Siete bomberos onubenses, Eugenio Mantero Bueno, del Consorcio Provincial de la Diputación de Huelva; y Sergio Sánchez Botello, Juan José García Martínez, Gregorio Vargas de los Santos, Manuel Espinosa Rodríguez, Ricardo Fernández Burgos y Juan Antonio Morgado Ramírez, del Ayuntamiento de Huelva, todos pertenecientes a la ONG 'Bomberos para el Mundo', están participando este verano en Nicaragua en un proyecto destinado a la capacitación y la formación de profesionales del mismo gremio en dicho país centroamericano.

A ellos se unen otros cuatro bomberos procedentes de distintos puntos de Andalucía, como son Pablo Gutiérrez Briales, de la Diputación de Sevilla; y Jair Pereira Romero, José Miguel Ranea Ruiz y Francisco Coronado Fernández, de la Diputación de Málaga.

Según han informado a esta redacción desde dicha ONG, esta iniciativa de colaboración se enmarca en el proyecto 'Fortalecimiento y consolidación de las capacidades de los bomberos de Nicaragua', y tiene como principal objetivo "mejorar las habilidades y capacidades de los bomberos de Nicaragua en la atención de emergencias y situaciones críticas, tanto a nivel nacional como internacional".

Para ello se ha diseñado un detallado y completo plan formativo que, a partir de este mismo año de implementación, se prolongará durante otros cinco, durante los que se llevarán a cabo diversos cursos que abarcan un amplio espectro de contenidos, todos ellos dirigidos a potenciar el desempeño de los bomberos en situaciones de emergencia.

Algunos de estos contenidos se centran en materias tales como rescate en accidentes de tráfico, rescate en altura, rescate canino mediante el método Arcón, o actuación en incendios estructurales.

El proyecto se ha iniciado este pasado 7 de agosto en la capital nicaragüense, Managua, con un primer módulo centrado en rescates en altura, en el que se están abordando técnicas de rescate en este tipo de entornos como edificios altos, estructuras elevadas o terrenos accidentados. Los profesionales nicaragüenses recibirán entrenamiento en la capacidad de ascenso y descenso, así como en la realización de rescates en situaciones de difícil acceso, y el mismo está siendo impartido por los experimentados Jair Pereira Romero, José Miguel Ranea Ruiz y Francisco Coronado Fernández.

El próximo lunes, 14 de agosto, arrancará otro de los módulos del programa formativo, el de rescate canino en estructuras colapsadas, donde se sentarán las bases para la creación y potenciación de las unidades caninas nacionales, siendo los responsables de dirigirlo los bomberos onubenses Sergio Sánchez Botello, Eugenio Mantero Bueno y Juan José García Martínez.

Por su parte los también onubenses Juan Antonio Morgado Ramírez y Ricardo Fernández Burgos, serán los encargados de impartir el módulo de incendios estructurales, donde se desarrollarán estrategias de extinción eficientes y seguras, así como se impartirán conocimientos sobre el uso de equipos de protección personal, tácticas de ventilación y búsqueda en espacios confinados, entre otros.

Por último, Gregorio Vargas de los Santos, Manuel Rodríguez Espinosa y Pablo Gutiérrez Briales serán los encargados de impartir, a partir del próximo 22 de septiembre, el módulo de rescate en accidentes de tráfico, en cuyo marco los bomberos nicaragüenses adquirirán habilidades especializadas en la extracción de personas atrapadas en vehículos accidentados, técnicas de estabilización de vehículos y utilización de herramientas de rescate y de equipos de corte y desmontaje.

Según concluye 'Bomberos para el Mundo', este proyecto de colaboración internacional "pone de manifiesto el compromiso y la solidaridad de los bomberos de Huelva, Sevilla, Málaga y Nicaragua, para fortalecer las capacidades y conocimientos en situaciones de emergencia, contribuyendo así al bienestar y seguridad de la comunidad local e internacional".

Una de las actuaciones más conocidas de los integrantes de la ONG 'Bomberos para el Mundo' en los últimos meses fue su participación los días posteriores al devastador terremoto que asoló el pasado seis de febrero el sureste de Turquía y parte del norte de Siria, y que se saldó con unas 50.000 víctimas mortales. Los onubenses lograron entonces rescatar a varias personas con vida de entre los escombros de los edificios derruidos por el sismo.