Provincia

Al borde de una catástrofe virtual

  • Un grupo científico de la Universidad de Huelva ha recreado por ordenador un accidente minero en Calañas para estudiar los daños que causaría el vertido de lodos contaminados en el Odiel

La inminente entrada de la provincia de Huelva en una nueva etapa de resurgir minero después de años de ostracismo no solo ha puesto a trabajar a toda una maquinaria sindical, laboral y empresarial.

Las partes implicadas en esta nueva era toman el medio ambiente como referencia para dar vía libre a los proyectos que se presentan y que de momento han cuajado en Aguas Teñidas. Pero también empujan el de Ormonde Mining para la mina de La Zarza y el de Emed Mining para Riotinto.

El escarmiento político, social, mediático y económico que supuso la catástrofe de Aznalcóllar el 25 de abril de 1998 ha hecho reaccionar a los expertos, la Administración y a los grupos ecologistas. Todos claman por asegurar en lo posible las explotaciones para que no se vuelva a repetir aquella riada de lodos tóxicos mineros que llegó a las mismas puertas del Parque Nacional de Doñana regando implacablemente las televisiones de medio mundo con ánades enlodadas, picudos y cigüeñas atrapadas en una especie de hormigón tóxico.

Un grupo de profesores de los departamentos de Geología, Geodinámica y Paleontología y Biología Ambiental y Salud Pública de la Universidad de Huelva ha venido durante años trabajando en el desarrollo de un sistema que permita conocer las características de las balsas mineras para estudiar el comportamiento de un hipotético vertido por rotura o desbordamiento de una presa.

Se trata del proyecto E-ecorisk, que ha reunido a investigadores onubenses con otros cuatro países: Portugal, Italia, Austria y Reino Unido

Su trabajo se ha centrado en las balsas mineras de Almagrera, en Calañas.

La primera de ellas, la de cenizas, almacena 2,8 hectómetros cúbicos de residuos procedentes de la tostación de pirita para fabricar ácido sufúrico, o lo que es lo mismo 4,75 millones de toneladas de lodos tóxicos.

Las posibilidades de rotura serían muy escasas porque la Junta de Andalucía ha procedido recientemente a su restauración medioambiental.

La llegada de las aguas ácidas cargadas de plomo, zinc, cadmio, arsénico, antimonio y otros elementos de la tabla periódica hubiese sido nefasta para la cuenca fluvial del Odiel.

La segunda balsa analizada en el trabajo ha sido Almagrera sulfuros, con un contenido de 2,4 hectómetros cúbicos de aguas ácidas, el equivalente a seis millones de toneladas con unos residuos metálicos similares a la anterior.

Durante su trabajo han calificado estas balsas mineras de seguras siempre y cuando sus propietarios o en su defecto la Administración, en este caso la Junta , realicen labores de seguimiento y mantenimiento de sus instalaciones.

De lo contrario, los riesgos aumentarían, advierte el profesor Reinaldo Sáez, uno de los componentes de equipo de trabajo.

Pero los científicos han simulado digitalmente una catástrofe para estudiar el comportamiento de los lodos tóxicos desde la rotura de la presa hasta su llegada al estuario del Odiel, en Huelva, incluida su influencia en los núcleos urbanos del entorno, Gibraleón, Aljaraque, Corrales y Huelva, en el Paraje Natural de las Marismas e incluso en los acuíferos de la zona de paso del flujo contaminado.

Reinaldo Sáez anima a las autoridades y a las empresas a invertir en prevención, de lo contrario "estaríamos hablando de daños irreparables y muy superiores a los que trajo consigo la rotura de la presa de Aznalcóllar".

La riada tóxica virtual procedente de Almagrera tardaría en llegar al estuario del Odiel entre 24 y 36 horas en condiciones normales. El estudio añade menos tiempo si el caudal del río es alto debido a lluvias torrenciales y avenidas.

Según Reinaldo Sáez, si se observa el dibujo de los daños en un mapa, la mancha tóxica se ensancharía al llegar a Gibraleón e inundaría zonas urbanas de este término, también de Aljaraque y Corrales y por supuesto toda la zona baja de Huelva, especialmente el frontal del Humilladero de la Cinta, y las barriadas de la Navidad, Marismas del Odiel y la trasera del Molino de la Vega junto a Astilleros. Una vez sobrepasado el límite de la desembocadura los efectos nocivos de la riada alcanzarían hasta Mazagón.

Y lo peor de todo sería, según Reinaldo Sáez, el comportamiento de los lodos tóxicos en el estuario. "La continua subida y bajada de las mareas jugaría con los lodos río arriba y río abajo causando estragos en el paraje", subraya.

La documentación que obra en poder del equipo científico no solo se limita al análisis de las presas mineras de Almagrera. También se puede analizar el hipotético comportamiento de los lodos tóxicos si reventara una de las presas de Riotinto. En concreto, la de gossan, cobre y Aguzadera.

La situación que se crearía en este caso sería mucho peor, pues el vertido iniciaría su curso en una cota muy alta, ganaría en velocidad desde el cauce del Tintillo hasta confluir en el Odiel y transportaría potencialmente residuos procedentes de un volumen total de noventa millones de toneladas. Tardaría aproximadamente unas 36 horas en alcanzar la desembocadura del Odiel.

De momento, para tranquilidad de la población y de las autoridades el equipo de trabajo considera seguras las balsas riotinteñas pues el sistema de construcción ha usado métodos de escolleras y recrecido de aguas arriba, donde los mismos lodos que contienen se utilizan como aguante de las aguas ácidas.

El profesor Sáez recuerda que las causas más comunes de rotura de balsas son la erosión del terreno, por licuefacción sísmica que haga recuperar a los lodos particularidad líquida y por lluvias torrenciales que desborden la escollera de contención. Este sería el caso de Riotinto.

El profesor del departamento de Geología, buen conocedor de las zonas donde están ubicadas las balsas y presas mineras, insiste en que mientras se hagan labores de mantenimiento, bombeo y corrección del canal perimetral de seguridad en Riotinto "es muy difícil que se produzca un accidente de estas características".

La clave está en tomar en consideración todos los riesgos analizados a raíz de la riada de Aznalcóllar para evitar un accidente y, si como parece, "la actividad minera regresa a la provincia de Huelva, se necesita un ejercicio de corresponsabilidad por parte de las empresas y, en su defecto, por parte de la Junta de Andalucía".

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