La sequía que afecta a la provincia de Huelva, y que incluso ha llegado a secar la laguna más grande de Doñana, la de Santa Olalla, ha hecho que se condicione la berrea de los ciervos, el rito del apareamiento que atrae cada año a miles de personas, debido a la alimentación de los animales ante la menor cantidad de pasto existente en la zona.

El portavoz de WWF en Doñana, Juanjo Carmona, ha explicado que en puntos como las marismas de El Rocío, "la lluvia ha hecho que salga un poquito de pasto verde y la hierba coja frescor", de modo que los ciervos se han ido a esa zona, "donde están entrando todas las tardes".

Este miércoles, ha añadido, había unos 200 ciervos cerca de la aldea, "porque además hay un punto de agua que han puesto para los caballos y van cogiendo confianza y se acercan a beber".

Juanjo Carmona ha añadido que otros años empiezan a berrear a finales de agosto, "pero si los animales no están bien alimentados o tienen menos fuerza se retrasa un poco el celo", aunque "en el momento que ha llovido un poco han podido volver a alimentarse, e incluso encontrar algún punto de agua más".

El responsable de Doñana Nature, Antonio Lancho, una de las empresas que organiza desplazamientos de grupos para ver la berrea en el parque natural, ha explicado que este domingo ya tiene organizado un primer grupo, que desde antes del amanecer recorrerá el parque para presenciar este espectáculo de la naturaleza.

La berrea tiene a Doñana como uno de sus máximos exponentes hasta finales de septiembre, pero también se puede ver en la sierra de Cazorla, en Jaén, o en rincones menos conocidos de otras provincias andaluzas.

En Doñana se puede escuchar a los ciervos en lugares como Coto del Rey y toda su zona norte, pero hay otros sitios en Andalucía, como el Andévalo Norte, entre los términos municipales de Valverde del Camino y Zalamea la Real, el Parque de Los Alcornocales (Cádiz-Málaga), la sierra de Cazorla, en Jaén y el Parque Natural de Hornachuelos (Córdoba).