. El pregonero dedicó sus palabras a su padre, Fernando Montero Lagares, de quien destacó toda una vida dedicada a la Santa Cruz y cómo trabajó para que la Legión pudiera desfilar en las fiestas.
Montero hizo una semblanza sobre la primavera en La Palma. Sus colores, aromas, luz, amaneceres... Y tuvo emocionados recuerdos para muchos bartolos y bartolas que han profesado una gran devoción a la Santa Cruz como Enrique Guillén, el Cachiporra, Alfonso El Sillero, la Mariana, Manolita la de Eusebio, entre otros.
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